sábado, 21 de febrero de 2009

Reig Plá no quiere ser corresponsable de las obligaciones económicas de la UCAM bajo la gestión de Mendoza

MURCIA.- El Obispado no quiere tener ninguna responsabilidad económica sobre la Universidad Católica de Murcia. No quiere verse en la obligación de tener que hacer frente a cualquier quebranto financiero que pueda ocurrirle a esta institución académica. Este punto, que es vital para el obispo Reig Pla, es el que sigue todavía en el aire, según 'La Verdad'.

Así lo expuso un representante del Obispado, muy próximo a Reig Pla, cuando fue preguntado por la decisión del secretario de Estado del Vaticano, cardenal Bertone, de retirarle al obispo las competencias que tiene sobre la UCAM.

Reig Pla se encuentra en Roma a la cabeza de más de un centenar de peregrinos de la Región de Murcia. Rehusó hacer declaraciones sobre este conflicto, que se ignora si ha quedado definitivamente zanjado.

El portavoz del obispo explicó a La Verdad que, de acuerdo con toda la documentación, la Diócesis de Cartagena sigue siendo la titular de la UCAM a los ojos del Estado, según el dictamen de 1997 que negó legitimidad a una fundación civil (la de Santa Teresa de Ávila) para ostentar la titularidad de una universidad de la Iglesia.

«Si el Estado determina que la titularidad corresponde a la Diócesis, es a ésta a quien va a exigir responsabilidades en el caso de que se surjan problemas», explicó este portavoz.

Añadió que la nueva carta que ha enviado el secretario de Estado de la Santa Sede «deja la situación como al principio», a menos que se aclare quién tiene la responsabilidad final.

«Si le quitan la responsabilidad económica a la Diócesis, estupendo. Si esa responsabilidad pasa ahora a la Santa Sede nuestra Diócesis se quedaría tranquila», apostilló.

Añadió que no conoce en detalle el contenido de la carta de Tarsicio Bertone en lo referido al traspado de competencias del obispo al nuncio Manuel Monteiro de Castro, dado que esta decisión ha coincidido con la estancia del obispo en Roma.

«La Santa Sede tiene toda la autoridad para hacer lo que estime oportuno», explicó. El deseo del Obispado es tener claro si la misiva del número dos del Vaticano exime al obispo de toda obligación en este terreno.

En la carta anterior de Bertone, de abril del año pasado, se indicaba que la Diócesis no tenía ninguna responsabilidad civil, directa o subsidiaria, sobre la Universidad Católica.

En cuanto a las competencias que pierde el obispo, éstas habían quedado reducidas con el paso del tiempo a la vigilancia de la fe católica, a la representación canónica y a diversos actos litúrgicos.

Según la Fundación San Antonio que preside José Luis Mendoza, el obispo no tiene poderes ejecutivos en la universidad ni capacidad siquiera para reformar o sancionar los estatutos.

«Tal como ya ha sido informada su excelencia monseñor Reig Pla, todas las competencias que según la normativa canónica corresponden al obispo diocesano respecto de esa universidad han sido transferidas al nuncio apostólico de Su Santidad en España».

Así reza el párrafo de la carta del cardenal Tarsicio Bertone que aparta al obispo de la UCAM. José Luis Mendoza considera que el nuncio no va a ejercer un mayor control sobre esta universidad.

A su juicio, el traspado de competencias no conllevará una fiscalización por parte del Vaticano. «El nuncio tendrá las mismas funciones que ejercía nuestro obispo, que es la vigilancia y salvaguardia de la identidad católica y su reforzamiento», apuntó.

En la misiva de Bertone queda claro asimismo que Mendoza «deberá tratar» con el nuncio, en Madrid, todos los asuntos relativos a la Universidad Católica, en el ámbito que corresponde a la autoridad eclesiástica. El presidente de la Fundación San Antonio explica que dentro de ese ámbito no caben otras funciones distintas a las que desempeñaba Reig Pla.

Sobre las razones que han llevado al secretario de Estado a tomar esta medida, Mendoza dice desconocerlas, aunque cree que guardan relación con «la inseguridad jurídica» que se había creado a raíz de las reclamaciones del obispo Reig Pla. «Lo que ha hecho la Santa Sede ha sido dar su respaldo a nuestra universidad».

Añadió, a preguntas de La Verdad, que el traspado de competencias del obispo al nuncio no hace necesario cambiar los estatutos de la universidad. El Consejo de Gobierno los aprobó definitivamente en mayo del año pasado especificando que la titularidad es de la Iglesia Católica, representada por la Diócesis de Cartagena.

Según el Ejecutivo regional, la Fundación tiene la encomienda de la titularidad. Si la Diócesis se queda sin competencias, para ser transferidas a la Nunciatura, se ignora en qué medida afecta o no al contenido del decreto, dado que el Gobierno regional no lo aclaró.

Mendoza declara que los estatutos pertenecen al orden interno de la universidad. Reiteró que la decisión de Bertone «ha traido la tranquilidad a esta institución después de unos meses muy duros».

Partidarios de la causa del obispo no han recibido con agrado la postura tomada por Roma porque consideran que desautoriza al máximo representante de la Diócesis frente a un seglar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr. Obispo. Renuncie a toda relación con esa institución. Se lo dice quien sabe que eso acabará mal.

Anónimo dijo...

¿Alguien ha visto la supuesta carta de Betone? Puedo asegurar que en el Obispado no se ha recibido ninguna comunicación ni oral ni escrita sobre las competencias del Obispo sobre la Universidad?
¿Cómo se puede ser tan irresponsable y propagar una noticia sin ser contrastada? Mienten descaradamente quienes dicen que se ha comunicado a ambas partes tanto oralmente como por escrito la carta de Bertone. ¿Dónde está esa carta? Si se trata de una decisión jurídica, es preciso que se haga pública y se comunique a las partes. Pero esto no ha sido así. Entonces ¿en qué consiste esa carta?
Si Mendoza la ha recibido ¿por qué no la ha dado a conocer a los medios de comunciación?
Todo el mundo dice que al obispo se le han quitado las competencias sobre la UCAM y nadie, nadie, ha visto la supuesta carta de Bertone.
Parece que habrá que esperar a que quien tenga la carta la dé a conocer. Y luego, ya veremos y se podrá hablar, pero mientras tanto, quien hable estará simplemente alimentando un bulo y especulando interesadamente además de crear confusión y desconcierto. En fin, algo lamentable a lo que no deberían prestarse los medios de comunicación.