jueves, 9 de mayo de 2019

Las elecciones europeas del miedo / Félix de la Fuente *

Desde la primera vez que las leyes o la historia nos ha permitido ir a las urnas, venimos escuchando frases como estas “es mucho lo que nos jugamos”, “puede gobernar la extrema izquierda”, “puede venir la extrema derecha, “hay que votar porque está en juego nuestra democracia”. “estas elecciones son importantísimas”. 
 
Pues señores, ni me gusta meter miedo a nadie, ni me gusta actuar con miedo. El miedo puede quitarnos parte o toda nuestra libertad en el momento de tomar una decisión. 
 
“A dormir, que viene el lobo” nos decían antaño nuestras madres, pero lo hacían por nuestro bien. “Si no votas, vencerán los euroescépticos, los “anti-Europa”, nos dicen los políticos de ahora, pero lo hacen pensando exclusivamente en ellos, es decir, para que los votemos. Si actúas por miedo, ni eres totalmente libre, ni lo haces por convencimiento.

No, señores, si quieren ustedes que vote en las próximas elecciones, denme razones convincentes para hacerlo. No nos traten como niños. Nos han amenazado tantas veces con el lobo, que ya no les creemos a ustedes. Cinco años han estado ustedes durmiendo (desde las últimas elecciones al Parlamento Europeo), como la cigarra, y ahora nos quieren meter el miedo en el cuerpo, dos décadas contemplando pasivamente el declive social de Europa. 
 
 Son ustedes los que tienen miedo: miedo a perder sus canonjías, miedo a ir al paro. Si Europa va mal, no somos los ciudadanos los culpables, sino ellos, los partidos políticos, porque todos estos partidos apocalípticos llevan años viviendo en la política europea y, sobre todo, de la política europea.

Sí, voy a ir votar, pero no por lo que me dicen, sino a pesar de lo que dicen y hacen ustedes, porque yo quiero votar por Europa, no por un partido nacional que ni siquiera me va a hablar de Europa. 
 
Quiero votar porque dentro de 5 años tengamos unas auténticas elecciones europeas, en las que los ciudadanos podamos elegir al presidente de Europa, en las que votemos a unos candidatos europeos, no a unos monaguillos de los partidos nacionales, en las que los diputados estén sometidos al control de los ciudadanos, no al de sus órganos de partido, unas elecciones que se celebren el mismo día en todos los países de la UE, unas elecciones con listas transeuropeas. 
 
Voy a votar porque quiero que la globalización no nos arrebate el modelo social europeo, y porque quiero una Europa libre con ciudadanos libres, ni sometida a EE. UU, ni a Rusia ni a China, ni democráticamente a África. 
 
Pero, mientras los partidos políticos no me aseguren que quieren una integración total europea, como dice los tratados, no los voy a votar, y votaré por una lista transeuropea, pues es la única que refleja la voluntad de millones de europeístas que no se sienten representados por ningún partido. 
 
Denme ustedes razones positivas, que las hay y muchas, denme una Europa que ilusione y no intenten venderme el miedo que llevan ustedes dentro.
 
 
 
(*) Ex funcionario del Parlamento europeo y abogado

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