MURCIA.- La legendaria maestra nacional afincada en Murcia desde comienzos del siglo XX, la madrileña María Maroto Conesa, artífice del moderno Magisterio en nuestra región, ha recibido hoy un homenaje con motivo de la fecha del 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora.
Casi un centenar de personas, entre ellas algunas descendientes suyas también mujeres y profesoras, se han dado cita en el Museo de la Ciudad para escuchar la charla sobre ella de la Dra. Cristina Herrero Pascual, profesora titular de la Facultad de Documentación de la Universidad de Murcia y la nieta más pequeña de María Maroto.
Ese centenar de asistentes se ha dado cita esta noche para recordar la larga trayectoria profesional de una mujer tradicional pero a la vez adelantada a su tiempo en cuanto a promoción de la mujer se refiere. El acto ha sido presentado por Manuel Fernández-Delgado Cerdá, sobrino nieto de la homenajeada, quien ha recordado la autoridad académica de la conferenciante para concluir con éxito un rápido aunque prolijo trabajo de investigación sobre esta señora del madrileño y elegante barrio de Chamberí pero con aire británico, que sentó cátedra en Murcia como docente y elemento esencial de una entonces exigua sociedad civil.
Cristina Herrero ha desgranado la vida de esta mujer y su abuela, quien a los 20 años ya era maestra superior a la vez que hermana mayor de una familia numerosa de huérfanos de padre, Enrique Maroto, conocido impresor madrileño del siglo XIX.
María Maroto es destinada a Murcia en 1903 tras opositar por segunda vez con éxito teniendo plaza en Segovia desde 1900. Aquí se casa pronto con Manuel Herrero, un joven empleado del Registro de la Propiedad y tiene dos hijas y un hijo, que oposita y llega a ser registrador antes de fallecer prematuramente. Luego doña María trae hasta nuestra ciudad a su madre viuda y tres hermanas porque sus dos hermanos y otra hermana, Mercedes, emigran a México al comenzar el siglo.
Esta maestra excepcional revolucionó el Magisterio murciano hasta el punto que el Ayuntamiento de Murcia le dedica una calle en Vistalegre siendo alcalde el falangista Domingo de la Villa y las autoridades docentes del Ministerio de Educación bautizan con su nombre la Escuela Nacional de Prácticas en Murcia poco después de su jubilación en 1948.
Durante la II República esta también excepcional mujer participó en las célebres Misiones Pedagógicas por varios pueblos de la Región tras su experiencia años antes en las colonias infantiles de verano, en nuestra provincia celebradas en San Pedro del Pinatar.
Muchas mujeres murcianas estudiaron con aprovechamiento gracias al concurso de María Maroto cerca de sus familias para evitar que las retirasen después de la escuela para dedicarlas a labores domésticas. Siendo una mujer tradicional en cuanto a costumbres era a un tiempo persona avanzada por ilustrada en lo que hoy se conoce como 'liberación de la mujer' en su estricto sentido, pleno y general.
Al final de la Guerra Civil fue cesada como directora del Magisterio en Murcia por el gobierno repúblicano, a la llegada del franquismo es depurada pero la restituye en el cargo en 1942 tras negarse a delatar a sus compañeros de profesión contrarios al Alzamiento Nacional.
El Museo de la Ciudad expone estos días material gráfico de la vida y obra de María Maroto -el cuadro que le pintó Ballester entre ellos-, que los selectos asistentes a la charla han podido disfrutar en su integridad de forma sistemática gracias al power-point utilizado en este acto, sin coloquio posterior suscitado desde el público, por la profesora Herrero.
Casi un centenar de personas, entre ellas algunas descendientes suyas también mujeres y profesoras, se han dado cita en el Museo de la Ciudad para escuchar la charla sobre ella de la Dra. Cristina Herrero Pascual, profesora titular de la Facultad de Documentación de la Universidad de Murcia y la nieta más pequeña de María Maroto.
Ese centenar de asistentes se ha dado cita esta noche para recordar la larga trayectoria profesional de una mujer tradicional pero a la vez adelantada a su tiempo en cuanto a promoción de la mujer se refiere. El acto ha sido presentado por Manuel Fernández-Delgado Cerdá, sobrino nieto de la homenajeada, quien ha recordado la autoridad académica de la conferenciante para concluir con éxito un rápido aunque prolijo trabajo de investigación sobre esta señora del madrileño y elegante barrio de Chamberí pero con aire británico, que sentó cátedra en Murcia como docente y elemento esencial de una entonces exigua sociedad civil.
Cristina Herrero ha desgranado la vida de esta mujer y su abuela, quien a los 20 años ya era maestra superior a la vez que hermana mayor de una familia numerosa de huérfanos de padre, Enrique Maroto, conocido impresor madrileño del siglo XIX.
María Maroto es destinada a Murcia en 1903 tras opositar por segunda vez con éxito teniendo plaza en Segovia desde 1900. Aquí se casa pronto con Manuel Herrero, un joven empleado del Registro de la Propiedad y tiene dos hijas y un hijo, que oposita y llega a ser registrador antes de fallecer prematuramente. Luego doña María trae hasta nuestra ciudad a su madre viuda y tres hermanas porque sus dos hermanos y otra hermana, Mercedes, emigran a México al comenzar el siglo.
Esta maestra excepcional revolucionó el Magisterio murciano hasta el punto que el Ayuntamiento de Murcia le dedica una calle en Vistalegre siendo alcalde el falangista Domingo de la Villa y las autoridades docentes del Ministerio de Educación bautizan con su nombre la Escuela Nacional de Prácticas en Murcia poco después de su jubilación en 1948.
Durante la II República esta también excepcional mujer participó en las célebres Misiones Pedagógicas por varios pueblos de la Región tras su experiencia años antes en las colonias infantiles de verano, en nuestra provincia celebradas en San Pedro del Pinatar.
Muchas mujeres murcianas estudiaron con aprovechamiento gracias al concurso de María Maroto cerca de sus familias para evitar que las retirasen después de la escuela para dedicarlas a labores domésticas. Siendo una mujer tradicional en cuanto a costumbres era a un tiempo persona avanzada por ilustrada en lo que hoy se conoce como 'liberación de la mujer' en su estricto sentido, pleno y general.
Al final de la Guerra Civil fue cesada como directora del Magisterio en Murcia por el gobierno repúblicano, a la llegada del franquismo es depurada pero la restituye en el cargo en 1942 tras negarse a delatar a sus compañeros de profesión contrarios al Alzamiento Nacional.
El Museo de la Ciudad expone estos días material gráfico de la vida y obra de María Maroto -el cuadro que le pintó Ballester entre ellos-, que los selectos asistentes a la charla han podido disfrutar en su integridad de forma sistemática gracias al power-point utilizado en este acto, sin coloquio posterior suscitado desde el público, por la profesora Herrero.