MURCIA.- La asociación Huerta Viva ha hecho un recorrido por uno de los pocos
tramos que quedan a cielo abierto de la acequia de Casillas en la huerta
de Llano de Brujas. La veintena de personas que acudieron a la cita
pudieron conocer los valores culturales, ambientales y paisajísticos que
contienen estos antiguos cauces de riego.
En los márgenes de este tramo crecen higueras, laureles, así como
varios plátanos y moreras centenarias. También hay especies protegidas
de chopos, olmos y sauces. Estas arboledas las plantaban los antiguos
huertanos en los márgenes de las acequias para que las raíces sujetaran
la tierra, creando un rico ecosistema vinculado al agua donde habitan
especies acuáticas y aves insectívoras muy beneficiosas para la
agricultura.
Junto al cauce todavía se conserva una aceña que sacaba agua de un
pozo con la ayuda de vacas murcianas y burros. Esto lo contó al grupo un
vecino de Cabecicos que estaba sentado al fresco de la acequia y un
viejo plátano, el mismo que plantaron hace muchos años para dar sombra a
los animales que movían la aceña. En la actualidad esta función la hace
un motor.
A pesar de estos valores, tramos como el de la acequia de Casillas se
encuentran en peligro de desaparición. Varios vecinos han alertado
sobre las intenciones de entubarla, quedando el valioso vergel
convertido en un simple camino seco y sin vida.
La Junta de Hacendados
de la Huerta de Murcia justifica los entubamientos con el fin de mejorar
el riego, pero la realidad es que la mayoría de las acequias y azarbes
se encuentran en completo abandono y falta de vigilancia para evitar
vertidos, como se pudo apreciar en todo el recorrido. Ya no se hacen
mondas, ni labores de mantenimiento como se han hecho durante más de mil
años.
La asociación aprovechó la ocasión para reivindicar la protección y
conservación de la red de regadío tradicional que se extiende por toda
la Huerta, denunciando que más de la mitad de los cauces han sido
entubados en los últimos 30 años.
Esto conlleva una tremenda pérdida de
biodiversidad, elementos patrimoniales y un recurso de gran importancia
en la regulación del microclima en el valle de Murcia, con una bajada de
temperatura de 3° a 5°. A lo que hay que añadir, que esta red a cielo
abierto funciona también como sistema de drenaje en caso de lluvias
torrenciales.
Huerta Viva pide a la Junta de Hacendados un cambio de mentalidad, y
que sepan apreciar los valores ambientales y culturales que atesora la
red de regadío y que forman parte del interés general de toda la
ciudadanía.
Por ello, la asociación también solicita a los ayuntamientos
de Murcia, Santomera, Beniel y Alcantarilla un esfuerzo en la
protección de esta milenaria red y su colaboración en la mejora
ambiental, gestión y mantenimiento.
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