ALICANTE.- La Comunidad Valenciana cerró 2018 como la autonomía española con más vivienda de obra nueva sin vender. En
concreto, y según los datos del Ministerio de Fomento, al cierre del
ejercicio la región tenía un stock de 86.137 inmuebles, lo que supone
apenas un descenso del 3,54% (unas 3.000 viviendas) respecto al año
anterior, recuerda hoy El Mundo.
A pesar de esto las previsiones del sector son optimistas, muy especialmente en el sur de la Comunidad: solamente en el primes trimestre de 2019 se invirtieron unos 287 millones de euros en nuevas promociones en las tres provincias,
la mayor parte (cerca de 200 millones) en Alicante. El dato supone
mejorar un 41,5% el arranque de 2018 y, de continuar por esta senda,
supondría cerrar el ejercicio con una inversión de 1.000 millones, el
mejor año desde el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
El
entusiasmo, sin embargo, parece haberse moderado. La inmobiliaria
Solvia apunta en su informe de coyuntura, hecho público este miércoles,
que Valencia y Alicante cerraron el primer semestre del año con un descenso del 4% en el número de transacciones;
y eso que en el conjunto de España el balance es positivo, con un
aumento de un punto.
Pese a esto Solvia espera que en el conjunto del
año haya un incremento de precios para Valencia y Alicante del 4 y el 1% respectivamente,
lo que supone moderar la escalada de precios que se ha registrado en
los últimos años.
Aún así, y según informaba la sociedad de tasación
Tinsa en junio, el valor de la vivienda en la Comunidad está aún un 40%
por debajo de los años del boom.
Para Solvia, el motivo es que «el
cliente es cada vez más precavido en sus decisiones de compra y realiza
operaciones coherentes con su presupuesto disponible». El resumen sería
que «hay demanda suficiente para asumir la oferta de vivienda, pero no a cualquier precio».
«De esta forma, se venderán en tiempo récord las viviendas cuyos
precios sean realistas y se ajusten a la capacidad de pago de los
hogares, tanto en obra nueva como en segunda mano». El resto se
quedarán, por ahora, sin una salida. Dentro del apartado de obra nueva
esta situación tiene su reflejo en el mercado del suelo: «Se está reactivando la compra de solares, pero los precios son más comedidos, tras el recalentamiento experimentado en los últimos años».
Esto
se produce, según los analistas de Solvia, porque «los promotores son
conscientes de que no pueden repercutir en el precio final de la
vivienda este coste más la elevada factura de la construcción, lo que
está provocando una caída en el valor de los suelos». «Esta tendencia se ha observado especialmente en zonas como la Comunidad Valenciana, donde no hay promoción de solares y los suelos finalistas que quedan deberían de concentrar mucha expectación».
La
consecuencia general de esto el precio medio de las viviendas de obra
nueva presentarán en 2019, y siempre según las previsiones de Solvia, una caída del 6% «frente al trimestre anterior cuando alcanzó valores máximos de los últimos diez años. De esta forma vuelve a situarse en valores similares a los registrados durante el año 2018».
La inmobiliaria considera que durante los próximos seis meses el mercado se estabilizará en grandes ciudades como Madrid y Barcelona,
«mientras que mostrará mayor dinamismo en aquellas provincias españolas
que todavía tienen recorrido». «Los mercados más dinámicos en volumen
de operaciones serán Burgos, Teruel o Huelva».
Su
previsión es que los precios evolucionen en estas áreas «por encima de
la media, con gran protagonismo en la obra nueva».
«Por su parte, las
provincias que registrarán mayores subidas de precios serán Pontevedra,
Navarra, Santa Cruz de Tenerife y Burgos, todas ellas registrando tasas
de crecimiento de más del 10%».
En estas regiones la oferta va alineada con el coste de la vivienda, con lo que la demanda se lo puede permitir y eso «tiene su reflejo en niveles de venta muy buenos».
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