MADRID.- El robo sucedido en el domicilio madrileño del nuevo fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón,
a la misma hora que tomaba posesión de su cargo en el Salón de Plenos
del Tribunal Supremo, el pasado miércoles, a las 13 horas, ha
disparado todo tipo de especulaciones, revela hoy https://confilegal.com.
“No existe la casualidad sino la causalidad. Un robo al mediodía,
cuando los vecinos suben y bajan, cuando cualquier cosa puede salir mal,
es, cuanto menos, muy extraño”, explican fuentes de la seguridad. “Los
robos suelen suceder en fin de semana o por la noche. Este robo es,
sobre todo, muy osado y oscuro”.
De
acuerdo con la Policía, le fue sustraida una veintena de relojes de
gran valor, un número de joyas y 900 euros en efectivo de su domicilio
de Chamberí, en pleno centro de la capital de España. Así se lo explicó
el fiscal jefe Anticorrupción poco después de las siete de la tarde,
cuando regresó a su casa con su familia.
La mujer de servicio que trabaja en el piso, al parecer, abandonó el piso poco después del mediodía y no echó la llave.
La
puerta, además, no parecía forzada, por lo que, en apariencia, parece
que entraron por el método del resbalón, consistente en introducir una
fina lámina de plástico entre el marco y la puerta.
¿Quién o quiénes lo hicieron y por qué?
Esa es la principal incógnita.
En la zona de Chamberí y el Barrio de Salamanca operan en la
actualidad dos bandas de albano-kosovares que sólo actúan por la noche o
en fin de semana, cuando saben que no hay nadie en los domicilios,
según fuentes policiales. No pueden ser ellos. El modus operandi no
encaja.
Falta por ver si la Brigada de Policía Cientifica ha
podido encontrar algún tipo de huella, tras la inspección ocular
realizada, que pueda conducir a algún sospechoso.
“La primera reflexión que emerge de lo sucedido es que puede ser un
‘aviso para navegantes’, una advertencia a Luzón de que es vulnerable,
de que han podido entrar en su casa, donde vive con su familia, a plena
luz del día. La segunda, que se puede deducir es que, de alguna forma,
se trata de incomodarlo”, añaden las mismas fuentes de seguridad.
“También
puede suceder que el objetivo principal era sustraer algún tipo de
información de importancia que el fiscal jefe Anticorrupción pudiera
tener en su casa. Información que se pudiera utilizar después para otros
fines. Muchos fiscales se llevan documentos a casa, donde siguen
trabajando. Habría sido de lo más normal que hubiera tenido ‘papeles’ de
valor en casa. O un ordenador, con información”, señalan.
Se desconoce si Luzón tenía ordenador o documentos oficiales en su casa.
No es la primera vez que a un fiscal Anticorrupción le entran en su hogar. A Juan Pablo Lozano,
fiscal Anticorrupción de Murcia, quien investiga los principales casos
judicalies de corrupción, como el “caso Auditorio, “Novo Cartago” o
“Umbra”, le han robado dos veces.
La primera fue en julio del año
pasado. Se llevaron su ordenador perosnal en el que guardaba documentos
muy importantes. El segundo tuvo lugar el pasado 6 de enero. En esa
ocasion no se llevaron nada de valor, pero sí dejaron revuelto todo;
buscaron algo que no encontraron.
Hubo, incluso, una tercera vez.
Pero esa sucedió en los juzgados. Una persona supuestamente relacionada
con la delincuencia, le sustrajo el ordenador portátil en un descuido,
cuando se encontraba en el juzgado de Guardia.
Por otra parte, también el que fuera presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar,
sufrió un asalto similar al de Luzón en los primeros meses de su
mandato, allá por 2009. Un robo que, hasta ahora, se ha mantenido en la
mayor de las discrecciones y que se parece mucho al del fiscal jefe
Anticorrupción; también se llevaron objetos de valor y se revolvió todo.
¿También fue un aviso para navegantes?
“Los ladrones,
evidentemente, estaban al tanto del acto del miércoles, de la toma de
posesión de Luzón y que no regresaría hasta la tarde con su familia, que
la mujer dejaría la casa al mediodía. Era una ‘operación segura'”,
avanzan las citadas fuentes de seguridad.
“Todo induce a pensar,
por los datos que se conocen, que son profesionales. ¿Para quién
trabajan? A estas alturas lo desconocemos, pero lo más prudente es
rodear al fiscal jefe Anticorrupción y a su familia de un operativo de
seguridad, 24 horas al día, siete días a la semana, que impida que esto
vuelva a repetirse. Por el bien de todos”, concluyen.