viernes, 23 de marzo de 2018

Guerra comercial EEUU-China: mala noticia para todos / Luis Alcaide *

Después de la Segunda Guerra Mundial se había con­ver­tido en un valor uni­versal de las de­mo­cra­cias res­petar los in­ter­cam­bios co­mer­cia­les. Desaparecían las ma­qui­na­ciones con el tipo de cambio y las ba­rreras a las tran­sac­ciones de mer­can­cías y ser­vi­cios. Los EEUU se pos­tu­laron como ga­rantes del com­pro­miso y la OMC se erigió en el guar­dián de la li­bertad de co­mer­cio; ni de­va­lua­ciones com­pe­ti­tivas ni pro­tec­cio­nismo de­cla­rado o en­cu­bierto. 

En 2016 durante la campaña electoral para la presidencia de los EEUU, el candidato Trump descubrió sus cartas y lanzó las primeras amenazas: “American First”. El mensaje recibió una cálida acogida por parte del electorado que obligaría a la otra candidata, Hillary Clinton, a rechazar el Acuerdo Trans-Pacifico. El internacionalismo venia coincidiendo con una bajada de los salarios entre los trabajadores de los EEUU.

La competencia comercial por parte de China y también de la Unión Europea, Alemania como protagonista destacado, reunían todas las papeletas para ser acusados de depredadores despiadados del bienestar americano. Solo una guerra comercial protagonizada esta vez por los EEUU permitiría recuperar la prosperidad para el pueblo desprotegido.

¡Guerra comercial! Una mala noticia para el mundo y también para España. En efecto el comercio exterior se ha convertido en los últimos años en el acelerador más dinámico de nuestro crecimiento económico. Un signo positivo de la balanza de bienes y servicios y un excedente de la balanza de pagos por cuenta corriente del orden del 1,5-2% del PIB. Dos credenciales que confirman una posición de solvencia y que han permitido rebajar la prima de riesgo para colocar la deuda española en los mercados financieros.

Efectos sobre comercio exterior
Las cifras del comercio exterior del mes de enero de 2018 confirman la buena marcha de las exportaciones, con un avance interanual del 6,5% sobre enero de 2017. Entre esas mismas fechas las importaciones han avanzado incluso a un ritmo superior: un incremento interanual del 8,9%. La demanda doméstica está tirando de las compras en el exterior mientras crecían los precios del barril del petróleo y la cobertura exportación/importación bajaba hasta el 85,3%.

Más allá de las cifras de un solo mes las exportaciones españolas en los últimos 12 meses crecieron un 8,1% lo que ha permitido que la tasa de cobertura se sitúe en el nivel de 91,6%. Se mantiene el superávit comercial con UE en enero que también se repite con la eurozona aunque en este último caso el excedente ha registrado una ligera caída.

La UE sigue siendo nuestro principal cliente con un 68% del total de las ventas españolas al resto del mundo. Los intercambios extracomunitarios, por el contrario, el 32% restante, siguen siendo los principales responsables del déficit comercial. En enero, ese déficit con los países extra comunitarios creció en un 15,4% hasta los 5.663 millones de euros (4.906 millones en enero de 2017). Un déficit – cuyo principal actor no es otro que los países del extremo oriente asiático – muy superior a los 3.935 millones de euros que ha registrado el déficit comercial de España en enero de 2017.

La guerra comercial decretada por los EEUU avanza con paso firme. El acero y el aluminio han sido la primera advertencia. Ahora los automóviles parecen estar en un punto de mira. Las cifras del comercio exterior de los EEUU para 2017 mostraron una aceleración de su déficit con el resto del mundo: un 12,13% superior al de 2016.

Las exportaciones de los EEUU crecieron un 5,5% durante el pasado año mientras las importaciones avanzaron un 6,7%. La balanza de servicios de los EEUU mantiene, por su parte, una evolución positiva aunque la suma de bienes y servicios sigue siendo deficitaria y en consecuencia la balanza de pagos por cuenta corriente está en negativo con un valor equivalente al 2,1% del PIB.

Una balanza de pagos negativa, un déficit creciente de las administraciones publicas que sumados no van a poder ser contrarrestados por ese encarecimiento del 0,25% en el coste del dinero que ha decretado la Reserva Federal. Demasiadas incertidumbres para el futuro de la balanza de pagos, los precios de las importaciones y la propia cotización del dólar.

Los EEUU son nuestro séptimo cliente, un cliente que acaba de elevar los derechos arancelarios para la aceituna de mesa y que esgrime la amenaza de penalizar la importación de los automóviles. Un renglón en el que enero/noviembre de 2017 (cifras oficiales de los EEUU) España alcanzó una venta de 140.400 millones de dólares. Frente a este panorama negativo la economía mundial está registrando un fuerte crecimiento que incluye a la UE y a la eurozona, es decir a nuestros principales clientes.



(*) Economista del Estado


No hay comentarios: