PARÍS.- La Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) no ve posible que España pueda subir las pensiones en
función de la inflación con su actual sistema, porque no sería viable
financieramente. Así lo asegura a El Mundo el economista responsable de
pensiones del organismo.
En la OCDE dicen comprender la
necesidad de revalorizar las pensiones con el coste de vida, pero
consideran que España no se lo puede permitir con el actual sistema si
no introduce nuevas medidas impopulares de reequilibrio de las cuentas. El
PSOE ha valorado la subida de pensiones con el IPC en 2018 en un gasto
extra de 1.600 millones, pero esa cifra crecería exponencialmente en los
años siguientes mientras el agujero de la Seguridad Social se
cronificaría.
«Es verdad que las pensiones deben asegurar el mantenimiento
del poder adquisitivo, pero en España no es posible indexar las
pensiones a la inflación sin tomar otras medidas que hagan sostenible el
sistema», asegura el citado economista responsable del departamento de
pensiones, el doctor en Económicas por la Sorbona Hervé Boulhol .
La
OCDE agrupa a las grandes economías desarrolladas del mundo y sus
recomendaciones no son de obligado cumplimiento como llegan a ser las de
la Comisión Europea; pero son una referencia para los Estados miembros.
En el caso de las pensiones, los estudios de la OCDE son especialmente
reconocidos.
«No es posible subirlas con la inflación sin
hacer nada más», agrega el economista francés y recuerda que, para
poder revalorizarlas cada año con el IPC, debería escoger alguna de
estas medidas: «Actuar sobre las pensiones bien alargando más la
edad de jubilación o bien recortando las pensiones futuras; o aumentar
los ingresos vía cotizaciones o impuestos».
En
todo caso, este economista francés resalta que la media de países de la
OCDE no revalorizan las pensiones exclusivamente con la inflación, sino
que éstas evolucionan con una mezcla de combinar en un 70% el coste de vida y sus salarios antes de la jubilación en un 30%.
Desde
su observatorio de la organización que agrupa a todas las grandes
economías desarrolladas, Boulhol señala que «España ha escogido un
modelo muy particular en la OCDE que es mantener las pensiones elevadas
con respecto al último salario, pero subiéndolas solo un 0,25%. Eso hace
que en el peor escenario de subida prologada de solo el 0,25% se
produzca a lo largo de la pensión de jubilación un fuerte recorte en
términos reales».
Según sus estimaciones con el sistema
actual, los jubilados futuros españoles se retirarán con el 72% de su
último salario, mucho mejor que la media de la OCDE en que se van con el
53%. Sin embargo, «en el peor escenario» de subida prorrogada del 0,25%
y con el objetivo de inflación oficial como referencia, ese jubilado
verá como su pensión valdrá apenas el 46% de su último salario en
términos reales cuando llegue a los 80 años, similar ya al esto de
países de la organización.
Boulhol sostiene que «todos los países de la OCDE tienen el desafío del sistema de las pensiones por el envejecimiento de la población, pero
en España es particularmente importante, por el funcionamiento de su
mercado laboral, peor que en otros países, y su esperanza de vida, que
es un éxito de España al ser superior». La combinación del hecho de que
los trabajadores españoles abandonen hasta dos años y medio antes el
mercado laboral que la media de la OCDE y tengan más esperanza de vida
hace más complicado el problema, explica.
Sobre la
petición de Podemos y el PSOE de derogar reformas, este responsable de
la OCDE responde así: «Nosotros no evaluamos las reformas de pensiones
en España, pero vemos estudios de, por ejemplo, el Banco de España,
sobre que tanto las reformas de 2011 como las de 2013 hacen viable el sistema. Por supuesto que se puede conseguir que sea sostenible con otras medidas, pero deben ser sólidas».
También
considera necesario que España logre un mercado laboral más dinámico,
porque funciona peor que en otros países de la OCDE «y no solo por la
crisis económica».
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