domingo, 17 de marzo de 2019

Pucherazo liberal / Rosa Roda *

"Pucherazo Liberal" o "Pulpo como animal de compañía". Cualquier titular valdría porque no son primarias, es un paripé que causa vergüenza ajena.

Lo de Ciudadanos no tiene un pase. Hacen primarias para aparentar una democracia interna en la que no creen ni quieren. En CS, los militantes no eligen a sus representantes, es Albert Rivera quien elige a dedo quién ha de representarle en cada región. La democracia al revés. 
Y como ha dicho el secretario de organización de CS, Fran Hervías "el aparato siempre gana", solo que el aparato ha perdido en Castilla y León con lo que Hervías debería haber dimitido de inmediato por el daño que está causando al partido y porque trata a su militancia como a ganado, como a borregos de lana naranja agrupados en rebaños repartidos por regiones a los que pastorea a su antojo. ¿No le apodan el Señor Lobo?

Pero Igea ha ganado las primarias trucadas por el aparato del partido que quería imponer a la tránsfuga del PP, Silvia Clemente. ¿No debería ser Hervías quien tuviera que decidir ahora si sigue o no en el partido Ciudadanos?

El aliado de Igea ha sido la tremenda indignación que la imposición de Clemente había causado entre la militancia de esa comunidad, de tal forma que un buen samaritano dejó las miguitas justas de pan para que Igea siguiera el camino y tirara del hilo con el que ha destapado la trampa del voto telemático. Más votos que votantes para Clemente que han tenido que ser anulados. De no ser por ese samaritano infiltrado, Igea estaría hoy expulsado de Ciudadanos por osar enfrentarse a los deseos de su amado líder, Albert Rivera, cada día más acelerado , derechizado y con más tics.

La votación telemática es el sueño dorado de cualquier dictatorzuelo y en Cs hay muchos dictatorzuelos. Me consta que en la IV asamblea general de Cs en Coslada, un nutrido grupo de militantes reclamó urnas físicas y papeletas para votar en primarias como se ha votado toda la vida. Querían acabar con las sospechas y las dudas. 
El aparato del partido les pasó por encima como una apisonadora porque con urnas y papeletas, el pucherazo se complica. Pero qué se puede esperar de un partido político que no facilita a los candidatos ni el censo de afiliados antes de un proceso de votación. Cómo es posible que sabiéndolo, todavía haya candidatos masoquistas dispuestos a disputar primarias en Ciudadanos.

El partido sabe lo que es mejor para el partido y ya os diremos lo que hay que votar les vino a decir Fran Hervías a sus afiliados durante una asamblea celebrada a finales de febrero en Murcia, tras advertir a los asistentes de que no podían grabar con sus teléfonos móviles. Eso aseguran asistentes. El mismo viernes que Hervías cortó la cabeza a Miguel Sánchez con saña y mal gusto. 
Y eso hizo Hervías. Indicó en Twitter que debían votar a Isabel Franco para la Comunidad Autónoma y a Mario Gómez para el Ayuntamiento de Murcia, aunque Gómez no tuvo rival finalmente. El edil Carlos Peñafiel presentó y retiró su candidatura a las primarias de Cs al Ayuntamiento de Murcia en solo tres horas. No quiero ni imaginar cómo debieron ser de convincentes y expeditivos los representantes del aparato en la región de Murcia con el joven edil que desde entonces no ha abierto la boca. 
Peñafiel, que contaba con muchos apoyos, casi trastoca los planes divinos: Mario Gómez al Ayuntamiento de Murcia a cambio de que el diputado Juanjo Molina (hombre de Mario) no disputara las primarias a la comunidad a Isabel Franco que era la designada por el aparato para sustituir a Miguel Sánchez y representar a Rivera así en la tierra como en el cielo. 
 Y ¡voilà! Isabel Franco ganas las primarias con 599 votos, más votos incluso que Inés Arrimadas en Barcelona y una participación electoral del 70% que no se la cree ni el tato. A alguien, me temo, se le fue la mano dándole al botón del teclado del ordenador. 
Por cierto, me pregunto qué debe saber y tener Mario Gómez de sus superiores en Barcelona y Madrid para estar donde está sin nadie que le tosa. Recuerden que de su whtasapp salió la orden que dio lugar al "caso facturas" que destapó Onda Cero consistente en cargar gastos electorales al grupo parlamentario recién iniciada la legislatura. Mario Gómez fue defenestrado y restituido con honores en menos de un mes pese al escándalo nacional que intentaron arreglar con el manido "error administrativo" cuando en realidad era "un pufo económico e ilegal". 

El cartagenero Leonardo Pérez, que quedó en segunda posición con 237 votos, sigue esperando que la secretaria de organización en Murcia, Valle Miguelez le explique por qué tardaron más de 3 horas en dar los resultados de la votación cuando son automáticos al ser telemáticos, por qué durante el día de la votación hubo centenares de llamadas a militantes desde teléfonos oficiales del partido y por qué reclaman a las agrupaciones los certificados de voto con los que, al parecer, controlan a quién ha votado cada militante.

Leonardo Pérez puede esperar sentado. No le van a contestar. La Comisión de Garantías ya ha dictaminado que en Murcia no hubo pucherazo, aunque existen serias sospechas del mismo. Pérez no ha tenido la suerte de Igea. No ha contado con la ayuda de un buen samaritano que le diga de qué hilo tirar para destapar la trampa y poder comprobar si, como sospecha, dieron a Isabel Franco (la feminista liberal y protegida de Paco Álvarez) votos desde otras regiones. 
A Pérez no le queda otra que acatar el resultado o abandonar una formación política que desprecia y humilla de esa forma a su militancia. Le quedará el recuerdo de salas llenas de afiliados durante su campaña de primarias por las agrupaciones frente a salas casi vacías de su rival y ganadora, Isabel Franco, a la que apenas conocen los militantes de Cs, mucho menos los electores murcianos. Aunque con CS pasa como con VOX, puedes poner a un mono tocando el tambor, que lo votaran igualmente. Vende la marca.

El sistema de votación que utiliza Ciudadanos para sus primarias solo se puede calificar de fraude. Otra forma de corrupción política. "El sistema consiste en mover afiliados desde otras partes o ciudades para que se integren como votos de más y los usan para votar. Los mandan desde un mismo ordenador, una misma IP, pese a ser gente que no debería votar por no pertenecer a la zona de la candidatura. 
Esos votantes son transferidos desde la bases de diferentes comunidades a las de la comunidad en la que se va a votar al favorito de Rivera" ha explicado a El Diario.es Javier Carpio, informático de profesión, que interpuso una denuncia por la votación telemática del partido en las primarias de Málaga y al que posteriormente echaron "por dañar la imagen del partido". 
El sistema de votación telemática está diseñado para manipular elecciones y, muy importante, tener controlado al rebaño. El aparato puede comprobar lo que vota cada afiliado. Tremendamente preocupante y peligroso tratándose de un partido que aspira a gobernar España.

Pero los pucherazos en Ciudadanos no son nuevos. Resulta incomprensible que alguien pueda seguir creyendo que las primarias son limpias, democráticas y transparentes cuando son tramposas, oscuras y no democráticas porque elige el dedo de Rivera, Hervías y Villegas a través de un ordenador. 
Onda Cero ya destapó en 2016 las irregularidades cometidas en las primarias celebradas en la región de Murcia en 2015 con afiliados de quita y pon. A Hervías le pillaron con las manos en la masa. 
Le grabaron amasando el pufo y no dimitió, al contrario, sigue visitando rebaños y zampándose corderitos como ha sucedido en Murcia con Miguel Sánchez que acabará haciendo bueno el dicho "otro vendrá que bueno me hará". Al tiempo. 

Pasen y vean el pucherazo liberal de Ciudadanos, el partido en el que pulpo se acepta como animal de compañía y los afiliados son de quitan y pon con el ratón de un ordenador. 
(*) Periodista y jefa de Informativos en Murcia de Onda Cero 


Diego Conesa ofrece la Delegación del Gobierno a Teresa Rosique / Joaquín García Cruz *

Teresa Rosique, la presidenta del PSRM-PSOE, será la nueva delegada del Gobierno en Murcia, si ella quiere. De lo contrario, ocupará el cargo Francisco Jiménez, el ex jefe provincial de Tráfico y actual secretario general de la Delegación, quien seguirá en su puesto y será la mano derecha de Teresa Rosique en el supuesto de que, como resulta previsible, la veterana política cartagenera acepte el ofrecimiento que ya le ha hecho Diego Conesa. 

El secretario general socialista y todavía delegado del Gobierno dimitirá el próximo día 29 para dedicarse por completo a las elecciones autonómicas del 26 de mayo, en las que competirá por la presidencia de la Comunidad Autónoma con Fernando López Miras (PP), Óscar Urralburu (Podemos), Isabel Franco (Ciudadanos), Alberto Garre (Somos Región) y el candidato de Vox, aún por designar.

La fecha del 29 de marzo no responde a un capricho. Será viernes. Tocará Consejo de Ministros y, en esa reunión, una de las últimas que celebrará el Gobierno de Pedro Sánchez antes de las elecciones del 28-A, el Ejecutivo aceptará el cese de Conesa y designará al delegado o delegada del Gobierno que el propio Conesa habrá propuesto previamente a Meritxell Batet, la ministra de Política Territorial y Función Pública. 

A fecha de hoy, el deseo del líder socialista es que le reemplace en el despacho de Teniente Flomesta Teresa Rosique, que daría a la Delegación un perfil más político, y que siga al frente de la sala de máquinas su buen amigo Francisco Jiménez, funcionario y conocedor de todos los vericuetos administrativos.

