martes, 23 de abril de 2019

Un debate duro para Sanchez, que ha ganado Rivera y que ha beneficiado a Iglesias / José Oneto *

Se entiende que el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez no quisiera un debate a cuatro, en el que todos, incluido Iglesias, irían contra él, que prefiriese un debate a cinco con la presencia de Vox para visualizar que el peligro para el país, y para sus planes, era la “Gran Derecha” y que no le aportaba nada un “Cara a Cara“ con el principal líder de la oposición Pablo Casado.

Ese “Cara a Cara” era el objetivo principal del líder popular. Desde el preinicio del Debate cuando, desde fuera del complejo de Radio Televisión Española un grupo de militantes del PP le esperaba a la puerta de Prado del Rey para aclamarle y cuando desde el principio quiso imponer las reglas del debate reclamando incluso a la Junta Electoral que, por ser el líder del principal partido de oposición, tenía la obligación de abrir y cerrar el debate, poniendo en duda parte de las reglas de juego que se habían pactado, por sorteo, los organizadores de la televisión pública.

Quien desde el principio ha cogido el relevo para ese “Cara a Cara” que Casado ha sido incapaz de imponer, probablemente condicionado por todas las acusaciones que ha recibido estos días de sus excesos verbales, ha sido el dirigente de Ciudadanos Albert Rivera que desde el minuto uno, con una gran tranquilidad ha ido desgranando conceptos y argumentos contra el Presidente del Gobierno al que dejó, desconcertado, nada más empezar el debate al solicitar, nada más y nada menos que la dimisión de la administradora única de la Televisión pública, una de las responsables del conflicto creado por la crisis de los Debates, que tanto daño le ha hecho al candidato socialista.

En todos los bloques del debate (política económica, fiscal y empleo; política social, Estado de bienestar pensiones e igualdad; política territorial, regeneración democrática y pactos postelectorales) ha estado más crítico y duro con Sánchez el líder de Ciudadanos que Casado en el intento del líder de Ciudadanos de recuperar posiciones. 

Por otra parte, en honor a la objetividad, hay que decir que Pablo Iglesias, ha hecho un gran debate, una vez que ha descubierto la bondad de la Constitución Española a la que ha defendido a capa y espada, después de haber preconizado durante cinco años un “proceso constituyente” que, inevitablemente, pasaba por romper el candado de la Constitución de 1978. 

Hay que reconocer que aunque pierda muchos diputados ha conseguido con este debate colocar su mensaje para que se vote a Podemos en su intento de entrar en el Gobierno. Es decir que ha hecho un gran debate lleno de sentido común, algo que en él parecía que era imposible.

Por último, hay que decir que Pedro Sánchez lo ha pasado mal. Se le notaba en la cara, en la extrañeza de lo que le estaban diciendo, en las críticas sobre sus cesiones al independentismo, y sobre todo, al miedo que transmitía en cuanto salía a relucir el problema del Referendum catalán, sus encuentros con Torra y los pactos postelectorales con el independentismo . Y, sobre todo, el tabú de los indultos, algo que descompone al candidato socialista. Temas todos que ha logrado soslayar durante gran parte de la campaña electoral. Pero que hoy igual que mañana se volverá a repetir…

Terminada la primera parte del debate, en lo que ha sido, un partido de ida, que se ha desarrollado en los estudios de la RTVE, la segunda parte se celebrará, como partido de vuelta, en los estudios del Grupo Atresmedia, sin saber siquiera cuál ha sido el resultado real del primer partido. 

Periodísticamente habrá, a su vez, un debate sobre el debate, un debate para saber quién ha ganado el partido de esta noche, aunque no se sabrá, después de la insistente publicidad de que se trata de dos debates “Decisivos”, qué efecto ha tenido, en ese treinta por ciento largo de actuales indecisos, en los cambios de votos. Especialmente en esos 800.000 votantes que antes de empezar el Debate no sabían, según el CIS, si, al final, iban a votar a Ciudadanos o al PP.

La estricta y absurda Ley Electoral que prohíbe que, desde este martes se puedan publicar encuestas, y que esa prohibición dure hasta el domingo, fecha de las elecciones, impide conocer cuál ha sido el “Efecto Decisivo” del Debate del lunes y del de este martes, sobre los últimos sondeos que se han hecho público este lunes. 

Y lo más importante, si el Partido Popular continúa ostentando el liderazgo de la derecha; si muchos de esos indecisos han resuelto la duda de votar al PSOE y han optado, por Ciudadanos; si el Candidato socialista que tenía todas las de perder, no ha perdido nada de su posición dominante o si siguen existiendo muchas posibilidades de que Podemos se convierta en el quinto partido, superado por Vox, lo que no impediría que, después de perder 44 diputados como reflejan las encuestas últimas, que Pablo Iglesias, entrará en un futuro gobierno de Pedro Sánchez .

Dentro de unas horas, será el partido de vuelta con el que, prácticamente, se cierra, de hecho, la larguísima campaña electoral que empezó el pasado día 15 de febrero, día que anunció elecciones generales para el 28 de abril al ver rechazados sus Presupuestos Generales del Estado.


(*) Periodista y economista


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