LONDRES.- Alcohol, sexo, drogas y jubilados británicos. Esa es la combinación explosiva que está generando un caos en Benidorm. Según una investigación del rotativo británico Daily Mirror, Benidorm se ha convertido en el lugar donde los turistas del Reino Unido van a revivir las doradas décadas de los 70 y los 80.
El informe resume que este famoso balneario español de la Costa
Blanca, siempre popular entre los turistas británicos, vive una invasión
de gente que busca revivir su viejas hazañas. Cuenta además lo fácil
que es conseguir drogas y cómo el sexo se vive en cada esquina.
El primer testimonio que recoge el reportaje es el de una señora de
Yorkshire, de casi 60 años, que se jacta de cómo hizo para ingresar
cocaína de contrabando dentro de un inhalador sinusal. Y lo hizo
mientras vestía una remera con la leyenda “Coke Whore” (puta
cocainómana).
El lugar muestra una extraña mezcla de destino familiar con frecuentes escenarios donde strippers bailan
al aire libre y mujeres, en su mayoría de Europa del Este, ofrecen sexo
a la vuelta de la esquina. Cocaína, éxtasis y marihuana son ofrecidos
durante todo el día, durante el almuerzo o simplemente en medio de un
paseo a lo largo de la costa.
Tan copado de británicos está la ciudad que ya cuenta con 2.305
residentes a tiempo completo (un 11% de la población total), de los
cuales muchos eligieron estar allí para vivir en un permanente estado de
fiesta.
Betty Thirlwall, de 66 años, por ejemplo, le dijo al Mirror: “Tienes
todo lo que puedas desear aquí: sol, mar y alcohol. A la gente le
encanta”. Igualmente, según ella, el lugar cambió la imagen de
“ebriedad” que mostraba en los 80. Pero no hay que escarbar demasiado
para descubrir que aún existe un sórdido punto débil con drogas,
espectáculos sexuales y prostitución, todos ellos fácilmente
disponibles.
Los espectáculos de cabaret giran alrededor de los clubes nocturnos y todos son gratuitos.
Uno de esos espectáculos incluía strippers vestidas como personajes
populares de Star Wars. Un hombre en una despedida de soltero dijo:
“Pensé que Benidorm iba a ser aburrido, no esperaba ver a Darth Vader
teniendo sexo”.
En otro lugar en el extremo este de la calle Gerona, la franja de
bares donde la mayoría de los británicos se congregan para emborracharse
por la noche, la escena puede tomar un giro más oscuro.
Las prostitutas ejercen su oficio abiertamente en la calle y
los traficantes de drogas no tienen reparos en comerciar a plena luz
del día frente a restaurantes familiares. Todo ante una llamativa
quietud, tanto de los lugareños como de la policía, que parece
ignorarlos por completo.
“Todos los británicos se congregan aquí (Calle Gerona) mientras que
todos los turistas españoles se quedan con el casco antiguo, así que
siempre ha parecido que mientras no afecte a las familias españolas, los
británicos pueden cuidar de sí mismos, eso no es nada nuevo”, dijo otro
británico que aportó para el informe.
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