Muy poco les importan a ciertos líderes políticos los problemas de
España. Ni el paro, el Brexit, la UE o la rebelión catalana les
impresiona ni los moviliza en favor de un nuevo gobierno. Ellos van a lo
suyo, Rivera con el disfraz de ‘Don Limpio’ y Sanchez empeñado en
quitarse el sambenito del ‘tonto de la investidura que nunca existió’.
Pero en medio de esta confusión partidaria, donde los de Podemos
andan en líos de asuntos propios -Echenique con su empleado ‘negro’ y
Monedero con su castigo y multa en la Universidad, mientras Iglesias
anda empeñado en zurrarle la badana, hasta que sangre, a Mariló Montero-
el Rey Felipe VI andaba preocupado y con razón con el prestigio y
la imagen de la Corona si las nuevas consultas de la investidura
acababan mal.
Pero hete aquí que el Don Tancredo de La Moncloa decidió, por una vez
y sin que sirva de precedente, bajarse de su pedestal para darle unos
capotazos al morlaco de la investidura pero sin arrimarse demasiado y
desde luego sin entrar a matar. Y así, burla burlando por los burladeros
del Ruedo Iberico, el diestro de Pontevedra le hizo el quite al Rey y
le dijo: Majestad hágame el encargo y ya veré yo como me las arreglo
para todo lo demás’.
Y así el joven monarca que presidía el festejo permitió el arranque
del paseillo y sonaron clarines y timbales a las cinco en punto de la
tarde como manda la tradición. E hizo bien el monarca en no pedirle a
Rajoy mayores compromisos que los de recibir ‘el encargo’, porque a fin
de cuentas es el único que puede gobernar. Y si alguien considera que el
Rey hizo la vista gorda con Rajoy se equivoca, porque fue mas generoso
con Sanchez al que no le pregunto cuales eran sus planes para salvar a
España del bloqueo institucional, afeándole su hermanamiento con el
perro del hortelano que ni come ni deja comer.
Lo de Rivera es distinto, porque el chiquillo esta muy verde y se
pasa el día jugando a las ocurrencias y un día dice una cosa y otro la
contraria. Pero siempre con la intención de ser muy original y muy
dispuesto aunque sus ocurrencias no sirvan para nada.
Y cabe imaginar que al Rey -y también a la Reina Letizia- le caen
mejor los políticos mas jóvenes de su generación. Pero no esta el horno
para bollos y este Mariano tiene mas conchas que un galápago y es mas
largo que John Silver el pirata de la Isla del Tesoro. Y su tesoro es el
anillo de La Moncloa y no lo va a soltar por nada del mundo.
Y ademas don Mariano nunca tiene prisa y sabe esperar. Sobre todo
ahora que están a punto de empezar en Rio las Olimpiadas que a buen
seguro le interesan mas que la investidura. Buena prueba de ello fue que
antes de visitar al Rey recibió en Moncloa al equipo olímpico español
al que le recordó que cuentan ‘con el apoyo de una gran nación que es
España que esta llena de españoles’ (sic). Pudo haber dicho llena de
turistas japoneses y parados pero Rajoy es como es y generalizó.
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés
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