En el caso de que Rosique no accediera a la Delegación, por una razón u otra, Diego Conesa tiene muy claro que sería el turno de Francisco Jiménez, pero la designación de Teresa Rosique encierra mucha carga simbólica. 

Primero, porque se trata de una mujer, y su nombramiento reafirmaría al PSOE regional en la paridad que promueve en los cargos públicos, al tiempo que acallaría las críticas al propio Conesa que todavía resuenan en los corrillos del partido desde que el Comité Regional aprobó el pasado día 9 sus candidaturas electorales, que respetaban el 'modo cremallera' al que los socialistas están obligados por los estatutos de la organización (hombre-mujer-hombre o bien mujer-hombre-mujer), pero dejaban fuera -en la semana del 8-M- a sus tres principales referentes feministas: Rosa Peñalver, María González Veracruz y Begoña García Retegui. 

La cuarta mujer histórica en la vida reciente del PSRM es Teresa Rosique.

Existe otra razón para que Diego Conesa se incline por Rosique. Ella fue, junto con Pedro Saura, el látigo y el dedo acusador de los desmanes urbanísticos del PP en la época del ladrillo, la voz que clamó, muchas veces en soledad, contra los primeros casos de corrupción bajo la égida de Valcárcel. Alcaldes de su propio partido llegaron a censurarla porque las denuncias de Rosique ponían en peligro los convenios urbanísticos de los que dependía la supervivencia financiera de sus municipios. 

Su ascenso a la Delegación del Gobierno sería todo un ideograma, el epítome del fin de la etapa del PP en Murcia y el recuerdo estimulante de la mejor etapa del PSOE, cuando dos mujeres socialistas gobernaban en la Región: María Antonia Martínez en el palacio de San Esteban, como primera presidenta autonómica de España, y Concepción Sáenz en la Delegación del Gobierno, ambas con mano firme y una ejecutoria breve pero impoluta y eficiente. 

La fuerza del mensaje que el PSOE lanzaría con el nombramiento de Rosique, tanto a su militancia como a la sociedad en su conjunto, silenciaría las críticas, residuales, de otros socialistas que no olvidan cuánto llegó a flagelar Teresa Rosique al PSOE en su etapa anterior desde las filas de Izquierda Unida.

Un día antes de que Diego Conesa cese en el cargo, vendrá a visitarlo Pedro Sánchez, en su condición de presidente del Gobierno. Puede que aproveche para reunirse también con dirigentes socialistas, pero será un viaje oficial y no como mandatario socialista. La agenda está ya cerrada para el jueves, 28, con presencia en la Federación de Empresarios del Metal (FREMM), donde Pedro Sánchez y Diego Conesa mostrarán las excelencias de la FP dual, y en el Parque Tecnológico de la Universidad de Murcia (UMU). Ciencia, investigación y tecnología serán, también, los ejes del programa del PSRM para las elecciones de mayo.

Cinco días antes, el 23, sábado, la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, arropará a Conesa en la presentación del prontuario económico de su programa electoral, y es posible que dé a conocer alguna mejora para los trabajadores fijos-discontinuos.

Esta es, 'grosso modo', la hoja de ruta de Diego Conesa hasta llegar al final de su mandato institucional, el 29 de marzo, y empezar a desbrozar ese día el camino que lo llevará hasta los comicios autonómicos del 26 de mayo, que serán en los que los socialistas se jugarán en Murcia la posibilidad de acabar con 24 años de poder del PP o seguir en el purgatorio. 


(*) Columnista



En el corazón de la bestia / Ramón Cotarelo *

(N.B.: el cartel que más me gustó ayer en la manifa de Atocha/Cibeles, fue el que rezaba: Hemos venido a despedirnos. Genial. Ras i curt i català, aunque en castellano. Pero es peligroso porque, dicho eso, el resto del post sobra. Hemos venido a despedirnos. Passi-ho be. Chau). 

No obstante, haremos de cronistas de la jornada de ayer.

Fuimos a Bruselas un frío mes de diciembre de 2017 a pedir la libertad de presas y exiliados. Éramos 60.000.

Ayer fuimos a Madrid. Mejor tiempo, menor distancia. Asistencia duplicada. 120.000. A seguir pidiendo la libertad de presos y exiliadas, a defender la causa por la que fueron detenidos, la de la autodeterminación y, en el ánimo de la inmensa mayoría de quienes estábamos allí, la independencia de Catalunya.

E iremos a donde haga falta. Siempre pacífica, alegremente. Y siempre pagándonoslo de nuestro bolsillo. Porque nuestra causa es justa. Cuando un pueblo se pone en marcha, no puede parar. Y  somos el pueblo, que estamos movilizados, los que hemos venido a Madrid, mostrando el camino a nuestros dirigentes democráticamente electos y todavía en libertad.  
 
Nosotros somos el pueblo. Jóvenes, viejos, en madurez y vigor, trabajadores, profesionales, parejas, matrimonios, familias enteras, funcionarias, agricultores, moteros (ahí, ahí, mis escamots motards), estudiantes, jubiladas, heteros y homosexuales, nativas, inmigrantes, refugiados, católicas, agnósticas, ateos, vegetarianas, plusmarquistas, pequeño-burgueses, solteros, divorciadas, raperos, escritoras, promesas de futuro, nostálgicos del pasado, actrices, cocineros, poetas, contables, propietarias, inquilinos, enfiteutas, herederos, manirrotos, ludópatas, aparceras, sanos, enfermas, prestamistas, bomberos, paletas, jueces...  
 
Lo dicho, el pueblo es como la flecha lanzada al aire. No puede parar hasta llegar al blanco. Y no pararemos hasta conseguirlo. 

Las reacciones de la bestia, las que eran de esperar. O más, porque a cada nueva marcha, se siente más acorralada, más ofuscada y es más agresiva. Ya han sacado dos veces al mentecato heredero de Franco a amenazar a sus súbditos, mientras las cloacas del Estado, que no son otra cosa que el Estado de las cloacas, lo inundan todo con su fétido olor, desde las sacristías a las universidades, desde el Parlamento a las redacciones de los medios, pasando por los tribunales de justicia y los cuartos de banderas, que vienen a ser lo mismo.

El comportamiento de la bestia acorralada es recurrente, en bucle, circular, como las pescadillas que se muerden la cola. En los márgenes, a medio camino entre los "tontos berrendos en idiota" que decía el poeta Alberti, y los grupos de fachas delincuentes más o menos de Vox, amparados por los policías para insultar y provocar a los manifestantes, matones y energúmenos de la Españorda unagrandelibre.

A continuación las izquierdas oficiales, desaparecidas, aterrorizadas de que se las relacione con la peste secesionista, con lo que perderían votos a porrillo.  La alcaldesa de Madrid, tan hospitalaria y tan roja, no apareció ni a dar la bienvenida, a lo que obliga la cortesía, salvo que seas tan oportunista como la Colau de Barcelona que, diciendo ser de izquierdas, obedece las órdenes de Madrid con fidelidad canina. 
 
Podemos, callado, y menos mal porque como hable, te enjareta el tocomocho teórico del internacionalismo, su convicción de que todo nacionalismo es una enfermedad, excepto el suyo porque no es nacionalista. Ni un solo nacionalista español, de derechas, izquierdas o centro pivotal, es nacionalista. Los nacionalistas son siempre los otros, especie de pobres de espíritu a los que hay que curar, mientras que el independentismo no es otra cosa que un proyecto de la podrida burguesía catalana. 
 
Ayer, 120.000 podridos burgueses catalanes llenamos el paseo del Prado y la Cibeles.  IU enmendó su yerro unas horas antes y se solidarizó a tiempo con los indepes catalanes, para no caer en la miseria y distinguirse del zombie Llamazares, cuyo comunismo tiene el pedigrí de Covadonga.

El PSOE, a su vez, ya ha aclarado que jamás hablará de autodeterminación y, si nos ponemos chulos,  Pedro Sánchez, cuyas luces son tan escasas como sus escrúpulos a la hora de mentir, nos echa encima más jueces, más tribunales, más embustes y engaños, mientras ocupa el lugar de la derecha. 
 
A su vez, esta pide la prohibiciòn sin más de manifestaciones secesionistas y las demás que le molesten y echándose más a la derecha, reclama ya la dictadura,  como VOX, o sea, los fachas. Y ya estamos en donde empezamos, en bucle. Abren las provocaciones de los fascistas y ellas cierran. La autodeterminación les pasará por encima como un tornado pacífico por un huerto.

Los madrileños, gente feliz, sin enterarse, porque los medios no informan, pues se limitan a ignorar todo lo que molesta al gobierno de turno. En la TVE ni una imagen en directo de la manifa. Todo valoraciones y análisis de "periodistas" a sueldo, cuya coincidencia con la realidad es perfectamente casual. 
 
Los medios manipulan, engañan y falsean, y las autoridades, todas, peperas socialistas o podemitas (que también pillan cacho en algunas administraciones) mintiendo, tratando de crear una realidad paralela, como hacen en el juicio farsa. La corrupción de la bestia tiene la dictadura en su horizonte y su función será justificarla.

Por eso, es muy de agradecer el apoyo y solidaridad que hemos recibido de otros pueblos del Estado. De los 500 autobuses que llegaron a Madrid, 360 eran catalanes. El resto de otros lugares. Emocionante, solidario, conmovedor, pero muy escaso. Así que, visión realista de las cosas y sin engañarse, que es fórmula segura para la derrota. Todo lo que la solidaridad de otros pueblos del Estado puede aportar a Cataluña empieza y acaba en lo simbólico. 
 
La izquierda española es contraría a la independencia, a la autodeterminación, en muchos casos, como el ministro de Asuntos Catalanes, Borrell, directamente catalanófoba y está deseando cabalgar sobre el 155. Hágalo y será lo último que haga en este mundo traidor en el que, según Campoamor, otro poeta, nada es verdad o mentira sino todo del color del cristal con que se mira. Sobre todo si lo hacen los franquistas, como Casado, Rivera o Abascal, o sus sometidos, como Sánchez o Iglesias. 

