MADRID.- El Mundo publica hoy una reacción del juez que instruyó las operaciones Púnica y Lezo antes de su ascenso a la Sala de Apelaciones. Sucedió el pasado 21 de abril después del interrogatorio a la secretaria de Edmundo Rodríguez, exconsejero de La Razón y mano derecha de Ignacio González
en la trama del Canal de Isabel II. Un micrófono abierto recogió la
desesperación del magistrado: "Es muy duro para un juez, muy duro", recoge hoy Libertad Digital.
El
titular del Juzgado de Instrucción nº6 de la Audiencia Nacional cargó
contra la estrategia de defensa de la investigada: "A mí lo que me quema
es el teatro, porque a mí no me pagan por aguantar esto", explicaba tras hora y media de comparecencia de Clarisa Guerra.
En relación al resto de los investigados en ambas tramas, principalmente
políticos vinculados al Partido Popular, empresarios e intermediarios
en los pelotazos, se desahogaba con sus funcionarios: "Tú no te puedes imaginar la presión de todos estos", refiriéndose a los abogados, "cada uno una táctica, un no sé qué, uno tocándote los huevos con dos abogados, el otro con siete...".
Velasco abandonó semanas después la instrucción de estas causas que
son competencia ahora de su sucesor al frente del Juzgado Manuel
García-Castellón. El magistrado, conocido por su intensidad en los
interrogatorios, acabó harto: "Es que no me pagan por aguantar esto".
Definió a Clarisa Guerra como "más rápida y proactiva" que Rodríguez
Sobrino; y también valoró la situación: "Esto es un paso para arriba de la infanta".
Se
adivina un cierto desánimo en la voz del juez: "Si la hemos oído [en
los pinchazos], sabemos cómo es, ¿por qué hace teatro?", vuelve en
referencia a la compareciente. "Es muy duro para un juez (...), porque
hacer teatro es malísimo. Cuando quería hablaba muy bien, imitaba de
puta madre y llamaba coletillas al que le daba la gana, y ahora... Que
pase un abogado y con que sepa hablar me basta. Que no me venga cada uno
a contar una vaina porque yo estoy cansado ya, porque esta noche no he
dormido, la anterior dormí dos horas... En estas operaciones ustedes –a
los funcionarios– creían que yo era de hierro, pero yo soy una puta mierda como todo el mundo. Y yo tengo que ser dios y aguantar. Es muy duro, la gente se cree que pueden hacer teatro todos, porque en nombre de la defensa está todo permitido,
y yo tengo que ser dios y aguantar. Yo estoy peor que ella, pero no voy
haciendo el payaso. Ella dice que no ha dormido, y los demás ¿qué hemos
dormido?, ¿eh? Me pongo a llorar y a hacerme la tonta. Es:
'Compadécete'. Y yo: 'Compadécete tú de mí también'. Conteste o no pero
no me empiece a marear".
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