jueves, 1 de agosto de 2019

La Región se sitúa 7,5 puntos por debajo de la media en el índice de competitividad

MURCIA.- La Región de Murcia se sitúa en el duodécimo lugar entre todas las comunidades autónomas en función de su índice de competitividad regional (ICREG), que desde 2009 se ha situado sistemáticamente por debajo de la media nacional en casi 7,5 puntos y se clasifica en el nivel competitivo relativo medio-bajo, junto a las comunidades de Castilla y León, Principado de Asturias, Cantabria, Galicia y Comunidad Valenciana. Igualmente, los niveles competitivos bajo y medio-bajo son los predominantes por ejes.

Así se desprende del último análisis de competitividad de la comunidad autónoma elaborado por el Colegio de Economistas y el Consejo Económico y Social (CES) de la Región que han presentado el director del estudio, José Carlos Sánchez de la Vega.
El informe tiene como punto de partida el índice ICREG que ambas instituciones realizaron en el año 2017 y que analiza el periodo comprendido entre 2009 y ese año.
El índice se basa en el análisis de un total de 53 factores de la economía regional divididos en siete grandes ejes determinantes para condicionar la competitividad: el entorno económico, el mercado de trabajo, el capital humano, el entorno institucional, las infraestructuras básicas, la eficiencia empresarial y la innovación.
Sánchez de la Vega ha explicado que, en base al análisis de esas variables, se puede resumir que la región tiene como puntos fuertes en su competitividad el dinamismo real de la economía y crecimiento de su PIB; el coeficiente de apertura, es decir, el gran número de exportaciones; el dinamismo de los mercados de trabajo o tasa de actividad; la densidad de tráfico de sus autopistas y el dinamismo emprendedor.
En el lado opuesto, como puntos débiles se sitúan la elevada tasa de ahorro, la de temporalidad, el abandono del sistema educativo temprano y el bajo promedio del denominado "doing bussines", o facilidad para hacer negocios.
El estudio hace un pormenorizado análisis y diagnóstico por cada uno de los ejes para proponer también estrategias y acciones a poner en marcha para mejorar la competitividad.
Así, en relación con el entorno económico, se han detectado bajos niveles de productividad que derivan en una baja renta per cápita y que requieren de una renovación del sector productivo potenciando sectores como el industrial, pero también de una modernización de los sectores tradicionales como la agricultura o el turismo.
En cuanto al mercado laboral, se han detectado como principales carencias los elevados niveles de desempleo y la fuerte temporalidad y en cuanto al capital humano, hay carencias en la formación de la población y el citado abandono escolar temprano, factores que precisan de una mayor refuerzo de la formación profesional y de la adaptabilidad de los trabajadores.
De la Vega ha incidido también en el lastre que suponen el déficit persistente y la abultada deuda de la comunidad autónoma, que precisan de una reforma del sistema de financiación autonómica y de una reestructuración de esa deuda, y ha reivindicado también un mayor esfuerzo inversor en infraestructuras y una mejora de la conectividad de la región para mejorar su competitividad.
En el marco de la eficiencia empresarial, el estudio apuesta por una mejora de los salarios y un refuerzo de la internacionalización, mientras que en el campo de la innovación se ha detectado un bajo esfuerzo inversor que Sánchez de la Vega ha considerado que debe paliarse tanto desde la inversión pública como desde la privada.

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