Por supuesto, aunque cualitativamente poco relevante, la solidaridad es hermosa y la agradecemos de mil amores. Recabarla, además, y desde luego, conseguirla, ha sido un gran acierto táctico por el que hay que felicitar a la principal organizadora, la ANC. Algo mutuamente beneficioso: a nosotros nos viene muy bien comprobar que no estamos solos o somos unos raros, como sostienen los unionistas, y que tenemos amigos, aunque no sean muchos A estos también les viene bien aparecer en lucha junto al pueblo catalán. Ganan en visibilidad y consideración de los sectores sociales más progresistas.

Es de buena educación agradecer. La hospitalidad de Madrid, maravillosa, y la sinergia revolucionaria que de aquí se seguirá, muy provechosa y prometedora. Pero no hay que confundirse: la tarea ha sido siempre fundamentalmente nuestra, a veces en condiciones de muy amarga soledad. Dispuestos a compartir experiencias con quien las precise, pero sin olvidar que son nuestras, en nuestro contexto y que tienen un elemento de singularidad único. 
 
Somos solidarios con todas las luchas populares. ¿Cómo vamos a ignorar que el sórdido "¡A por ellos!" se ha convertido en un cálido "¡Con ellos!"? Pero la liberación de Catalunya es y seguirá siendo obra esencialmente de los catalanes. Lo cual no obsta para que tengamos a orgullo nuestra desinteresada aportación a la libertades de los otros pueblos del antiguo imperio, hoy Estado español, empeñado en destruirse para siempre por su estúpida obsesión por oprimir a las naciones no castellanas.
 
 
 
 
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED

Madrid, una lección de dignidad / José Antich *

El independentismo se ha manifestado este sábado por las calles del centro de Madrid, que durante unas horas han parecido más bien el passeig de Gràcia, la plaça de Catalunya, la Gran Via de les Corts Catalanes o la Diagonal de Barcelona, que Cibeles, la fuente de Neptuno, el paseo del Prado o la estación de Atocha de la capital española. 

Decenas de miles de personas habían viajado desde Catalunya, pero también otros miles provenían de diferentes rincones de España y algunos miles más eran residentes de la misma ciudad de Madrid. Según los organizadores, en total 120.000 personas; una cifra que era pinchada por el Cuerpo Nacional de Policía de una manera tan burda que restaba cualquier credibilidad a las cifras que ofrecía.

Acostumbrados como estamos a este baile de números, hay que hacer poco caso. Sobre todo, porque la marcha fue todo un éxito por varios motivos. En primer lugar, porque el independentismo ha vuelto a demostrar una musculatura importante a la hora de movilizar a sus simpatizantes para reivindicar el derecho a la autodeterminación, la libertad de los presos políticos y el retorno de los exiliados. De tanto practicarlo con éxito acaba pareciendo normal, pero no es nada fácil, como muy bien saben los que nunca lo consiguen.

En segundo lugar, porque el independentismo de los partidos, embarcado en tantas refriegas como decisiones tiene que adoptar, fue otra vez superado por las ansias de unidad de la ciudadanía. 

En tercer lugar, la marcha de Madrid permitió confirmar que sí existe una España (pequeña, eso sí) al lado del independentismo catalán, de sus reivindicaciones y de sus posiciones políticas. Una pequeña España que sí acepta el 1 de octubre y denuncia abiertamente la represión en Catalunya.

Quede para la historia que el independentismo catalán un 16 de marzo de 2019 salió a las calles de Madrid con sus símbolos, sus banderas, sus pancartas y sus valores. Y que protagonizó una lección de dignidad en la capital donde sus presos políticos son estos días injustamente juzgados en el Tribunal Supremo y donde el "A por ellos" se hizo grande al tiempo que se resquebrajaba la ley y se vulneraban derechos fundamentales de los catalanes en una represión que, en algunos aspectos, aún no ha acabado.


(*) Periodista y ex director de La Vanguardia


sábado, 16 de marzo de 2019

El arzobispo de Granada y metropolitano de Cartagena compara a 'Vox' con el fascismo y aboga por el voto útil


GRANADA.- El arzobispo de Granada (y metropolitano para la Diócesis de Cartagena), Javier Martínez, ha remitido una dura y extensa carta a propósito del auge de Vox ante las próximas elecciones generales: «Votar a una cierta derecha es votar a una cierta izquierda». Sin citar directamente al partido de Santiago Abascal, monseñor Martínez muestra su «preocupación creciente» por «una cierta derecha» que «parece a veces casi subvencionada» y se erige como «la visión cristiana del mundo», y sin embargo no lo es. Un paradigma que compara con el auge del fascismo y del nazismo en la Europa de entreguerras, según recoge Abc

«A comienzos del siglo pasado, en Francia, sucedió una historia parecida. No era el contexto de hoy, lo sé. El partido se llamaba entonces L’Action Française. Quería restaurar la cultura cristiana, pero sin la fe cristiana, sin Cristo. El supuesto restaurador, Charles Maurras, no era creyente. Muchos católicos lo apoyaron, de todos los niveles culturales y de todas las clases sociales», recuerda el arzobispo de Granada.
«En el año 1926, la Santa Sede condenó a Maurras y prohibió a los católicos votarle. No todos siguieron la indicación de la Santa Sede. Pero la mayoría de quienes no lo hicieron terminaron echándose en los brazos de Hitler y de Mussolini», asevera Javier Martínez al remachar la carta, titulada ‘Trágica confusión en el pueblo cristiano’.


«Una parte muy considerable de los que nos decimos católicos ya no sabemos lo que es el cristianismo, y eso nos permite confundirlo con cualquier ideología» venga «del lado que venga, desde las más caras y lujosas (con spa incluido) hasta las de todo un euro», prosigue el arzobispo de Granada, que alerta sobre «cualquier oferta que tenga un buen marketing en el mercado de lo espiritual y de los valores».
«Quien tiene más interés en el crecimiento y el (relativo) éxito de esas propuestas de las que hablo, y que coquetean con él, son precisamente los grupos dispuestos a todo con tal de fracturar al pueblo español y desarraigarlo total y definitivamente de su tradición cristiana», sostiene Martínez, que reconoce ante todo la «libertad» de las personas a la hora de votar propuestas de partidos, sin decantarse por ninguno en concreto.

La carta completa:

