Los militares regresan a la política. Vuelven vestidos de civil y con
el retiro en el bolsillo. Vox acaba de anunciar su incursión en el
generalato. El general de división del Ejército de Tierra Alberto
Asarta, que tuvo bajo su mando la misión militar de la ONU en Líbano,
después de haber dirigido el destacamento español en Irak, encabezará la
lista de Castellón.
El general de brigada Agustín Rosety Fernández de
Castro, antiguo subdirector general de reclutamiento, encabezará Cádiz.
El teniente general Manuel Mestre, antiguo jefe de personal del Ejército
del Aire, irá de primero por Alicante. El general de división del
cuerpo de Intendencia Antonio Budiño encabezará Pontevedra.
Vox también
ha confirmado que el general de división Fulgencio Coll, exjefe del
Estado Mayor del Ejército de Tierra, será su candidato a la alcaldía de
Palma. Los generales Asarta y Rosety figuraron hace unos meses entre los
centenares de firmantes de un manifiesto apologético de Franco, en el
que se justificaba la insurrección militar de 1936. A Vox sólo le falta
reclutar a un almirante de la Armada para poner cerco al Partido Popular
por tierra, mar y aire.
El teniente general Fulgencio Coll estuvo a las órdenes de un Jefe de
Estado Mayor de la Defensa (Jemad) que también se ha dedicado a la
política después de pedir el retiro.
Estamos hablando del general del
Aire Julio Rodríguez, destacado miembro del actual grupo dirigente de
Podemos, con un encargo que no lo supera ni un jefe de los comandos
especiales: intentar poner orden en el avispero de la izquierda
alternativa de Madrid.
El acercamiento del general Rodríguez a Podemos fue una de las
noticias espectaculares del pasado ciclo electoral. Un Jemad al lado de
Pablo Iglesias. Hubo sudores fríos en el PSOE.
Mucha irritación en el
PP. El fichaje, propuesto por Rafael Mayoral, fue gestionado con notable
torpeza por los jóvenes dirigentes de Podemos. En vez de situar al
general Rodríguez en un puesto destacado de la lista de Madrid, le
colocaron de segundo en Zaragoza en diciembre del 2015 y de primero en
Almería en junio del 2016, sin obtener escaño. Cuando se declaró el
primer incendio en el avispero de Madrid, Rodríguez acudió a apagar el
fuego.
El entorno de Manuela Carmena le levantó una barricada en las
listas municipales ante la posibilidad de que se convirtiese en el
futuro alcalde de Madrid, si Carmena abandonaba un tiempo después de
haber conseguido la reelección, posibilidad en estos momentos muy
incierta. El ex-Jemad no estará en las listas de abril por decisión
propia, pero ha manifestado su deseo de seguir en política. Rodríguez no
es un general cesarista, es el santo Job de Podemos.
Los militares tienen derecho a entrar en política una vez retirados.
Pero en España cada fichaje militar tiene una especial resonancia desde
que en las primeras elecciones de 1977, el PSOE de Felipe González
enroló en sus listas al comandante de ingenieros Julio Busquets,
fundador de la Unión Militar Democrática.
(*) Periodista y director adjunto de La Vanguardia
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