¿Existió un plan Moncloa para deshacerse de Carles Puigdemont?
El ex president de laGeneralitat está convencido de que lo hubo: “El
plan Moncloa triunfa. Espero que sea verdad que gracias a eso puedan
salir todos de prisión”, aseguró en uno de los ya famosos mensajes que
envió el martes por la noche al ex conseller Toni Comín desvelados ayer por Telecinco.
Puigdemont daba a entender así que se produjo una conspiración para
acabar con sus ambiciones para ser investido presidente de la
Generalitat. Una conspiración orquestada por el Gobierno y secundada por
el PDeCAT y ERC con la opción de liberar a Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Jordi Cuixart y Joaquim Forn como baza de negociación.
El Gobierno, el PP y las formaciones independentistas niegan la
existencia de ese plan, aunque reconocen que hay “conversaciones
constantes” entre todos los partidos sobre Puigdemont y su situación
desde que a finales de octubre el ex president huyó a Bruselas y que
esas conversaciones se han intensificado después de que se convirtiera
en presidenciable tras lograr 34 escaños en las elecciones del 21 de
diciembre con su lista Junts per Catalunya.
Puigdemont tiene muchos enemigos. El Gobierno ha hecho lo que ha
podido a través de la vía judicial para impedir que su investidura
llegara a celebrarse. Tampoco es santo de la devoción de Ciudadanos, que
ganó las elecciones catalanas. Ni de los socialistas, que han cerrado
filas con Mariano Rajoy contra el procés. Pero más peligrosos son las enemigos propios que los ajenos.
A Puigdemont no lo quieren los de ERC, pues fueron a las elecciones
convencidos de que el próximo presidente catalán sería de su partido. Y a
una buena parte del PDeCAT le incomoda que Puigdemont mantenga sus
ambiciones presidenciables. La dirección del partido es consciente que
el ex presidente, que hizo una lista a su medida, se les ha escapado de
las manos.
Pero eso no significa que exista un plan para liberar a los presos a
cambio de la cabeza de Puigdemont. El Gobierno lo negó ayer a través del
ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido. Desde el PP explican
que es imposible negociar con la libertad de las personas, porque eso no
está en manos del Ejecutivo. “El Gobierno es una cosa y la Justicia,
otra”, insisten.
“Si algún partido nacional, el que fuera, pusiera sobre la mesa un
posible indulto, estaría acabado”, resumen fuentes populares en el
Congreso. Y es que un indulto es lo máximo que se podría negociar, pues
los procesos por los posibles delitos cometidos durante el procés son algo sobre la que solo pueden decidir los tribunales.
Las mismas fuentes añaden que antes de la celebración del 1 de
octubre hubo conversaciones entre el Gobierno y el independentismo para
tratar de aguar la consulta y convertirla en otro 9-N, pero que esas
negociaciones se estancaron cuando la Generalitat puso como condición la
obtención de indultos. No eran negociables.
Fuentes del PDeCAT en el Congreso niegan también la existencia de
cualquier plan Moncloa. Reconocen que hay contactos con el Gobierno y
también con otros grupos parlamentarios, pero afirman que jamás se ha
hablado de liberar a los presos a cambio de Puigdemont, pues son muy
conscientes de que el poder político no puede condicionar al judicial.
Las mismas fuentes atribuyen el convencimiento del ex presidente de
la existencia de un plan Moncloa al hecho de que el empecinamiento de
Puigdemont en ser presidente aumenta la crispación. “Si las tornas
cambiasen con un nuevo Govern que rebajase la tensión política,
descendería también la presión judicial”, plantean.
Pero eso es todo. “Ojalá hubiera algún plan en Moncloa”, ironizan las
mismas fuentes y lamentan “la falta de ideas del Gobierno para tratar
de buscar soluciones políticas a la situación”. Algo parecido indican
desde las filas del PSC, donde reconocen la existencia de conversaciones
constantes con el Gobierno sobre asuntos como el del Constitucional,
pero niegan tajantemente que se haya negociado con la situación de los
políticos presos.
De esas conversaciones están excluidos Ciudadanos y Podemos. Fuentes
de Ciudadanos consideran que “sería gravísimo que el Gobierno se hubiera
atrevido a articular un plan de ese tipo”, pero creen que se trata
“solo de un delirio del fugado Puigdemont”. No obstante, subrayan que no
saben nada a ciencia cierta, porque las relaciones con Moncloa se han
congelado desde que Inés Arrimadas ganó las elecciones del 21 de diciembre.
A Pablo Iglesias la cuestión catalana no le ha beneficiado
políticamente y ha decidido alejarse del conflicto. La última vez que el
líder de Podemos trató con Rajoy sobre este asunto fue antes del 1 de
octubre. Y el PNV, a quien algunas crónicas han presentado como
intermediario en ese supuesto plan Moncloa, niega también la mayor y
asegura que no ha negociado nada, aunque reconoce también la existencia
de conversaciones constantes con otras fuerzas políticas sobre la
situación en Catalunya.
(*) Periodista
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