«A propósito de las próximas elecciones.
Parto de la base de que un político o un grupo político cualquiera, en un país que se dice libre, y hasta en uno que no lo fuese, es libre de proponer y defender (hasta de forma heroica), lo que considere mejor para el futuro del pueblo al que quiere servir. Y doy también por supuesto que todos los votantes, católicos y no católicos, son perfectamente libres de votar a la opción que consideren mejor para la sociedad en que viven. Más aún, voy a dar por supuesto que, tanto los políticos cuando hacen sus propuestas como los votantes cuando votan, lo hacen de hecho con la mejor voluntad de servicio, y quieren lo mejor (al menos para sus hijos y para sus amigos y para los hijos de sus amigos). Unos, quiero creer, proponen lo mejor que saben, y otros votan lo mejor que pueden.
Yo soy un pastor de la Iglesia Católica. Pues bien, en los últimos meses, he venido oyendo, con sorpresa y tengo que decir, con una preocupación creciente, y en ambientes que se consideran verdaderamente católicos, que en las próximas elecciones van a votar a una opción política que ellos ven como la más cercana a “la visión cristiana del mundo”. Por desgracia, en las circunstancias actuales de la Iglesia y de la sociedad, lo que eso revela sobre todo es que una parte muy considerable de quienes nos decimos católicos ya no sabemos lo que es el cristianismo, y eso nos permite confundirlo con cualquier ideología o “espiritualidad”, venga del lado que venga, desde las más caras y lujosas (con SPA incluido) hasta las de todo a euro. Ya pasó con el marxismo, y luego (o antes, incluso) con el nacionalismo. Lleva varios siglos pasando con el liberalismo, y pasará con las que vengan. Pasará con cualquier oferta que tenga un buen marketing en el mercado de lo espiritual y de los valores, a menos que suceda una verdadera conversión: el despertar de una fe que tiene en sí misma todo el potencial que se necesita para rejuvenecer el mundo, sin el apoyo sobrevenido de ningún régimen o de ningún grupo político, pero que lleva en nosotros demasiado tiempo dormida, engañada y confundida.
De ese sueño de la fe católica nace la parálisis del pensamiento cristiano en nuestra tierra, pero no sólo en el ámbito de dentro de la fe, sino en la política y en la economía, en el matrimonio y en la familia, en la estética y en la organización del trabajo, en el cuidado de la tierra y en todas las cosas que tienen que ver con lo humano (que son todas). La miopía de ese catolicismo es tal que ni siquiera se da cuenta de que quién tiene más interés en el crecimiento y el (relativo) éxito de esas propuestas de las que hablo, y que coquetean con él, son precisamente los grupos dispuestos a todo con tal de fracturar al pueblo español y desarraigarlo total y definitivamente de su tradición cristiana. Por muy paradójico que parezca, votar a una cierta “derecha” es votar a una cierta “izquierda”, hasta el punto de que esa “derecha” parece a veces casi subvencionada. Desde luego, es esa “cierta” izquierda quien la provoca y la hace crecer y la alimenta gustosamente. Y es necesario que eso se sepa. Y es necesario que un pastor de la Iglesia lo diga. Y luego, si uno lo sabe y aun así quiere votarles, porque sigue pensando que es lo mejor para todos, pues que los vote, pero que sea consciente de lo que hace. En la tradición moral cristiana, sólo lo que se hace consciente y libremente tiene valor moral, y es un acto propiamente humano (son las dos únicas cosas que la Iglesia pide para que un matrimonio sea matrimonio).
Pero, entonces, me dicen amigos míos, un católico no tiene a quién votar. Conste que entiendo perfectamente la indignación de un pueblo que se ha visto traicionado en casi todo por aquellos a los que habían elegido como sus representantes, y entiendo el deseo de castigarles con el voto, ya que votar una vez cada cuatro años es (casi) lo único que se puede hacer para contribuir de algún modo configurar a la sociedad que deseamos. Pero me temo que no hemos aprendido la lección, y estamos, una vez más, dispuestos a caer (y más hondo todavía) en la misma trampa. Sí, no hay un partido “cristiano”. ¡Pues claro! ¿Qué esperábamos? No estamos en un mundo cristiano. ¿O es que no nos habíamos dado cuenta? ¿Y qué pasa? ¿Y si ésa fuera precisamente la oportunidad que Dios nos da para que supliquemos de nuevo con seriedad “la fe y el Espíritu Santo”, y para volver a ser cristianos —simplemente cristianos— en un mundo que, diga lo que diga, se muere de sed del Dios de Jesucristo? No necesitamos ni un partido ni un gobierno que “apoye” a los cristianos. No es el pueblo cristiano el que tiene necesidad de que los políticos apoyen su visión del mundo, son más bien un cierto tipo de políticos los que buscan ansiosamente el apoyo del pueblo cristiano, y tratan a toda costa de hacernos creer que es al revés.
La verdad es que llevamos tanto tiempo apoyándonos en esos “falsos” apoyos que sin darnos cuenta hemos perdido la fe. Y nada necesitamos tanto como un poco de aire libre que nos cribe y nos purifique. Y nos vuelva a enseñar a ser cristianos “a la intemperie”, y no sólo alrededor de nuestra mesa camilla. Los cristianos de los primeros siglos tenían unos emperadores que no les trataban precisamente bien, ni les tenían mucha simpatía. En algunos lugares se acusaba a los cristianos de comer niños. En otros, de ser ateos en un mundo saturado de dioses. Por ahí andamos… Los cristianos rezaban por esos emperadores enemigos suyos. Es verdad que aquellos cristianos antiguos no tenían que votar a los emperadores. Y hasta da la impresión de que no les preocupaba demasiado quién fuera el emperador. Pero ser cristiano en aquel mundo significaba casi siempre “jugársela”, de una manera o de otra. Y sin embargo, ellos no delegaban su respuesta al amor de Dios en las estructuras del imperio, para que el imperio respondiera a Dios en nombre suyo. La verdad es que jamás la Iglesia creció tanto como en aquellos primeros siglos. Tanto y tan libremente.
Cuando hablo así no estoy tampoco invitando a la abstención. Que, por supuesto, también es legítima, si uno cree verdaderamente que es lo mejor que puede hacer. Pero nada más lejos de mi pensamiento. Porque quien se abstiene, como quien vota en blanco, también vota, sólo que vota al grupo que resulte mayoritario. Es decir, vota al que vaya más “con la corriente” cultural dominante, o al que mejor haya manipulado las masas en la carrera electoral hacia el poder.
Ya sé que muchos van a decir que un pastor de la Iglesia no debe “meterse” en “política”, porque la religión no tiene nada que ver con la política. Este razonamiento es diabólico, pero no me voy a detener a demostrarlo. Es un razonamiento diabólico, aunque sea uno de los mantras más repetidos en ciertos círculos católicos, de todo tipo, pero más aún en los supuestamente conservadores. Lo cierto es que ese mantra lo tenemos tan inoculado en nuestro ADN moderno, nos parece tan evidente, que no creemos siquiera que sea útil pensarlo, y mucho menos someterlo a crítica. En todo caso, un pastor tiene, creo yo, una cierta obligación de “salvar su alma” el día que tenga que responder de ella en el juicio de Dios (que es el único que realmente importa). Y eso incluye para él ante todo el haber tratado de guiar y de iluminar a su pueblo, también lo mejor que sabe, en los avatares de la historia. Guiar es también evitar que caiga en las trampas que hay por el camino, y más aún “cuando es de noche”. Y más aún, cuando el pueblo de Dios está propenso a enfermar gravemente, dejándose seducir tan solo con que algunos cantos de sirena dejen caer hábilmente de vez en cuando citas de algún santo o de algún papa. Alguien me ha dicho hace poco que a Mao le gustaba leer a Santa Teresa y a San Juan de la Cruz. Curioso, verdaderamente curioso…
Lo siento mucho, pero en ningún caso yo creería haber cumplido con mi deber de pastor si dejo que el pueblo que el Señor me ha confiado confunda esos fuegos artificiales con la luz que brilla en los mártires y en los santos, y en la Gran Tradición de la Iglesia. Porque con la excusa de “no meterme en política”, resultaría que estaría ofreciendo mi incienso y mi adoración a la política (y a la religión) del imperio, que es quien se ha inventado esa historia de que religión y política no tienen nada que ver la una con la otra, con el resultado útil (para el imperio) de una enorme debilitación y una confusión creciente de la fe de los cristianos. Resultaría también que yo habría renegado de Jesucristo (porque Jesucristo habría muerto en vano), y habría adoptado a cambio la religión liberal, ya sea en su variante enteramente secular o en su variante secular a medias (es decir, aparentemente católica). Esa religión liberal no sólo está expuesta a todas la críticas de la religión de los siglos diecinueve y veinte, sino que en gran parte se las merece, se las ha ganado a pulso.
Pero hay que decirlo, esa religión no es el cristianismo. No es lo que ha nacido del costado abierto de Cristo la tarde del Viernes Santo y no es la nueva creación que ha empezado a brotar la mañana de Pascua. No. Esa religión es más o menos la del deísmo y la de la masonería, la de los padres de la economía política y la de los padres de la constitución americana. Revestida o no de restos de vocabulario cristiano, es una religión tan inconsistente intelectualmente y tan pobre, que ni mi mente ni mi cuerpo me piden que me apunte a semejante cosa. Esa religión es la fábrica más eficaz de falsos creyentes, de no creyentes (y de resentidos) que ha conocido la historia cristiana en veinte siglos.
El cristianismo es la afirmación de un hecho, la encarnación, la muerte y la resurrección del Hijo de Dios, y la experiencia del derramarse el Espíritu de Dios sobre los hombres “de todas las naciones” mediante la fe en Jesucristo y la pertenencia a él en ese misterioso cuerpo suyo que es la Iglesia. El cristianismo, podría decirse en síntesis, es la experiencia del Amor infinito de Dios que se nos da en Jesucristo y en la comunidad generada por ese regalo increíble a la humanidad que es Jesucristo. Es la experiencia de vivir y morir ya en la vida eterna y en el horizonte de la vida eterna. Por supuesto, que un hecho así tiene consecuencias para todos los hombres, de todas las culturas, y en todos los ámbitos de la vida.
Esas consecuencias no son inmediatas. Requieren, por lo general, tiempo, y muchos mártires y testigos y maestros de la fe. La Iglesia tuvo desde el primer día que evangelizar y educar a “partos, medos, elamitas, cretenses y árabes…”, a Grecia y a Egipto, al norte de África y a Etiopía, a los pueblos germánicos y a los pueblos eslavos, a la Roma pagana, y a Mesopotamia y a Persia, que eran paganas de otra forma, y a los pueblos del Cáucaso (Armenia y Georgia), y a Kerala en la India, y a América, del Centro, del Norte y del Sur, y a China, y a Vietnam y a Filipinas, y a Corea, y al Japón. El hecho cristiano acoge todo lo que hay de verdadero, bello y bueno en cualquier cultura, y en el curso del tiempo lo purifica y lo enriquece y se enriquece con ella. Pero en ninguna cultura se siente extraño Jesucristo, y ninguna es del todo extraña a Jesucristo. San Juan Pablo II decía que “el profundo estupor ante la dignidad de la persona humana se llama evangelio, se llama también cristianismo”. El cristianismo, cuando es vivido, sostiene el valor de toda persona humana, de toda vida humana como vocación a la vida eterna. Y de ahí nace un especialísimo amor a todo lo humano: en primer lugar a la razón y a la libertad, a una libertad que no es ni la libertad liberal ni la libertad libertaria, anarquista; y también a la belleza de todo lo creado y de todo lo que hay de bueno en la historia humana. Nacen también una cierta concepción cristiana del trabajo, de la economía, de la familia, de la vida social, y de ahí una literatura, un arte, una música, toda una visión de la vida, de la creación y de la historia. [Por cierto, que la concepción cristiana de la familia, la familia cristiana, no es para nada lo mismo que lo que feministas “progres” y otros ideólogos suelen llamar la familia tradicional; eso que ellos llaman “la familia tradicional” no es más que la familia burguesa, por lo general machista, con un pedigrí que no va más allá del amor cortesano del siglo XIII, ya influido por el islam; y es esta concepción de familia la que hoy se descompone sin remedio. Pero volvemos a lo mismo. Que también en esto se nos ha olvidado lo que es el cristianismo. Y también habrá que explicarlo con más detalle en otra ocasión.]
Pero pensar que se puede sostener esa “visión del mundo” (o a algunos aspectos selectivos de ella) sin la fuente de donde esa visión brota y se mantiene viva, ésa es la trampa más grande en que los cristianos llevan cayendo una y otra vez al menos desde el siglo diecinueve. Pensar que se puede hacer una cultura cristiana sin Cristo, sin la gracia de Cristo, sin la pertenencia a Cristo y al pueblo nacido de la Pascua es un insulto, no a la fe cristiana, sino a Jesucristo. Aunque estuvieran intactos todos los elementos de esa cultura cristiana —que nunca lo están, sencillamente porque la vida profunda de la Iglesia es de origen divino—, la mayor bofetada que un cristiano puede darle a quien proclama como su Señor es creer —y hacer creer a otros— que Jesucristo es un dato adjetivo en nuestra vida, y que se puede gozar de algunos bienes que Jesucristo ha inaugurado en la historia sin necesidad de él, de su gracia y de la pertenencia a su pueblo.
Digo que cuando falta esa pertenencia fiel a la Iglesia y a Cristo —a Cristo vivo en la Iglesia de hoy, guiada por el Papa Francisco, el Vicario de Cristo y el Sucesor de Pedro—, nunca están todos los elementos de la cultura cristiana, sino sólo unas apariencias ambiguas. Ya he dado la razón verdadera para ello. Por ejemplo, esa “cultura de la familia y de la vida” que ahora se nos propone como si fuera la piedra angular del cristianismo (y el anzuelo en el que van a picar miles de cristianos de buena voluntad), no sobrevive tres minutos a la pérdida de la experiencia cristiana, y si no lo vemos a nuestro alrededor, es que estamos ciegos. Pero más aún, cuando esa supuesta “cultura de la familia y de la vida” se compagina con una defensa del capitalismo global y de la cultura del máximo beneficio, o se contrapone a la caridad social y política para con los barrios marginales de nuestras ciudades o con los emigrantes, alguna alarma roja debería encenderse en nuestra conciencia. Pues resulta que no se enciende nada, y eso es lo grave. Porque pone de manifiesto que ya no vemos a Jesucristo como el Señor (por muchas veces que usemos la palabra), como el centro de la creación y de la historia. Con otras palabras, que hemos perdido la fe. En lenguaje cristiano, eso se llama apostasía. “Apostasía silenciosa”, la llamó San Juan Pablo II. Y, por mucho que nos duela, ésa es exactamente nuestra situación. Por cierto, a comienzos del siglo pasado, en Francia, sucedió una historia parecida. No era el contexto de hoy, lo sé. El partido se llamaba entonces L’Action Française. Quería restaurar la cultura cristiana, pero sin la fe cristiana, sin Cristo. El supuesto restaurador, Charles Maurras, no era creyente. Muchos católicos lo apoyaron, de todos los niveles culturales y de todas las clases sociales. En el año 1926, la Santa Sede condenó a Maurras y prohibió a los católicos votarle. No todos siguieron la indicación de la Santa Sede. Pero la mayoría de quienes no lo hicieron terminaron echándose en los brazos de Hitler y de Mussolini».

