MADRID.- España ha registrado hasta el momento un total de 472 muertes por gripe confirmadas
en laboratorio, desde que a primeros de noviembre se registrara el
primer fallecimiento de la temporada 2017-2018, que se ha convertido ya
en la más letal de la última década, por encima incluso de la pandemia
de gripe A (H1N1) que se produjo en 2009.
Así se desprende de los datos del último informe de la Red Nacional
de Vigilancia Epidemiológica del Instituto de Salud Carlos III, relativo
a la semana del 29 de enero al 4 de febrero, que ha notificado 116 nuevas defunciones que se suman a las 356 registradas hasta la semana anterior.
Con estas cifras se ha superado ya el número de fallecimientos
vinculados al virus registrados durante toda la temporada gripal
anterior, cuando hubo un total de 421 muertes entre octubre de 2016 y mayo de 2017.
Pero si se revisa la mortalidad recopilada por el Carlos III en los
informes de temporadas anteriores se observa cómo la temporada actual es
ya la más letal de la última década, superando incluso la de la gripe pandémica A (H1N1)
de 2009, que causó un total de 271 fallecimientos, según el último
informe que publicó el Ministerio el 30 de diciembre de ese año.
Los autores del informe del Carlos III aseguran que en esta temporada se está produciendo un "exceso de mortalidad por encima de lo esperado"
desde la última semana de 2017 y se concentra fundamentalmente en los
mayores de 64 años, coincidiendo tanto con la fase de ascenso de la
epidemia gripal, como con una ola de frío registrada en España en las
últimas semanas.
Pese a este incremento de la mortalidad, la tasa de afectados está siendo ligeramente superior a la de los dos últimos años,
ya que esta temporada el pico máximo de actividad registrado hace un
par de semanas fue de 290 casos por cada 100.000 habitantes, frente a
los 222 casos de la temporada 2016-2017 o los 210 de la temporada
2015-2016.
En la temporada 2014-2015, en cambio, el pico máximo de actividad se situó en 343 casos por 100.000 habitantes pero ese año, pese a todo, solo se registraron 252 muertes confirmadas por el virus.
Entre las posibles causas, la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC)
apunta al hecho de que la epidemia de este año en España se está
caracterizando por un predominio del virus B, presente en hasta tres de
cada cuatro casos analizados en laboratorio, y especialmente el del
linaje Yamagata.
Y en cambio, la vacuna desarrollada para esta temporada solo incluye parte del virus B Victoria, además de los tipos AH1N1 y AH3N2, que eran los inicialmente previstos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro
Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, en sus
siglas en inglés) han criticado la "escasa aceptación" de la vacuna en Europa entre los colectivos de riesgo, que hace que en muchos países solo un tercio de los mayores se vacunen.
En España, los datos de la temporada 2016-2017 publicados por el Ministerio de Sanidad revelaron que solo el 55,5% de los mayores de 65 años de edad recibió la vacuna, con grandes diferencias entre comunidades autónomas.
Así, mientras que La Rioja y Castilla y León fueron las regiones
donde más se protegieron los mayores, con un 64 y 61% de esta población
inmunizada, en Baleares y Murcia tan solo se vacunaron el 47% de su población de más de 65 años.
Entre los fallecidos hasta el momento durante esta temporada, la media de edad de los fallecidos es de 83 años
y el 98% presentaban factores de riesgo. Pese a ello, de los 402 casos
pertenecientes a grupos recomendados de vacunación, la mitad no había
sido vacunado.
De hecho, la directora del ECDC, Andrea Ammon, ha
animado a todos los países europeos a aumentar la cobertura de
vacunación para alcanzar una cobertura del 75% entre los mayores y otros
colectivos de riesgo, y avisa de que la baja aceptación de la vacuna en
Europa puede estar relacionada con el rápido aumento de casos graves
observado durante esta temporada.
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