MADRID.- El presidente de la Asociación Española de
Banca (AEB), Miguel Martín, coincide con el vicepresidente de la CE y
comisario de la Competencia, Joaquín Almunia, en que las entidades
"débiles y no viables" deben desaparecer del sistema bancario para
"beneficiar" a las que sí son solventes, argumentando que éste es un
requisito 'sine qua non' para que fluya el crédito, y considera
"indeseable" la existencia de una banca nacionalizada.
Así lo puso de manifiesto durante su
comparecencia en la subcomisión de seguimiento del Fondo de
Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en el Congreso.
"La finalidad (de las últimas reformas) es conseguir una
reestructuración y que las entidades débiles y que no son viables
desaparezcan y que, a su vez, las que son viables consigan aumentar el
crédito. Si no desaparecen --y no han desaparecido desde el año 2008--
lo que ocurre es que ni unas consiguen sobrevivir bien ni otras
consiguen dar crédito a nadie", apunta.
En cualquier caso, aventura que el proceso podría prolongarse
hasta 2015, ya que las economías tardan "así como seis años" en
desapalancarse y en España este proceso no comenzó hasta 2009. Asimismo,
defiende que la creación de 'bancos malos' debe servir para "facilitar
que las entidades inviables desaparezcan", por lo que no se debería
obligar a crear estos instrumentos a las entidades sanas.
Además, insiste en que "esa estrategia de mantener entidades
no viables y sostenerlas en el tiempo" es perniciosa para el propio
sistema, porque "evita la necesaria disciplina" de las entidades y
favorece a las que "la hicieron y no la quieren pagar".
"La AEB desde
2008 ha dicho que cada palo aguante su vela y que, el que se equivocase,
que arrastre las consecuencias" en forma de venta o absorción por otra
entidad.
En cualquier caso, el responsable de la AEB recuerda que para
salir de la crisis también es necesario que "las empresas empiecen a
generar sus nuevas inversiones con recursos propios".
"Muchas veces he dicho (a la CEOE): Todos ustedes son
empresarios, todos ustedes me piden dinero para capital circulante, pero
si ustedes van a su banco y le dicen: Señor banquero, se me están
cayendo las ventas, mis clientes no pagan, necesito que me dé crédito
que, por supuesto, jamás van a pagar a no ser que venga un Gobierno que
pague sus cosas... Pues evidentemente el banco va a tener muchas
dificultades de aumentar ese crédito", justifica.
Por otra parte, Martín considera "indeseable" la posible
nacionalización de parte del sector bancario porque "nadie, ningún
partido, quiere un sistema nacionalizado" que tendría "poco sentido" y
además "distorsionaría la competencia y quitaría recursos de todo tipo a
(las entidades) no nacionalizadas".
"La competencia de un banco con capital público es
prácticamente imposible de contrarrestar porque no es tan sólo que tenga
un capital que se le ha entregado con una remuneración prácticamente
gratuita, sino que además tiene implícitamente una garantía pública
total porque evidentemente un banco público no puede quebrar. Por eso
nosotros decimos que la banca nacionalizada hay que venderla
inmediatamente", opina.
Así, argumenta que la lentitud en la resolución de este
problema ha "debilitado" al resto del sector y que los costes deben por
tanto asumirlos las entidades con problemas "hasta el límite posible de
sus recursos", mientras que las ayudas públicas se deben dirigir a
"fortalecer el sistema bancario en su conjunto, creando nuevas entidades
sólidas y rentables".
Martín también considera que el Gobierno no acometerá una
tercera reforma financiera ya que los resultados de la primera
evaluación independiente de los activos de la banca apuntan a que los
requisitos establecidos hasta la fecha son "excesivos" y superan las
necesidades de recapitalización reales.
En concreto, recuerda que entre las dos reformas del Gobierno
del PP se exige a las entidades bancarias provisionar unos 80.000
millones, mientras que los valoradores independientes --que han evaluado
toda la cartera y no sólo la inmobiliaria, en un escenario muy
estresado-- cifran estas necesidades en unos 62.000 millones como
máximo.
"Probablemente los bancos tendrán que dotar menos de los
80.000 millones previstos y, en este caso, tendríamos un respiro, porque
en cuanto empecemos a disminuir las provisiones empezaremos a ver la
luz del otro lado del túnel", afirma el presidente de AEB, refiriéndose a
la recuperación del crédito hacia la economía real.
En cualquier caso, Martín recuerda que en este proceso no
jugará ningún papel la inyección de capital autorizada por el Eurogrupo,
que irá destinado a "cubrir pérdidas, no a liquidez ni para dar
créditos", y apunta que también será necesario que la economía privada
se desapalanque. "Yo no diría que primero se reactiva la economía y
después se reactiva el crédito; yo diría que las cosas van casi al mismo
tiempo", opina.