El hoy oportunista Garre trata de sacar rédito político de la sentencia del Supremo que hace peligrar el Trasvase

MURCIA.- El presidente de Somos Región, el hoy oportunista Alberto Garre ha señalado, tras conocer la sentencia del Tribunal Supremo que mutila el Plan Hidrológico del Tajo, que se trata de una pésima noticia para los intereses de la Región de Murcia, y “muy especialmente para las miles de familias que viven de la agricultura en nuestra Región. La sentencia da alas a los antitrasvasistas y pone al descubierto la tibieza de los demás”.

“García-Page y el Gobierno del PSOE echando las campanas al vuelo. Abascal redactando notas de prensa en Madrid para desmentir lo que en Toledo y en su presencia, escuchó con claridad de sus representantes en Castilla la Mancha sobre "los trasvases inútiles". Albert Rivera, como el mudito de Blancanieves que no abre el pico sabedor de que la solución está en el Ebro y que Cataluña, su principal caladero de votos, se opondría.
Y el PP de Pablo Casado, que gozó entre 2011 y 2015 de mayoría absoluta para hacer un PHN que no acometieron y que encima se permite el lujo de venir a Murcia en diciembre para prometer que en una semana presentaría una moción para iniciar un PHN y que por supuesto, tampoco ha cumplido. Ni con unos ni con otros tiene nuestro mal remedio”.
Para Garre, “los trasvases son técnicamente viables y socialmente beneficiosos. En la Región de Murcia contamos con los mejores agricultores del mundo, capaces de convertir cada gota de agua en riqueza.
La agricultura es, además, uno de los medios más eficaces para frenar la desertificación que afecta al sur peninsular, pero está claro que no nos podemos permitir seguir confiando en los partidos nacionales, que una y otra vez nos han demostrado que las necesidades de la Región de Murcia, no son los suyos.
Sólo así se explica que tras décadas reclamando el agua, sigamos en esta situación de incertidumbre que nos frena nuestro crecimiento”.
Desde Somos Región, ante este nuevo revés, queremos manifestar nuestro apoyo al sector agrícola y nuestra apuesta firme por los trasvases como solución para llevar el agua de donde sobra a donde falta".

Los Municipios Ribereños del Tajo solicitan medidas urgentes tras la sentencia del Tribunal Supremo

GUADALAJARA.- Después de décadas luchando y muchos reveses políticos, Francisco Pérez Torrecilla, presidente de la Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía, recibe muy esperanzado la sentencia del Tribunal Supremo sobre el Plan Hidrológico del Tajo. "Es una excelente noticia para los ribereños, hay que seguir trabajando y luchando por nuestros objetivos, pero esta sentencia nos facilita muchísimo la labor".

"Y es que parece ser que el poder judicial comienza a poner orden en el desmán del trasvase cuando el ejecutivo no terminaba de arrancar y el legislativo blindaba los intereses privados del SCRATS frente al porvenir del río Tajo y sus millones de vecinos".
 "Siempre habíamos dicho que esto era cuestión de voluntad política; pues bien, ahora es cuestión de cumplir la ley por parte de los políticos, obligados por el Tribunal Supremo".
El esfuerzo y trabajo llevado a cabo por la Plataforma en Defensa de los Ríos Tajo y Alberche de Talavera de la Reina, la asociación GRAMA, la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo, el Ayuntamiento de Mantiel y los ribereños 'marca por fin la diferencia'. 
"Parece que finalmente los ribereños también tendremos algo que celebrar este año, después de cuarenta años de saqueo del Trasvase Tajo-Segura; en unos años, volveremos la vista atrás y nos sorprenderán las cuatro décadas ominosas de terrorismo medioambiental".
"Ahora es momento de tomar medidas urgentes, las elecciones no pueden ser impedimento porque el medio ambiente no entiende de plazos electorales e independientemente de quien se siente en la Moncloa, tendrá que cumplir con lo dictado por la Justicia", reclama el presidente de los ribereños. 
La Asociación solicita la subida inmediata de los mínimos no trasvasables de manera que se garantice el caudal ecológico del río, paralizando fulminantemente los trasvases en marcha por contravenir lo dictado por el Supremo. 
"Cada gota que se escapa hoy camino del Levante, es una gota ilegal; es intolerable que en estos momentos circule más agua por el Trasvase que por el río".

La industria cárnica murciana representa el 21% de todo el sector alimentario regional

MURCIA.- El director general de Innovación, Producciones y Mercados Agroalimentarios, Fulgencio Pérez, destacó hoy las características del sector cárnico de la Región, que está formado por un centenar de empresas, cuya cifra de ventas de producto representan el 21 por ciento de todo el sector alimentario regional.

Estas empresas generan unos 5.400 puestos de trabajo directos, a los que hay que sumar los inducidos en suministro ganadero, logística y actividades auxiliares, lo que representa el 20 por ciento de la ocupación total de la industria alimentaria de la Región de Murcia, y el 8 por ciento del total de la industria regional. Las ventas al exterior suponen unos 230 millones de euros.
El sector porcino concentra la mayor parte de la actividad sectorial regional, con una producción de carne que supera las 320.000 toneladas anuales (80 por ciento del total), lo que convierte a la Región de Murcia en una de las zonas productoras de mayor dimensión en el contexto nacional, con más de 1,8 millones de cabezas de censo. 
La industria transformadora de porcino es la base fundamental del desarrollo industrial del sector y el núcleo del tejido empresarial regional.
La cría de aves, centrada en el pollo y, en menor medida, en el pavo, es la siguiente actividad en volumen de carne producida, un 8 por ciento de la producción regional. Le sigue el vacuno, con un 5,4 por ciento del total.

Abierta la pasarela peatonal en las inmediaciones del paso a nivel de Santiago el Mayor, en Murcia

MURCIA.- Adif Alta Velocidad (Adif AV) pondrá en marcha de forma inminente, a la 00:00 horas del domingo, la pasarela situada en las inmediaciones del paso a nivel de Santiago el Mayor, una vez finalizadas las obras de construcción, la instalación de los ascensores y las pruebas correspondientes.

Esta pasarela peatonal, situada a unos 800 m de la estación de Murcia del Carmen, tiene como objetivo garantizar la permeabilidad transversal de peatones y ciclistas a medida que avanzan los trabajos de soterramiento del trazado ferroviario en la capital murciana.
La estructura se abre al tránsito peatonal debido al avance de las obras de soterramiento, que se acometen en el lugar que ocupa actualmente el paso a nivel de Santiago el Mayor, situado en el punto kilométrico 460/618 de la línea que conecta Murcia con Alicante y Cartagena.
El mencionado paso a nivel de Santiago el Mayor se clausurará el día 19 de marzo a las 00.00 horas para vehículos y peatones. El Ayuntamiento ha dispuesto un servicio alternativo gratuito de autobuses lanzadera, existiendo un itinerario alternativo para el tráfico de vehículos.
La pasarela está proyectada para salvar el ramal ferroviario provisional y la zona donde continúan los trabajos de soterramiento en el espacio ocupado por el actual trazado. Conecta las calles de Torre de Romo y Pío XII, garantizando la permeabilidad de los dos barrios situados a ambos lados de la infraestructura ferroviaria.
Este proyecto se enmarca en el compromiso de Adif AV de garantizar la plena integración y permeabilidad de las nuevas infraestructuras ferroviarias en los territorios por los que discurren, así como de incrementar la seguridad para los ciudadanos y las circulaciones ferroviarias.

