miércoles, 21 de marzo de 2018

Bankia descarta más EREs, pese a los objetivos de eficiencia fijados

MADRID.- Las en­ti­dades financieras que ya han ajus­tado en los úl­timos meses sus plan­ti­llas, des­cartan mayor pre­sión sobre las mismas y las apli­ca­ciones de nuevos ex­pe­dientes de re­gu­la­ción. Al menos el pre­si­dente de Bankia y el con­se­jero de­le­gado de Ibercaja se pro­nun­cian en este sen­tido. Pero el temor de los tra­ba­ja­dores se man­tiene. Desde el inicio de la cri­sis, casi 100.000 pro­fe­sio­nales han per­dido su tra­bajo, según cifra de Capital Madrid

La banca española parece haber entrado en una tregua laboral a tenor de las recientes declaraciones de sus máximos directivos. No obstante, el goteo constante de salidas de empleados de banca de sus puestos de trabajo, como consecuencia de alguna fusión o por los objetivos de eficiencia, se podría reanudar ante el escenario de tipos de interés a cero hasta 2019.
Por el momento, las plantillas de Bankia y de Ibercaja pueden encarar el futuro más inmediato con mayor tranquilidad. El presidente de la entidad nacionalizada, José Ignacio Goirigolzarri, ya descartaba en la presentación de su nuevo plan estratégico hasta 2020 un nuevo ERE como el acometido en los últimos meses y que ha afectado a un millar largo de empleados de los servicios centrales de su entidad y de la absorbida BMN.
El consejero delegado de Ibercaja, Víctor Iglesias, también ha descartado un nuevo ajuste de la plantilla de su grupo, después de haber pactado la salida de 590 empleados, un 11% del total. Iglesias ha indicado que aún quedan por salir unos 250 "compañeros" a lo largo de este ejercicio, una cifra suficiente para poder mejorar su eficiencia por debajo del 55% desde el 70% actual.
El Santander también ha ajustado la dimensión de sus servicios centrales por la integración del Popular. Eso sí, el banco presidido por Ana Botín aún tiene por delante la configuración de la red de ambas entidades hasta que, hacia 2019 o 2020, se conviertan en una marca única.
El BBVA de Francisco González (FG) ha venido aplicando, de una manera más sibilina, una reducción de unos 2.000 empleos anuales en los últimos tiempos. Su apuesta pura y dura por el mundo digital lleva al presidente de este grupo a prescindir, cada vez más, de la presencia física ante los avances tecnológicos.
Desde el inicio de la crisis, la banca española ha prescindido de cerca de 100.000 empleados, casi un tercio de la plantilla previa, y ha acometido el cierre de unas 20.000 oficinas, prácticamente la mitad de la red con la que se contaba antes de que estallara una burbuja inmobiliaria que se ha llevado por delante al sector de las cajas de ahorros y algún banco significativo como el Popular. 
Al mismo tiempo que algunos directivos descartan nuevos ajustes de plantilla, al menos en el corto plazo, muchos de ellos consideran que ya no hay margen para más fusiones o integraciones entre entidades, ya que se podría incurrir en el riesgo de un oligopolio, como hace unos días advertía el presidente de Ibercaja, José Luis Aguirre.
Esos mensajes no parecen calar en ámbitos sindicales, ya que temen la presión de los supervisores (Banco de España y Banco Central Europeo) para que se acometan nuevas integraciones para ganar en eficiencia, solvencia y, sobre todo, rentabilidad, uno de los puntos más débiles de los bancos españoles.
La esperada subida de los tipos de interés, aunque no sea muy significativa, será una de las claves para que los bancos descarten de manera más sólida nuevos ajustes laborales. Algunos planes estratégicos hasta 2020, como el de Bankia, están más ligados a ese repunte de los tipos oficiales para la mejora de su eficiencia y del margen de interés.

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