MADRID.- Debido a la implantación del Plan de Colaboración para la Mejora de la Composición de los Alimentos y Bebidas,
la industria alimentaria y el Gobierno han llegado a un acuerdo para
reducir el porcentaje de azúcar y grasas presentes en muchos de los
productos habituales en la cesta de la compra, según recuerda www.libremercado.com.
La medida, supondrá una reducción de en torno al 10% de los azúcares, la sal y las grasas de 3.500 productos
muy habituales en la alimentación diaria de los españoles. De hecho, un
44% de estos alimentos, suelen estar presentes en la cesta de la compra
habitual de un consumidor medio.
Desde el Gobierno, a través de la ministra de Sanidad, Dolors Monserrat,
aseguran que no se trata de una medida impuesta por el Estado, sino que
se trata de un acuerdo alcanzado con la industria alimentaria del país,
pero, en realidad, esta medida se encuadra dentro de la creciente
guerra que han declarado los políticos al azúcar y las grasas. De hecho,
reformular las recetas de los más de 3.500 productos supondrá una gran
inversión económica para un sector que factura más de 96.000 millones de
euros al año, de los cuales más de 27.000 millones proceden de las
exportaciones.
Además, el plan no solo
afectará a las empresas que fabrican productos alimentarios, sino que
también repercutirá en las cadenas de supermercados, restaurantes,
caterings, comedores de colegios y hospitales, e incluso en las máquinas
expendedoras. Así pues, la alimentación española se tendrá que
reformular en los dos próximos años.
¿A qué productos afecta?
En los lácteos, zumos, néctares y refrescos la cantidad de azúcar se
reducirá. Lo mismo ocurrirá con los embutidos, el kétchup, la mayonesa,
los cereales de desayuno, toda la bollería y la pastelería, las
galletas, los helados, el pan, etc. Siguiendo la misma senda, tanto los
snacks como las patatas fritas, las cremas, los aperitivos salados o las
palomitas, entre muchos otros productos, reducirán el porcentaje de
sal.
También veremos reducir, hasta en
un 50%, el contenido de los sobres de azúcar de los bares y
restaurantes. En las máquinas de vending se dará prioridad a los productos saludables
y en las máquinas de café se reducirá la cantidad de azúcar. Por su
parte, en los comedores, tanto de los hospitales como de los colegios,
los platos se harán empleando menos sal y menos azúcar. Además de la implantación de menús más saludables, con mayor presencia de las frutas y de las verduras.
Desde la industria advierten de que será un proceso complejo,
ya que al reducir la cantidad de azúcar y sal es probable que se pierda
sabor. Por tanto, el gran reto de la industria consistirá en seguir
manteniendo un sabor lo más parecido posible al actual, pero utilizando
menos cantidad de azúcar, sal y grasas.
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