Características de la pasarela
La nueva pasarela, proyectada con carácter provisional mientras se acometen las obras de soterramiento en la zona del paso a nivel de Santiago el Mayor, se ha diseñado con una estructura robusta y vanguardista, empleando materiales innovadores de elevada resistencia y durabilidad, que incorporan compuestos reforzados con fibroplásticos y acero inoxidable, entre otros elementos.
Está compuesta por una estructura metálica correspondiente a una viga celosía, para continuar con otros elementos que previamente fueron premontados en talleres para su posterior implantación, ya concluida.
Entre sus características más importantes destacan las siguientes:
Tiene una longitud de 26,5 m distribuidos en 1 vano, y una anchura de 2,75 m. Dispone de 4 ascensores (2 a cada lado) con capacidad para 8 personas cada uno, aptos para personas de movilidad reducida y equipados con cristal panorámico.
Los tramos de escalera están formados por celosía con un cerramiento lateral de malla electrosoldada y pintura antideslizante.
Cuenta con sistema de iluminación y barandilla de protección en ambos laterales.
A pesar de su provisionalidad, ofrece un diseño plenamente respetuoso con el medio ambiente y la integración en el entorno urbano.
Tanto la zona de la pasarela peatonal como el entorno cuentan con un sistema de vigilancia durante las 24 horas con objeto de velar por la tranquilidad y la seguridad de los vecinos.
Las obras de mejora de la permeabilidad van a ser cofinanciadas por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER)a través del P.O. Plurirregional de España 2014-2020, Objetivo Temático 7: Transporte sostenible.

Fechas, plazos y novedades para la Renta 2018


MADRID.- La Campaña de la Renta y Patrimonio de 2018 comenzará el próximo día 2 de abril para la presentación por Internet y por teléfono, y se prolongará hasta el día 1 de julio, según el calendario del contribuyente elaborado por la Agencia Tributaria. 

Los contribuyentes que prefieran que sea la Agencia Tributaria la que les llame para la presentación de su declaración, pueden concertar cita previa a partir del 1 de abril, por Internet y por teléfono, mientras que los que opten por la presentación presencial podrán hacerlo a partir del 14 de mayo.
El plazo de la campaña de 2018 finalizará el 1 de julio en general, si bien concluirá con anterioridad, el 26 de junio, en los casos de declaraciones con resultado a ingresar con domiciliación en cuenta.
Asimismo, el Ministerio de Hacienda ha decidido suprimir la denominada 'predeclaración' en papel porque esos documentos generaban en ocasiones duplicidades de presentación que posteriormente había que depurar y podían generar retrasos en el caso de las rentas con resultado a devolver, según han explicado fuentes de la AEAT.
La eliminación de la predeclaración figura en la orden ministerial publicada el miércoles en el Boletín oficial del Estado (BOE), por el que se aprueba el modelo 100 de IRPF para la próxima declaración, cuya campaña comienza el 2 de abril y finalizará el próximo 1 de julio.
En concreto, este año desaparece la posibilidad de obtener la declaración y sus correspondientes documentos de ingreso o devolución en papel impreso generado a través del servicio de tramitación del borrador/declaración de la AEAT.
Hasta ahora, los contribuyentes podían realizar su declaración a través de la plataforma digital de la AEAT y descargarse el modelo cumplimentado de declaración antes de confirmarlo, de forma que los datos quedaban ya registrados e incluidos en la base de datos de la Administración Tributaria.
En algunos casos los contribuyentes podían confundirse al pensar que habían realizado la declaración, cuando no llegaban a confirmarla, y en otras ocasiones los contribuyentes que optaban por esta opción procedían a imprimir el modelo tributario con el resultado para poder consultarlo con su asesor o su entidad financiera. Esto generaba duplicidades y retrasos porque en algunas ocasiones el asesor o el banco lo presentaba también.
En su lugar, la declaración deberá presentarse por medios electrónicos a través de Internet, en la sede electrónica de la AEAT, a través del teléfono, o en las oficinas de la AEAT previa solicitud de cita, así como en las oficinas habilitadas por las comunidades autónomas, ciudades con Estatuto de Autonomía y entidades locales para la confirmación del borrador de declaración.
Si la declaración fuera a ingresar el contribuyente podrá domiciliar el ingreso, ingresar obteniendo un número de referencia completo (NRC) de su entidad bancaria o bien podrá efectuar el pago a través de un documento para el ingreso en una entidad colaboradora que deberá imprimir y proceder a efectuar dicho ingreso.
En cualquier caso, el contribuyente podrá imprimir, igual que en años anteriores, una vista previa de su borrador, si lo que quiere es chequear en formato físico antes de presentar, han precisado fuentes de la AEAT. Eso sí, esta impresión de la vista previa no servirá para la presentación física.

24 horas en un submarino: dos retretes y 100 metros cuadrados para 66 personas


CARTAGENA.- Un lugar donde cada uno conoce al otro mejor que a sí mismo. Lo bastante para confiarle tu vida, pues no cabe una segunda oportunidad si alguien falla. Bienvenidos al submarino Mistral. Así se inicia un completo reportaje hoy en 'El País Semanal'

