CARAVACA DE LA CRUZ.- Caravaca supera ampliamente en extensión de cultivos hortícolas al resto de la Comarca del Noroeste y la del Río Mula. Principales consecuencias, el incremento de la contaminación
por nitratos que está en clara consonancia con la notable ampliación de
las superficies transformadas a regadío a intensivo.
El Noroeste de la Región de Murcia se ha convertido así en el
nuevo Campo de Cartagena, con epicentro en Caravaca, donde campa sin
control el agro poder en busca de sus aguas subterráneas, más aún en el
actual escenario de sequía, y con las mismas prácticas perniciosas que
provocaron el colapso de la laguna salada, según adelanta hoy El Noroeste Digital.
Según el Consejo de Defensa del Noroeste, revisada la
información de la Consejería de Agricultura de la CARM, que supone nos ofrece el mejor dato disponible, se ha analizado la evolución del
regadío en la última década, de 2011 a 2021:
1º.-Llama poderosamente la atención el gran incremento de las superficies dedicadas a hortalizas, incluido tubérculos de consumo (patatas).
2º.-Destaca sobre todo el cultivo de bróculi y lechugas, que
representan aprox. un 70% del total, como las principales hortícolas que
están dominando, en las grandes transformaciones, nuestro paisaje
rural.
Así, en 2011, en Caravaca se tenían unas 1.200 Ha que han pasado a
unas 2.120 Ha en 2021, lo que supone, con cerca de 1.000 Ha más, un
aumento de casi el 80%.
Por otro lado, tomando todas las superficies dedicadas a hortícolas
en el resto del Noroeste, Bullas, Cehegín, Moratalla y Calasparra, la
suma de los otros cuatro municipios queda claramente por debajo de
Caravaca, tanto en términos absolutos, como en incremento porcentual,
pasando de 990 Ha en 2011 a unas 1.340 Ha en 2021, lo que supone el
aumento de un 35%.
Se ha de significar que en la Comarca del Río Mula, el peso del
sector hortícola no ha venido siendo importante, por lo que, si la
agregáramos a esos cuatro municipios, pasaríamos a un aumento del 40% de
2011 a 2021, es decir, la mitad de la transformación a regadío dedicado
hortalizas que se ha producido solo en Caravaca.
Evidentemente, la inmensa mayoría de estas superficies dedicadas a
hortícolas son transformaciones a regadío en intensivo (con sistema de
riego localizado o por goteo). Una parte importante se viene
realizando sobre antiguos secanos que han sufrido la transformación de
grandes extensiones, de modo irregular o ilegal, a través del bombeo de
aguas subterráneas, más allá de los volúmenes y superficies que en el
mejor de los casos les podía corresponder.
Otra parte,
absorbiendo regadíos tradicionales, que prácticamente han desaparecido,
por su transformación a intensivo o por su abandono a la espera de que
una gran empresa o fondo de inversión hortícola llame a la puerta.
En este sentido, ARECA (Agrupación de Comunidades de Regantes
de Caravaca), ya denunció, por irregular o ilegal, más de 1.500 Ha de
nuevos regadíos en Caravaca. Primero, por medio de un estudio
que encargó en 2007, que ponía de manifiesto las inscripciones de
concesiones irregulares por parte de la CHS, de cerca de 1.000 Ha, en
contra de la Ley de Aguas.
Y con posterioridad, solo entre 2014 y 2018,
más de 500 Ha se han transformado de secano a regadío en Caravaca de
modo ilegal, y sin control por parte del organismo de Cuenca y del resto
de administraciones.
El cultivo de brócoli y/o lechuga puede llegar a consumir unos 4.000
m3/Ha por cada ciclo.
En esta zona, y merced a las cada vez más
elevadas temperaturas y la adaptación de las variedades, las grandes
empresas hortícolas pueden cumplir con dos e incluso tres ciclos en la
misma superficie.
Por tanto, se puede llegar a una demanda de
12.000 m3/Ha y año, que podría hasta triplicar el volumen máx.
concedido; demanda que lleva además a un sobre abonado que al final
termina infiltrando el exceso al acuífero. En este sentido, nos
hemos centrado en el sector hortícola intensivo por cuanto genera
enorme demanda de agua y aportación de fertilizantes.
El gran problema es que la afección a las aguas subterráneas
(fuentes y manantiales), así como a nuestros ríos (Quípar y Argos) es
cada vez mayor, lo que se traduce en un claro aumento de la
contaminación por nitratos y en mermas de los caudales tradicionales,
así como en graves alteraciones del relieve y del paisaje, ante la
pasividad de todas las administraciones.
Y al final este proceso también puede poner en riesgo la
calidad del agua de abastecimiento de las pedanías de Caravaca que
procede de los mismos acuíferos.
Si se analizamos el gráfico resumen de la campaña de la Red Ciudadana de
Vigilancia de la contaminación por nitratos 2023, en la que el Consejo
para la Defensa del Noroeste colabora con Greenpeace, se ve que, de los
34 puntos muestreados, en fuentes y ríos Quípar y Argos, donde 24 de los
cuales son de Caravaca, casi el 80% están contaminados o en
algún caso muy contaminados, tras una evolución al alza que se ha
producido sobre todo a partir de 2015.
Mientras tanto, se sigue a la espera de la aprobación de los
Planes de Actuación para las nuevas Zonas Vulnerables a la Contaminación
por Nitratos, como es la de Caravaca, Bajo Quípar y Bullas,
por parte de la Consejería de Agricultura, que tenían que estar
aprobados (son de obligado cumplimiento) desde 2021.
Como conclusión, se puede constatar, cada vez con más evidencia, que
amplias zonas del Noroeste de la Región de Murcia se han convertido en
el nuevo Campo de Cartagena, donde campa sin control el agro poder en
busca de sus aguas subterráneas, más aún en el actual escenario de
sequía, y con las mismas prácticas perniciosas que provocaron el colapso
de la laguna salada.