Los ridículos e indecentes comunicados de ETA con los que la banda de
los terroristas pretende camuflar sus crímenes, derrota y estrepitoso
fracaso no interesan ni preocupan a nadie. Estamos ante el penúltimo
lamento de una banda criminal que deja tras de sí 850 muertos inocentes,
muchas decenas de heridos y un inmenso dolor.
Ahora dicen que se disuelven y han cerrado sus estructuras
criminales, en línea con su previo anunciado fin de la violencia y
entrega de las armas y todavía pretenden montar en Francia, en los
próximos días, una macabra fiesta del adiós que esperemos no lo
consienta el presidente Macron.
En
España no nos interesan las diatribas de ETA, lo que nos preocupa es lo
que ha ocurrido en Cataluña y lo que, tras su senda, empieza a pasar en
Navarra, Valencia, País Vasco y Baleares.
Y esta deriva soberanista y secesionista, que tiene su palanca de
apoyo en las políticas de inmersión lingüística como ocurrió en Cataluña
(con todas las bendiciones de Felipe González y de José María Aznar),
puede ampliar a otras Comunidades Autónomas la onda expansiva de la
crisis catalana que sigue sin resolverse.
Sobre todo porque los gobernantes de España no se han atrevido a
coger el toro por los cuernos desde el día mismo del pasado 7 de
septiembre cuando el Parlament y el Govern de Cataluña aprobaron las
leyes inconstitucionales de referéndum y la desconexión del Estado,
mientras el presidente Mariano Rajoy tocaba el violón.
De manera que la fiesta lingüística y secesionista seguirá mientras
en esas clases del odio con idioma regional los profesores, siguiendo
las prácticas nazis para identificar a los judíos, le decían en clase a
niños de diez años: ‘que levanten la mano los que son hijos de Guardias
Civiles’.
Ahora el golpe lingüístico soberanista empieza a inundar la Sanidad
en las Islas Baleares, en Navarra las empresas y en Valencia las
instituciones mientras en Asturias empiezan a jugar con el bable. Y todo
ello con el apoyo del PSOE, lo que es muy grave pero no tanto como el
silencio del Gobierno de España que preside Rajoy y que es incapaz de
hacer cumplir en Cataluña las sentencias de la Justicia sobre la
obligada enseñanza del castellano y en castellano.
Incluso la aplicación del 155 en Cataluña ha sido decepcionante
porque no ha sido utilizado para favorecer el regreso de la democracia y
las libertades a todo el pueblo catalán (ahí está la manipulación
diaria de TV3), ni para levantar las alfombras del golpe de Estado
catalán o para señalar a los que verdaderamente financiaron el golpe.
Lo que no se hizo a base de colectas populares sino con las
donaciones millonarias de instituciones financieras y de grandes
empresas catalanas. O con las comisiones de la corrupción de las
constructoras (véase el caso del Palau) que contrataban obras públicas
en Cataluña y de paso financiaban el golpismo de CiU.
Alguna vez llegará el día en el que el Gobierno de España aplique el
155 con todas sus consecuencias, suspenda una Autonomía y el Estado
asuma las competencias durante los años necesarios para garantizar que
se cumpla, en plena libertad y democracia la legalidad constitucional.
Y vista la influencia del entorno de ETA en Navarra puede que esta
primera Comunidad intervenida sea la foral de Navarra para convertirse
en ejemplo y modelo de lo que puede ocurrir en otras Comunidades. Y para
que se vea lo que significa aplicar por el Estado de verdad y hasta el
final el artículo 155 de nuestra Constitución, la que nadie puede
burlar.
(*) Periodista
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