Aquí se viene llorado, porque no hay donde llorar a solas”. Con la presteza que da haberlo hecho un millón de veces, la sargento primero Rebeca Sánchez se descuelga cinco metros por un agujero no mayor que una alcantarilla. Abajo bulle ya una actividad frenética, mientras en cubierta varios marineros se preparan para soltar amarras.
Esta zamorana de 35 años es una de las seis mujeres que viven cuatro meses al año en El Tubo, como se le llama familiarmente. Si estuviera en tierra firme, sería un zulo o un piso patera. Como navega sumergido, es el Mistral, uno de los tres submarinos S-70 de la Armada española.
En menos de 100 metros cuadrados habitables, compartiendo una ducha y dos retretes, conviven 66 personas. La mayor distancia que se puede recorrer a bordo son 50 pasos, de un extremo a otro de un pasillo de medio metro de ancho. Cada vez que te cruzas hay que ceder el paso, echarte a un lado o pasar de canto. Esquinas y salientes están forrados de gomaespuma (“chichoneras”) para amortiguar los inevitables golpes.
“La vida a bordo es muy diferente a la de un buque de superficie”, explica Sánchez, que pasó dos años embarcada en la fragata Reina Sofía. “No hay esa separación [entre jefes y subordinados]. Aquí la intimidad no existe, más que nada porque el espacio no lo permite. Aquí estamos todos juntos y nos conocemos mucho mejor de lo que nos gustaría”.
Es imposible ignorar el aliento ajeno, esquivar el roce involuntario de los cuerpos. Pese a esta intimidad forzada, todo el mundo se llama de usted, no con el rango y el apellido, fórmula habitual en el Ejército, sino con el don y el nombre de pila (el capitán de corbeta Garrido es don Jorge; la sargento Sánchez, doña Rebeca), como si el trato respetuoso y distante pudiese compensar la inmediatez física.
El Mistral (S-73) es un animal subacuático. En la superficie parece lento y torpe. Desde lo alto de la vela, la torreta inundable que corona la nave, encaramado en un frágil sillín y rodeado de mástiles y antenas, el comandante Jorge Garrido, de 41 años, dirige la maniobra de salida de la base naval de Cartagena (Murcia). Sus órdenes se transmiten por un tubo de latón, el único sistema de comunicación que nunca falla, hasta el vientre de este cetáceo de 1.700 toneladas de acero que un experimentado timonel pilota a ciegas.
Bajo un sol que no calienta la fría mañana de principios de año, sale a mar abierto por el eje de un canal dragado de 100 yardas (91,4 metros) por banda, corrigiendo el rumbo a cada paso para no desviarse. Si lo hace, se podría topar con una imaginaria mina a la deriva o, peor aún, recibir un suspenso por parte de sus calificadores.
Se trata de un ejercicio. Como el alarmante grito de “¡Hombre al agua!” cuando Óscar (un muñeco que se ha bañado en los siete mares) salta por la borda. “¡Avante 6!”, el submarino gira a toda máquina sobre sí mismo mientras un oficial anima al supuesto náufrago con un megáfono (“¡Aguanta! ¡Vamos a por ti!”) y otro calcula cuánto tiempo le queda (según la temperatura del agua) para morir de hipotermia.
Los 15 alumnos de la Escuela de Submarinos que completan el pasaje durante esta patrulla de 24 horas siguen la escena con semblante grave. La ficción de hoy puede ser su realidad de mañana.
Tras arriar los mástiles y asegurarse de que todas las escotillas están herméticamente cerradas, el comandante ordena inmersión y hay que agarrarse para no perder el equilibrio. Cuando llega a la cota de escucha (55 metros), donde quedará agazapado, atento a los ruidos que llegan de la superficie, se ejecuta una de las operaciones más delicadas: el “trimado” del buque, hasta dejarlo equilibrado para que no se bambolee como un carricoche de feria.
“Aquí no hay segundas oportunidades. La vida de todos depende de que nadie falle”, explica el jefe de máquinas, el teniente de navío Francisco Barrios, de 42 años. El incidente más grave de un submarino español en cuatro décadas se produjo en diciembre de 2007 en el S-74 Tramontana, gemelo del Mistral. El buque estaba a 300 metros, su profundidad máxima, cuando un chorro de agua helada se coló por uno de los pasacascos que conectan los cables con el exterior. La nube de agua pulverizada y el ruido ensordecedor sembraron el caos en la cámara de mando.
“Fue una avería bastante peligrosa porque estábamos a una cota muy profunda y el agua entraba a mucha presión”, recuerda el capitán Garrido, que entonces era el joven jefe de operaciones del Tramontana. “La tripulación reaccionó de libro. Fueron cuatro minutos muy intensos de subida. Hubo un momento en que no lográbamos inclinación suficiente. El comandante gritaba animándonos a salir a flote. Cuando llegamos arriba, fue muy emocionante. Yo creo que la Virgen del Carmen nos echó un cable”. 
La clave para reaccionar cuando el submarino se queda a oscuras o se llena de humo es el automatismo. Repetir tantas veces la maniobra que al final se ejecute sin pensarla. “El sudor en el entrenamiento ahorra sangre en el combate”, repite el actual comandante del Mistral.
Cuando un submarino quiere emerger, sopla lastres. Vacía cuatro depósitos cargados de agua salada insuflándoles aire. Si no basta, como último recurso, se desprende de dos barras de plomo de siete toneladas. Al tirar de la palanca, el buque debe subir como una pelota. Pero no conviene precipitarse; una vez soltadas, no hay forma de recuperar las barras.
Por debajo de 450 metros, el casco resistente (el tubo interior de acero que protege a la tripulación y a todos los equipos) no soporta la presión exterior y colapsa. Implosiona y se deforma. Es lo que le ocurrió al submarino argentino Ara San Juan, que desde noviembre de 2017 yace en el Atlántico Sur, convertido en sarcófago de sus 44 tripulantes, a 907 metros de profundidad. En aguas próximas a Cartagena, el fondo está a 2.000.
No se sabe lo que pasó en el sumergible argentino (más moderno que los españoles), solo que su comandante reportó una vía de agua que provocó un cortocircuito y un conato de incendio. Poco después se detectó una explosión a 600 kilómetros de la costa patagónica.
El Mistral ha cumplido 33 años. El último de los submarinos franceses de la misma clase fue desguazado hace 17. Para prolongar su vida operativa ha habido que pedir un permiso especial al fabricante. “Son submarinos veteranos, pero no viejos”, en palabras del comandante de la Flotilla de Submarinos, el capitán de navío Alejandro Cuerda.
El futuro S-80 será digital, pero el Mistral es analógico y en muchas funciones manual. Como en las películas de la Segunda Guerra Mundial, sus tripulantes siguen tirando de compás, escuadra y cartabón para marcar en la mesa trazadora la posición de los buques que navegan en las inmediaciones.
Hay algunos que se oyen pero no se ven, y otros que se ven pero no se oyen. Hasta que ambas cosas cuadran, el teniente de navío Manuel Corral, segundo de a bordo, no se queda tranquilo. Cuando se le pregunta cuál es su sistema de combate (la interfaz que integra información de diferentes sensores), se señala la cabeza con el índice.
Sistemas de última generación conviven con el equipamiento original del buque, de los años ochenta del siglo pasado. Doña Rebeca escucha por los cascos del “rabo” (un sofisticado sonar remolcado) el chillido agudo de los delfines que escoltan al submarino, mientras a su lado resuena el rítmico bip-bip de un armatoste de rayos catódicos.
El capitán de corbeta Garrido calcula a ojo la posición de los buques que divisa por el periscopio de ataque. Mide su altura, descuenta los aumentos de la lente y deduce su distancia, rumbo y velocidad. Enfrente, el operador del periscopio de vigilancia (con telémetro e infrarrojo) confirma o afina la estimación del jefe. ¿Para qué el primer periscopio teniendo el segundo? “Porque se ve demasiado y no se puede izar en combate”, explica don Manuel.
La gran virtud de un submarino es pasar inadvertido. Su peor defecto, la indiscreción. Por eso, el radar casi nunca se activa, ni la ruidosa potabilizadora de agua, mientras que la carga de las baterías se hace de noche. Cuando hay que “asomar la gaita” (sacar el periscopio), la maniobra se limita a unos pocos segundos, que cronometra en voz alta un oficial mientras otro otea el horizonte.
El paso de las horas lo marca la rutina de las comidas y los turnos de trabajo. El almuerzo y la cena se sirven en dos tandas (13.00-14.00 y 19.00-20.00), y las guardias se prolongan seis horas por el día y cuatro de noche. Si se pierde la noción del tiempo, basta fijarse en la cámara de mando: la iluminación, siempre tenue, cambia de blanca a roja tras la puesta de sol. Y el comandante se tapa un ojo con un parche negro como si fuera un pirata. Es para que esté habituado a la oscuridad cuando tenga que pegarlo al periscopio.
A las 18.30 suena una sirena. “¡Humo en la sala de máquinas!”. Los veteranos no se alteran. Otro simulacro. Los que no están de guardia se dirigen resignados a la sala de torpedos.
El submarino tiene dos zonas refugio, a la proa y a la popa, donde encerrarse herméticamente en caso de emergencia. En ambas hay esclusas a las que podría acoplarse un batiscafo o por las que escapar con trajes especiales, si la presión no es insoportable para el cuerpo humano. En la popa del Kursk se refugiaron los supervivientes de las dos explosiones que mandaron al fondo del mar de Barents al submarino nuclear ruso en agosto de 2000, a la espera de un rescate que no llegó nunca.
Mientras algunos tripulantes combaten con extintores el supuesto incendio, los demás se ponen mascarillas y las enganchan a un conducto con oxígeno que recorre la nave.
El aire es un bien escaso. Si no pudiera hacer snorkel, subir a cota periscópica para cargar baterías y renovar oxígeno dos veces al día, la tripulación solo sobreviviría 72 horas. Algo más si se quedara inmóvil y ahorrara cualquier esfuerzo. El último recurso, aunque limitado, son candelas de oxígeno y cal sodada para eliminar CO2.
Antes se usaban canarios. Ahora, detectores distribuidos por el buque controlan la calidad del aire. El segundo comandante verifica que sea respirable. Lo que no se le puede pedir es que huela a rosas.
Los tripulantes no se ponen de acuerdo sobre a qué huele el submarino tras semanas de navegación: “A espacio cerrado. A humedad herrumbrosa. A gasóleo. A humanidad”. Todo condimentado con efluvios del menú del día por más que el cocinero haga malabarismos para evitar asados y fritos.
El olor no se percibe dentro, pero te lo llevas a casa impregnado en la ropa. A bordo no hay lavadoras y el agua está severamente racionada: tres minutos de ducha por cabeza cada tres días.
“Aquí todos somos voluntarios y la gente escrupulosa no viene a submarinos”, explica la cabo Raquel Martínez Franco, mallorquina de 29 años. Tampoco la claustrofóbica.
En 2019 se cumplen 20 años de la incorporación de la mujer a este tipo de nave, una década después que en el resto de las Fuerzas Armadas. Hoy son 26 de un total de 330 submarinistas (el 7,8%), 19 de ellas embarcadas. Cuando las militares llegaron a los submarinos se puso una mampara en la ducha, para poder cambiarse dentro, y se les reservó una zona del dormitorio. Pero la mayoría de las mujeres no duermen juntas. 
Las literas se reparten según la categoría (oficiales, suboficiales, cabos y tropa) por rigurosa antigüedad, y la sargento Rebeca Sánchez, con tres lustros de servicio, no está dispuesta a renunciar a la que le corresponde solo por no pernoctar entre varones.
Es difícil que se den situaciones de acoso o que algún tripulante se sobrepase con otro. No hay un rincón que no esté expuesto al ojo ajeno. Pese a ello, como precaución, admite el capitán Garrido, se evita que embarque una mujer sola.
Lo peor no es la privación de intimidad, ni pasarse semanas sin ver la luz del sol o respirar aire libre. Tampoco que se entumezcan los músculos por falta de ejercicio: el único lugar donde estirarlos es el estrecho hueco que queda entre las literas, pero no se puede ser ruidoso porque siempre hay alguien durmiendo. “Lo peor está dentro de tu cabeza”, explica la cabo Martínez Franco.
Durante una misión (que puede durar hasta 45 días, reserva máxima de víveres), la tripulación se queda totalmente aislada: ni teléfonos, ni redes sociales, ni comunicación alguna con el exterior. Solo una vez cada 24 horas se activa el satélite para enviar y recibir los mensajes de correo electrónico almacenados en el buzón, tras someterlos a censura por razones de seguridad.
La falta de noticias de la familia o la impotencia ante un problema en casa pueden convertirse en un tormento. “Velamos unos por otros y, si te preocupa algo, más vale que disimules porque todos van a preguntarte”, zanja la sargento Sánchez.
El último ejercicio programado es el lanzamiento de un torpedo contra un mercante. El proyectil filoguiado, con 250 kilos de explosivo, avanza sigiloso hacia su objetivo, a 7,5 kilómetros. Cinco minutos después, el operador confirma eufórico: “¡Impacto!”.
En realidad, lo único que se lanza esa noche son media docena de bolsas con restos de comida. Antes de arrojarlas al mar se agujerean, no para evitar que lleguen a la costa, sino para que no se queden flotando y revelen la presencia de un submarino debajo.
Los buques de guerra están exentos de cumplir el convenio MARPOL, que previene la contaminación marina, pero fuentes de la Armada aseguran que solo se tira la basura orgánica. No se adivina dónde podrá almacenar el Mistral los desechos de plástico.
Conforme avanza la noche, los que no están de guardia se retiran a las camaretas. Las salitas donde se jugaba a las cartas se vacían y el pasillo por el que circulaban botes de cerveza y algún cigarrillo furtivo se despeja. Hoy pocos duermen en cama caliente: literas y torpedos se disputan el mismo espacio, y a menos de los segundos, más de las primeras.
A las 6.43, el Mistral inicia el ascenso a la cota periscópica (14 metros). Antes de “pinchar” la superficie, da una vuelta sobre sí mismo para evitar que el ruido de su propia hélice le tape algún sonido en la popa.
Cuando un submarino emerge, nunca está totalmente seguro de que no se llevará alguna sorpresa. El sonar le permite escuchar a los barcos que navegan por las inmediaciones. Su alcance depende del equipo, pero también de la salinidad y temperatura del agua.
Si hay un mercante fondeado, un motor auxiliar puede delatar su presencia, pero ¿y si está complemente parado? ¿Y si es un velero? Mientras emerge, el comandante pone el periscopio en vertical para atisbar el reflejo de la luz del día. La oscuridad le alerta de que algún objeto se interpone entre el submarino y el sol, pero ¿y de noche?
“El mar es muy grande”, me tranquiliza un oficial. Enorme. Pero el sumergible nuclear británico HMS Ambush colisionó en julio de 2016 con un mercante en el estrecho de Gibraltar. Afortunadamente, sin víctimas. 
Peor le fue al pesquero japonés al que en febrero de 2001 embistió el USS Greeneville en Hawái. Nueve pescadores se ahogaron. 
La peor catástrofe de un submarino español en tiempo de paz ocurrió el 27 de junio de 1946. Durante unas maniobras, el submarino C4 emergió ante la proa del destructor Lepanto, que lo arrolló y lo partió en dos. Sus 44 tripulantes siguen en el fondo del mar, a 13 millas del puerto de Sóller (Mallorca).
El abuelo del capitán Garrido era suboficial de máquinas del C4, pero su muerte no le disuadió de hacerse submarinista. “Al contrario, creo que me motivó más. Quise saber qué era un submarino, vivir lo que él vivió. No llegué a conocerle, pero le tengo presente cada vez que salgo a la mar y me siento muy orgulloso de seguir sus pasos”.
En la cubierta del Mistral, justo detrás de la vela, va una pasajera a la que los tripulantes miran de reojo. Es Ofelia, la boya de emisiones de radio y destellos luminosos que se lanza automáticamente para señalizar el lugar donde se ha hundido un submarino. Si todo falla, quedan Ofelia y la Virgen del Carmen. 



