MADRID.- El empleo a tiempo parcial para
cuidar a personas dependientes aumentó un 28,8 % en 2018, hasta
totalizar los 358.200 ocupados, de los que casi nueve de cada diez eran
mujeres, según las variables de submuestra de la Encuesta de Población
Activa (EPA).
Los datos publicados este viernes por el
Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que más de la mitad de
estas mujeres que se ven obligadas a trabajar a tiempo parcial creen
que no hay servicios adecuados para la atención de personas dependientes
(niños, adultos, enfermos o discapacitados) o que no pueden
costeárselos.
Analizando el puesto de trabajo, el INE destaca que siete
de cada diez ocupados en España en 2018 tenía jefe y ningún
subordinado, una situación que apenas ha variado respecto al año
anterior y que es trece puntos superior en el caso de las mujeres (76,3
%) que en el de los hombres (63,1 %).
No obstante, ha
aumentado cuatro décimas el porcentaje de directores de empresas
pequeñas, aunque el peso de los hombres (8,5 %) es 3,6 puntos superior
al de las mujeres (4,9 %), una brecha de género que también se da en el
resto de categorías: encargados, mandos intermedios o directores de
grandes empresas.
La estadística revela también que la
mayoría de los desempleados en 2018 había trabajado con anterioridad y
que el principal motivo para haber dejado su empleo fue la finalización
del contrato, lo que afectó a 1,68 millones de personas (el 53,4 % del
total, tasa que ha aumentado cinco décimas respecto a 2017).
Por
detrás, el 10,9 % de los desempleados habían sido despedidos o se había
suprimido su puesto de trabajo, tasa que ha aumentado seis décimas
frente a 2017.
Los datos muestran que el número de
desempleados de muy larga duración (más de tres años o más) se redujo en
2018 en casi 200.000 personas, hasta las 803.000, llegando a
representar al 25,5 % de los parados con experiencia laboral, casi tres
puntos menos que el año anterior.
En función de la
formación, las tasas de paro más elevadas se registraron entre aquellos
que no han superado la ESO o el bachillerato (20,21 %), población que
también cuenta con las tasas de empleo más bajas (37,63 %) .
Por
el contrario, las menores tasas de paro se dieron entre personas
formadas en el ámbito de la salud y servicios sociales (7,76 %) y la
tasa de empleo más elevada en las personas formadas en las tecnologías
de la información y las comunicaciones TIC (79,88 %).
Cabe
destacar que el empleo de las mujeres fue superior al de los hombres en
las ramas de ciencias naturales, químicas, físicas y matemáticas; y en
agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y veterinaria.
También
fue superior la ocupación femenina en ciencias sociales, periodismo y
documentación, al tiempo que fue la única actividad en la que la tasa de
paro femenina fue inferior a la masculina.
El número
de asalariados contratados a través de una empresa de trabajo temporal
(ETT) fue de 626.500 personas en 2018, el 3,9 % de los nuevos ocupados,
una tasa que ha mejorado cinco décimas respecto al año anterior y que
contrasta con el 2,1 % de los que lograron un empleo a través de los
servicios públicos (una décima más).
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