lunes, 14 de octubre de 2019

Un investigador del CSIC afirma que la nueva crisis deja «más que moribunda» a la laguna

BARCELONA.- El investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC Jordi Camp afirma que la aparición de miles de peces muertos en el Mar Menor confirma una nueva catástrofe ecológica, causada por la gran masa de agua dulce con sedimentos y restos orgánicos arrastrada por las recientes lluvias torrenciales. La consecuencia es que colapsó la vida marina dejándola sin oxígeno, según el investigador.

El Mar Menor está «más que moribundo», aseguró. En su opinión, la laguna queda «muy tocada», pero también apuntó que era «obvio» que esto ocurriera tras el reciente episodio de gota fría. El desastre propició «una especie de balsa de aceite» en la laguna, donde el agua dulce, que es más ligera, se queda flotando sobre la salada e impide el intercambio de oxígeno del fondo marino con la atmósfera, según el científico.
Según el experto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el agua dulce que llegó al Mar Menor de forma intempestiva tras las recientes inundaciones llevaba sedimentos que contribuyen a tapizar el fondo y matan «de forma masiva» a los organismos. Jordi Camp explicó que este fatal desenlace estaba previsto por las fuertes lluvias, pero no había grandes posibilidades de evitarlo dadas las condiciones de salinidad y geográficas de la laguna, que apenas permiten descargar el exceso de agua al mar abierto.
La vida marina también fue castigada por el aporte de materia orgánica procedente de las riadas, con unos nutrientes que también consumen oxígeno. Sobre todo, al degradarse y descomponerse. 
El investigador apunta que una posible opción frente a estas situaciones es la construcción de una especie de circunvalación en torno a la laguna aunque. Sin embargo, Jordi Camp cree que esta vez ni siquiera habría sido suficiente para dar salida a tanta agua.

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