MADRID.- Oxígeno. Es lo que ha recibido Bankia tras la
prórroga del Gobierno que ha ampliado dos años más la fecha de su
privatización hasta diciembre de 2021. ¿Objetivo? Obtener el máximo
retorno de las ayudas públicas, según publica www.merca2.e.
En un año en que la banca está pasando las de Caín, con una caída
superior al 30% en Bolsa, y con diciembre de 2019 como fecha inicial
para completar el proceso, este aplazamiento vuelve a insuflar aire al
Estado para recuperar la mayor parte de las ayudas que concedió a varias
cajas de ahorros allá por 2012.
En concreto, se trata de 22.424
millones para la entidad hoy presidida por José Ignacio Goirigolzarri y
que ya ha devuelto 2.864 millones.
“En un año se podría haber avanzado en la privatización pero
asumiendo que las pérdidas serían cuantiosas”, recalca Manuel Romera,
director del sector financiero en IE Business School. ¿Hubiera estado
completa? No.
Muchas veces manda más la política que las finanzas. Y Bankia está demasiado barato.
De hecho, se tenían que haber colocado paquetes en 2018 y no se ha
hecho. “Tenía que haber llegado al 30% a finales del año para que no
tuviera mayoría el Estado, y no ha sido así”, matiza Romera.
Con Unicaja y Liberbank moviendo ficha, surgen las preguntas: ¿Bankia
puede hacer otro movimiento como el llevado a cabo con BMN? ¿Quién
puede estar interesado en Bankia? ¿Absorberá o será absorbida?
De momento, el Estado todavía conserva el 61,4%. “Las dos colocaciones de acciones al 7% cada una se hicieron muy bien”,
sostiene el profesor del IE Business School. Otra cosa es qué hacer con
una participación de control, como apuntó la ministra de Economía Nadia
Calviño. La Bolsa y el precio de las acciones no acompañan.
“Seguro que en 2019 va a haber movimientos corporativos. ¿Una fusión
con Bankia liderando él? Es posible. A nivel ejecutivo, a nivel mundial,
hay pocas opciones. No veo a Bankia como absorbidos, sino más bien como
absorbentes. También dependería de a qué precio”, explica Manuel
Romera.
Dejando a un lado Unicaja y Liberbank (aunque no sería el primer
intento que acaba en agua de borrajas), las opciones que le quedan a
Bankia no son muchas. Recientemente, el presidente de Kutxabank,
Gregorio Villalabeitia, en una entrevista en Radio Euskadi, afirmó que no se planteaba comprar nuevas entidades financieras
porque estaban muy bien “solteros”, pero que si aparecía “un príncipe o
una princesa azul con una importante dote” no la descartaban.
Oportunidad, conveniencia o necesidad son tres motivos, según explicó,
por los que podría haber operaciones.
¿Ibercaja? Al Banco de España le gustaría que se uniese al partido
que están empezando a jugar Unicaja y Liberbank. Víctor Iglesias, su
presidente, la ha desechado. Además, está preparando su salida a bolsa.
¿Abanca? Difícil.
Bankia tiene el 9% de la cuota de mercado en España.
¿Bocado apetitoso para Santander, CaixaBank o BBVA? A nadie le amarga
un dulce pero ninguna de las tres entidades ha mostrado un ‘cariño’
especial por ella.
Santander sigue con la integración del Popular, BBVA
con su digitalización, y CaixaBank, como las otras dos, no parece estar
dispuesta a llevar a cabo una ampliación de capital de entre 10.000 y
12.000 millones de euros para quedarse con Bankia.
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