Este miércoles ha continuado en el Palacio de la Moncloa la ceremonia
de la confusión con los encuentros-despistes, que el presidente del
Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ha mantenido con los portavoces
parlamentarios del PNV, Aitor Esteban, y los de Esquerra Republicana de
Catalunya (ERC), Joan Tardá, y Gabriel Rufián, tres representantes
políticos con los que Mariano Rajoy tiene pocas posibilidades de contar
con sus votos para la investidura, pero que han sido convocados,
simplemente, para ganar tiempo, a la espera de lo que decida el Comité
Federal del PSOE de este sábado, sobre su abstención e, incluso, sobre
su posible rectificación en un nuevo Comité Federal del partido,
convocado en pleno mes de agosto.
La ceremonia de la confusión ha sido de tal intensidad que durante la
entrevista con el portavoz de Esquerra, Joan Tardá, éste le ha hecho
entrega de un pendrive con las conversaciones del ministro del Interior
Jorge Fernández Díaz con el responsable de la Oficina Antifraude de
Cataluña, el juez Daniel de Alfonso, recientemente cesado por el
Parlamento catalán para que quedase claro, según los representantes
catalanes, que la corrupción no estaba, según Tardá en el campo de los
independentistas republicanos, con los que ni el PP ni Mariano Rajoy
pueden llegar a nada, porque están situados en la defensa de la
independencia de España con un referéndum de escisión del territorio
nacional, imposible de aceptar y contra el que el PP se ha manifestado
con toda claridad. Una línea roja muy difícil de traspasar y que hace
imposible cualquier tipo de negociación. Ellos mismos le han recordado a
Rajoy que no están dispuestos a acudir a las consultas que convocara
próximamente el Rey morque, según ellos “el Borbón no ha pedido perdón
ni se ha disculpado por no hacer recibido hace meses a la Presidente del
Parlamento de Cataluña, Carmen Forcadell”.
No ha ido mejor el encuentro que el presidente ha mantenido con el
portavoz parlamentario del Partido Nacionalista Vasco (PNV) Aitor
Esteban y no podía ser de otra forma por el largo desencuentro que han
tenido durante toda la legislatura, en la que el Partido Popular, con su
mayoría absoluta, ha aplicado el rodillo y ha gobernado con prepotencia
y sin ninguna sensibilidad política. Estos últimos años, ha insistido
el portavoz vasco, se ha producido un “absoluto desencuentro” por el
rodillo parlamentario con el que ha venido funcionando el PP, y por los
numerosos recursos del gobierno central contra leyes y normas del
Gobierno vasco, por lo que hará falta a lo largo de los meses, un
profundo cambio de actitud hasta que quede claro que hay una voluntad de
cambio sin la que es imposible la reanudación del dialogo. Es más, a
pesar de la insistencia presidencial, desde el PNV no se ve la
posibilidad de abrir una mesa de diálogo para que un grupo de trabajo,
como se va a hacer con Coalición Canaria, pueda discutir todo un plan de
colaboración.
Dos encuentros que no han servido de nada sino, simplemente para
ganar tiempo y para transmitir también a los grupos políticos de que si
no hay acuerdo en la investidura será por la actitud del PSOE de no
abstenerse ya que, en esta ocasión, el dirigente del PP está dispuesto
si se lo propone el Rey a afrontar el reto parlamentario, aunque sea con
un gobierno en minoría, pero que en todo caso tendría que contar con el
apoyo de Ciudadanos que, por el momento, la Moncloa los ha dejado al
margen y no ha vuelto a hablar con ellos, ya que ellos, también están a
la espera de lo que decidan los socialistas.
De todas formas, lo que domina estos días en el mercado mediático es
la confusión, el rumor, la especulación, el engaño y, sobre todo, la
intoxicación, en un clima en el que los mismos dirigentes políticos
dicen una cosa y la contraria en cuestión de minutos. Mientras Rajoy
estaba reunido con el PNV en el Palacio de la Moncloa, el lehendakari
Inigo Urkullu aclaraba que la política sobre los presos de ETA no
influirá en posibles pactos para la investidura de Rajoy; Sánchez y
Rajoy podrían tener ya un acuerdo “atado” a través de negociaciones
secretas para apoyar un “gobierno en minoría ” del Partido Popular;
Rajoy presiona a Sánchez utilizando a Bruselas para que haya un acuerdo
especialmente por la urgencia de elaborar los Presupuestos Generales del
Estado para el año que viene y la inminente aprobación del llamado
techo de gasto; Rajoy quiere tener lista la investidura para principios
de agosto; hasta Septiembre no habrá nuevo gobierno…
Pero hay más, mucho más en esta ceremonia de la confusión… Dentro del
PSOE se especula con la posibilidad de un nuevo Comité Federal que
replantee el “No” a una abstención en la investidura de Rajoy: la
reforma constitucional formará parte del acuerdo al que lleguen Rajoy y
Sánchez para una posible abstención; el Comité Federal podría decidir
que sea la Comisión Ejecutiva la que al final decida un replanteamiento
del voto; Podemos tienta al PSOE con un Gobierno sin Rajoy, antes del
Comité Federal del PSOE; Pablo Iglesias dice que “si el PSOE da un paso
adelante, lo estudiaremos; siguen dando los números”; ya se especula con
la fecha del 20-N como fecha para unas terceras elecciones generales;
el líder de Podemos como la cabeza de lista de En Marea, Alexandra
Fernández, se muestran partidarios de estudiar una alternativa de
izquierdas al Gobierno de Rajoy ; Rajoy quiere sumar a Coalición Canaria
y PNV para no ir solo a la investidura; los barones se conjuran para
que Sánchez asuma el coste de que gobierno el PP; Coalición Canaria cree
que Rajoy está dispuesto a derogar leyes que aprobó su gobierno;
reuniones discretas mantienen engrasados los contactos opera garantizar
la gobernabilidad del país”. Y, así, hasta el aburrimiento, y el
desconcierto, en una verdadera ceremonia de la confusión.
(*) Periodista