El 'vamping', el peor enemigo a la hora de dormir que va en aumento

PAMPLONA.- La neuróloga de la Unidad del Sueño de la Clínica Universidad de Navarra, Ángela Milán, ha recordado que el 'vamping', es decir, utilizar las nuevas tecnologías antes de dormir, tiene efectos negativos para la salud, ya que la luz azul de onda corta emitida por las pantallas afecta a la calidad del sueño y al rendimiento. 

Para conciliar el sueño, el cuerpo segrega melatonina, que es la hormona que regula el ciclo del sueño y que suele producir el cerebro unas dos horas antes de dormir. Sin embargo, si usan aparatos electrónicos con luz, el cerebro entiende que aún es de día y no segrega esta hormona, ya que la luz detiene la producción, por lo que se retrasa el inicio del sueño y se duermen menos horas, lo que se llama insomnio tecnológico.
"El 'vamping' es un fenómeno nuevo que va en aumento en los últimos años, sobre todo, en los adolescentes, pero también en los niños, que tienen móviles cada vez más jóvenes", ha dicho la experta, para informar de que diversos estudios muestran que la falta de sueño provocada por el uso de las pantallas perjudica en mayor medida a los niños, ya que la producción de melatonina se reduce hasta un 90% más que en el adulto.
Además de influir en la cantidad y en la calidad del sueño, la alteración en la segregación de la melatonina influye en el apetito. En este sentido, la endocrinóloga pediátrica, María Alija, ha comentado que la luz de las pantallas inhibe la producción de la melatonina, por lo que aumenta la producción de neuropéptidos, que estimula el apetito y la apetencia por alimentos más grasos y dulces.
"Por eso, si no respetamos nuestros ciclos de sueño y, además, utilizamos pantallas antes de dormir, alteramos el proceso natural, por lo que tenemos más hambre, nos apetecen más dulces y, por tanto, engordamos más. Diversos estudios muestran que dormir entre tres y cinco horas menos de lo habitual lleva a consumir 385 calorías más al día, lo que conlleva un aumento de peso si se produce de forma prolongada. Como dato a tener en cuenta, a día de hoy, dormimos siete horas, mientras que, en los años 60, la media de sueño era de nueve horas", ha argumentado.
Asimismo, apostilla, la reducción de horas de sueño provoca que aumente el cansancio y, por tanto, no estaremos tan activos, algo que, a largo plazo, también afectará al peso. Y es que, tal y como ha recalcado, al dormir, no solo importa la cantidad de horas, sino la calidad del sueño en todas las etapas.
"Los especialistas aseguran que es necesario descansar adecuadamente para rendir con eficacia, pensar con claridad, asentar la memoria y reaccionar con agilidad. Pero, además, un sueño óptimo previene de sufrir enfermedades como infartos, ictus o depresiones", ha zanjado la especialista de la Unidad del Sueño, Elena Urrestarazu.

España gastó en protección social dos puntos menos de la media de la UE en 2017

LUXEMBURGO.- El gasto público destinado a protección social alcanzó en España un total de 193.057 millones de euros en 2017, cifra equivalente al 16,6% del PIB, frente a la media del 18,8% del conjunto de la Unión Europea (UE) y del 19,8% entre los países de la zona euro, según los datos publicados por Eurostat.

Según la oficina comunitaria de estadísticas, los países con mayor porcentaje de PIB destinado a medidas de protección social en 2017 fueron Finlandia, con un 24,9%, por delante de Francia, con un 24,3%, y de Dinamarca, con un 22,4%.
Por el contrario, los miembros de la UE con menor gasto social en porcentaje de PIB fueron Irlanda, con un 9,5%, por detrás de Lituania, con un 11,2%, y de Malta, con un 11,3%.
Entre los componentes del gasto social, en 2017 España destinó el 0,7% de su PIB, unos 8.174 millones de euros, a medidas dirigidas a la familia y la infancia, frente a la media del 1,7% del PIB tanto en la zona euro como en la UE.
En cuanto al gasto destinado a la tercera edad, incluyendo las pensiones, España destinó un 9,1% de su PIB, equivalente a unos 106.304 millones de euros, algo por debajo de la media del 10,1% de la UE y del 10,7% de la zona euro.
No obstante, en lo que se refiere al desempleo, España sí supera el promedio europeo, con un gasto del 1,6% del PIB, rondando los 18.610 millones, frente al 1,5% de media de la zona euro y el 1,2% de media en el conjunto de la UE.

Solo el 8 % de los valencianos huye de las Fallas y hace turismo en la costa o en Europa

VALENCIA.- Solo entre un 5 y un 8 % de los valencianos "huye" de las Fallas y las incomodidades que genera la fiesta y viaja a destinos cercanos como capitales europeas con conexión aérea directa o lugares de costa, y este año incluso a Pirineos en busca de la nieve que queda de la temporada invernal.

Las temperaturas primaverales que suelen reinar en Valencia en la primera quincena de marzo -como se suele decir, hace tiempo de Fallas- animan también a sus habitantes "poco falleros" a instalarse por unos días en sus segundas residencias, ya sean chalés en la montaña o apartamentos en la costa.
De esta manera no viajan pero desconectan de las rutinas diarias y de los ruidos que trae la fiesta, que a su vez atrae a miles de turistas que llenan los hoteles y apartamentos de la ciudad y el área metropolitana.
El número de valencianos que se va fuera de Valencia durante las Fallas depende de qué día de la semana caiga el 19 de marzo y los días de puente que arrastra, aunque quien se "escapa" de estas fiestas lo hace prácticamente todos los años.
Según explica Eva Blasco, directora de la agencia de viajes Europa Travel y presidenta de la Asociación de Empresarias y Profesionales de València (EVAP) y del consejo empresarial de Valencia de la CEV, las Fallas no suelen ser un periodo de viajes largos ni de larga distancia; para ello se aprovecha más Semana Santa y Pascua, cuando pueden durar diez u once días.
El valenciano que decide salir de Valencia en Fallas tiene un perfil profesional, de directivo y de edad madura, pues las verbenas, las fiestas y los castillos de fuegos artificiales son para muchos citas callejeras demasiado atractivas para no asistir, especialmente para los jóvenes.
Sin contar con los protagonistas de la fiesta, los falleros, que acuden siempre a cada acto. Y es que casi 100.000 personas de la ciudad de Valencia y los pueblos integrados en la Junta Central Fallera están censados como falleros, de una población de alrededor de 800.000 habitantes, según datos de este organismo.
Mientras unos pocos se van, otros muchos llegan a la ciudad bajo el reclamo de los monumentos falleros que inundan las calles de sátira e ingenio, acompañados por las carpas blancas que acogen las actividades de los falleros.
De hecho, las Fallas despiertan cada vez más el interés de visitantes de distintas nacionalidades que buscan "experiencias únicas y auténticas" que les permitan vivir como un valenciano más, según la primera teniente de alcalde de Valencia, Sandra Gómez, que cita las visitas guiadas por las comisiones falleras, la cremà o las visitas a los monumentos de la sección Especial entre los reclamos.
No obstante, el visitante principal de las Fallas es nacional con el 42% sobre el total (por encima del 35% en el resto del año), y son los madrileños, catalanes, los propios valencianos y los andaluces los "más propensos", según datos obtenidos del INE facilitados por Turismo Valencia.
En cuanto a visitantes extranjeros, el 20% de los que visitan las Fallas son italianos, seguidos por holandeses (12%), británicos (9%), alemanes (7%), franceses (6%), belgas y estadounidenses (ambos con un 4%).
Según el sondeo realizado por la fundación Turismo Valencia, la ocupación para estas fiestas está en torno al 75% de media entre los días 15 al 19, y en el 88% para la jornada del sábado 16, y la previsión es de aumento de la ocupación con las reservas de última hora.