En contra de lo que viene repitiendo machaconamente la derecha, que denomina a Pedro Sánchez "presidente okupa", los verdaderos okupas del palacio de la Moncloa durante casi siete años han sido Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría.
El primero vivía allí y tenía su despacho oficial; la segunda solo
acudía a trabajar. Pero ninguno se enteraba de nada de lo que pasaba, al
menos en lo que respecta a la principal crisis que ha tenido España en
muchas décadas y que no es otra que el conflicto catalán.
De su
comparecencia de este miércoles en el Tribunal Supremo en el juicio por
el procés quedan en el aire más interrogantes que respuestas: Rajoy no recuerda nada concreto, no sabe si se reunió con el lehendakari Urkullu
para tratar de una mediación entre los gobiernos español y el catalán,
no leía los informes de inteligencia...
¿Y SSS? Pues más de lo mismo.
Desconocía si se había publicado la declaración de independencia en el
DOGC, no leía documentos, se informaba de las cosas por las
televisiones... como cualquier mortal. Todo lo sabían por la prensa
digital o la televisión. ¡Qué gran momento para Antena 3 y Telecinco y
sus estrellas matinales Susanna Griso y Ana Rosa Quintana!
Las decisiones se tomaban solas, vinieron a decir en otro momento. Del referéndum del 1 de octubre
recordaban los 93 policías heridos. Algo es algo, en su día dijeron
400... ¿Y de los electores que querían ir a votar? Nada en el recuerdo.
Bueno, sí: eran murallas humanas que impedían a las
fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado cumplir las funciones que
tenían encomendadas.
Otro momento hilarante es cuando se le preguntó a
SSS por la llegada de los piolines a
Barcelona -los 6.000 policías desplazados por el Ministerio del
Interior- y el hecho de que se contratara la infraestructura antes
incluso de la concentración ante la conselleria de Economia el 20 de
septiembre de 2017. Desconcertada, apuntó que era fruto de las
previsiones y de tener encima de la mesa todos los escenarios.
Hubo más
ejemplos, pero todos acababan en el mismo sitio: un vago recuerdo de las
cosas concretas. Una última, en pose de abogada del Estado: las cosas
que no se publican -en el BOE o en el DOGC- no tienen efecto, señaló
Soraya. ¿Cuál es entonces la razón de la aplicación del 155, habida
cuenta de que nada se publicó?
Antología del disparate. Cuando se
produjo esta respuesta, los abogados Xavier Melero y Jordi Pina
ya le habían hecho un siete y la Soraya altiva y con una risa casi
mecánica estaba desencajada y nerviosa. Con ganas de abandonar el
banquillo de los testigos.
No es extraño que no hallaran ni una sola urna del
referéndum del 1 de octubre. Hemos necesitado diecisiete meses para
saber cómo era posible que el gobierno español desconociera por completo
cómo llegaron a los colegios electorales de toda Catalunya. Pero, al
fin, ya lo sabemos.
Todo era en la Moncloa cartón piedra: nada se sabía,
nada se veía y nada se conocía. Lástima que el reguero de decisiones
que adoptaron, sobre todo con sus enemigos, diga todo lo contrario.
Muchos damnificados se prestarían a explicar cómo se montaba la Operación Catalunya
o se pasaba de ser amigo a enemigo. Para eso, el exministro José Manuel
García-Margallo siempre está dispuesto a salir a la palestra.
(*) Periodista y ex director de La Vanguardia
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