TOLEDO.- El portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Nacho Hernando, puso en valor este jueves que la «coherencia» y el trabajo «serio, sin aspavientos» del Ejecutivo
en la defensa de los intereses hídricos se está traduciendo en una
serie de «avances» y de «cambios» en el Ejecutivo central, frente a las declaraciones «incendiarias y el nerviosismo» que están teniendo en el Levante.
De este modo reaccionó Hernando, preguntado sobre las declaraciones del presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, que tras la reunión de este miércoles con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, afirmó que el Gobierno central quiere cerrar el trasvase Tajo-Segura tras comunicarle «que Murcia no necesita agua».
Hernando
volvió a afirmar que en esta legislatura se avanzó más en materia de
agua que en los 35 años de vida que tiene la Comunidad Autónoma, sobre
todo a raíz de la reunión que el presidente regional mantuvo con el
titular del Gobierno central, Pedro Sánchez, tras la que, a su juicio,
ha habido un cambio «sustancial».
«Nunca antes se le había hecho caso al Gobierno de Castilla-La Mancha de esta manera, nunca antes un ministro del Gobierno había dicho a un presidente autonómico que su plan era cerrar el trasvase», defendió Hernando, en referencia a las palabras que según, López Miras, le comunicó la ministra del ramo.
«El grado de nerviosismo de López Miras
cada vez que habla y el grado de decibelios de los insultos que
volvemos a recibir una vez más por parte de algunos en Levante vuelve a
demostrar que la coherencia planteada desde el primer momento por
Castilla-La Mancha estaba basada en datos científicos, en el sentido
común y en el deseo de buscar solución a un problema estructural de España. No es una coherencia basada en un capricho ni una batalla política ni un eslogan», insistió.
Es
por ello que, «frente a las declaraciones incendiarias y a las
referencias a la guerra de guerrillas y de maquis», se enorgulleció del trabajo «serio» e incluso «empático» con las necesidades del Levante
que demuestra el Ejecutivo castellano-manchego, a favor de que se
subvencione el agua de las desaladoras a fin de abaratar su coste.
Dicho
esto, y para concluir, Hernando defendió que esta forma «tranquila y
pausada» de trabajar del Gobierno regional con la que consigue objetivos
no solo es algo bueno para el debate del agua y los intereses de
Castilla-La Mancha, sino que le hace recuperar la fe en la política «serena», frente a lo que se vive en el ámbito nacional con «tanto ruido, insulto, escupitajo y decibelio».
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