La detención
del exvicepresidente del Gobierno y ex director gerente del FMI, Rodrigo
Rato, durante las horas que duró el registro de su domicilio y de su
despacho profesional por agentes del servicio de Vigilancia Aduanera ha
noqueado al Partido Popular. El portavoz del comité de la campaña de las
elecciones autonómicas y locales había sido muy expresivo al asegurar,
incluso antes de producirse la detención, que está abochornado.
Pablo
Casado admitía en declaraciones a la cadena Ser que se sentía
“absolutamente abochornado y sin matices” por las informaciones
que apuntan a que Rodrigo Rato se acogió a la amnistia. Cuando
conozca los detalles de por qué ha sido detenido el expresidente
de Bankia durante unas horas, Casado no sabrá qué decir nuevo.
Como
les pasa a la mayoría de los diputados que ya no saben qué palabras
utilizar para describir el desánimo con el que afrontan la
situación. El portavoz popular en el Congreso, Rafael Hernando, solo
ha logrado confesar que “la detención de Rato es muy dura para
todos".
De cara a las próximas elecciones la acusación de
fraude, blanqueo de dinero, tráfico de divisas y alzamiento de
bienes, previsiblemente este último para evitar un posible
embargo ante eventuales responsabilidades en el ‘caso Bankia’
supone un nuevo lastre para los populares donde más le duele y que
más daño le ha hecho en los últimos meses en sus expectativas
electorales.
Líderes del Grupo Parlamentario Popular asumen
explícitamente que las informaciones sobre la corrupción han
sido la causa fundamental de que varios millones de quienes les
votaron en las últimas elecciones hayan confesado que no lo
volverán a hacer en las próximas.
A estos habría que sumar,
por una parte, a los que se sienten engañados por que el Gobierno subió
los impuestos frente a lo que había prometido en la camapaña
electoral, y por otra, a quienes han decidido no dar su voto al PP
por la arrogancia y la falta de empatía de algunos de sus
dirigentes.
Es de esperar que no sean muchos los que militen
en el PP de entre la lista de los otros 704 altos cargos,
magistrados y diplomáticos que también están pendientes de
aclarar su situación con la Hacienda después de que se hayan
detectado irregularidades en la regularización de su
situación con la amnistía fiscal del 2012.
La actuación del
Gobierno parece intachable. Por lo conocido hasta el momento de
la actuación del Ejecutivo no se le puede reprochar nada. El
Ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, ha defendido en su
intervención en el Congreso de los Diputados el respeto a la ley y
al interés general por encima de todo y “sin importar compañeros y
rivales, amigos y enemigos”. Para concluir con un rotundo, “que
cada cual responda de sus actos".
Montoro ha instado a los
funcionarios de la Agencia Tributaria a no preocuparse lo más
minimo por los nombres y apellidos, ni la relevancia social ni la
afiliación política de los investigados.
Si el Gobierno,
que ha aprobado toda una serie de medidas de lucha contra la
corrupción, -muchas de ellas ya están envigor-, como no se había
hasta ahora en nuestra reciente democracia, es capaz de seguir
actuando con contudencia y transparencia, quizás pueda
recuperarse de su desorientación actual.
De momento, el
alcance mediático que ha supuesto la actuación de la AEAT, de los
Agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera y los miembros del Cuerpo
Nacional de Policía les ha dejado noqueados. Como a casi toda la
ciudadanía. Como ha admitido Rafael Hernando, “esto es muy duro”.
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