MADRID.- En el ritmo trepidante que Pedro Sánchez impone a su Gobierno para intentar un cambio político que reconecte con las demandas sociales antes de las elecciones del 2020, nueva
declaración de intenciones mientras va anudando apoyos parlamentarios
que le garanticen que las medidas estrella se aprueban y trata de
forjarse internacionalmente un perfil como mandatario.
El último anuncio
acelera acelera el pulso a los territorios porque recoge su reivindicación totem: más dinero para poder sufragar los servicios públicos. El jefe del Ejecutivo se comprometió este martes a “mejorar” la financiación de
“todas y cada una de las comunidades autónomas” sin aprobar un nuevo
modelo integral porque en media legislatura, entiende, no hay tiempo
suficiente para filigranas. Tampoco hay planes concretos sobre la mesa,
ni calendario.
El Gobierno habla de “voluntad” de resolver la situación
siendo “ambiciosos pero realistas” y emplaza a la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) que
se celebrará próximamente para empezar a tejer unos cambios que los
líderes territoriales necesitan ante los comicios autonómicos y
municipales de mayo del 2019.
Sánchez hizo el anuncio en el Senado, en el vértigo de otra jornada con nombramientos, como el de la exvicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, elegida ahora presidenta del Consejo de Estado.
Los suyos en la Cámara Alta, influidos o no por el ambiente mundialero,
le hicieron un pasillo a la entrada a su primera sesión de control como
presiente, con ovación incluida. Este miércoles responderá a las
preguntas de la oposición en el Congreso y Compromís tendrá la oportunidad de sonsacarle algo más de los cambios en la financiación autonómica.
Este martes recibió al presidente del Consejo Europeo,
Donald Tusk, para hablar del problema migratorio de la UE, el sábado
tiene cita en el Elíseo con el presidente Enmanuel Macron, y en un lugar preferente de la agenda, el presidente afianza sus apoyos parlamentarios.
Por el momento han trascendido dos reuniones, la que mantuvo con el líder del PNV, Andoni Ortuzar, y con el de Podemos, Pablo Iglesias. Entre los próximos encuentros, el president Quim Torra y el lehendakari Íñigo Urkullu. De los encuentros mantenidos con los nacionalistas vascos y los populistas Sánchez arranca, de momento, sintonía suficiente para llegar con vida hasta las urnas del 2020.
Gestos no, políticas realistas
Pero el presidente sabe bien que esa frontera el calendario no es
una meta en sí misma y le urge que la ilusión despertada en el espectro
progresista por el cambio de Gobierno se materialice en políticas
concretas que deberán aprobarse, derogarse o mutar en un Parlamento que
llevaba dos años dormitando.
El PNV quiere colaborar hasta el fin de la
legislatura, Podemos ya ha ofrecido un acuerdo programático, el PDECat huye
de un adelanto electoral, espera que el Gobierno levante recursos
contra leyes aprobadas en el Parlament y aprecia la decisión de
transformar el Valle de los Caídos.
Entre las primeras medidas que verá este nuevo Congreso, la proposición de ley para facilitar la eutanasia, que se debatirá la próxima semana a propuesta del PSOE.
Dicho de otro modo, Sánchez evidencia que la fase de “gestos” se
traduce no solo en una idea etérea de guante de seda sino en políticas
concretas de cambio.
Lealtad al Estado
Enfrente, Sánchez tiene a Ciudadanos reclamándole en bucle adelanto electoral y a un PP que, mientras elige a su nuevo líder,
opta por la oposición frontal en dos ejes: Catalunya y la reforma
constitucional. Sánchez les pide lealtad, si no al Gobierno, sí al
Estado y critica que fomenten el “agravio territorial”. La ministra de
Política Territorial, Meritxell Batet, salió en el
Senado a defender la necesidad de “dar respuestas” en Catalunya y a
argumentar la reforma de la Carta Magna. “Una Constitución que pierde el
apoyo y deja de ser referente para la inmensa mayoría es una
Constitución más débil”, defendió.
El PP trata de llevar al PSOE a la contradicción también
recordando promesas electorales de difícil cumplimiento en este
contexto, como cambiar la reforma laboral. La titular de Trabajo, Magdalena Valerio,
alega que el PSOE “no renuncia a sus principios” sino que tiene “los
pies en el suelo” cuando fija como objetivo “restituir el marco de
relaciones laborales dinamitado en el 2012 [por el PP]”.
Entre las
próximas medidas que se debatirán en el Congreso, la reivindicación
podemista de permisos de paternidad y maternidad iguales,
intrasferibles, obligatorios y totalmente pagados, la semana que viene.
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