miércoles, 7 de febrero de 2018

A propósito de 'Salvados' / Alfonso Senovilla *

Enorme ha sido el revuelo que se ha montado a raíz de la emisión del programa Salvados de la Sexta. Jordi Évole y su equipo descubrieron ante 2.680.000 espectadores, según los datos de audiencia, cómo es y cómo funciona la industria cárnica en nuestro país. Las redes ardieron colocando el hashtag #SalvadosGranjas en el trending topic durante toda la noche, permaneciendo en él menciones a “Salvados” durante las siguientes 24 horas.

Si hay algo que ha causado una especial sensación y un mayor malestar en el sector cárnico es el vídeo grabado por el equipo de Évole junto a la organización Igualdad Animal en el interior de una granja. Que conste que no es el primero de esas características que esta magnífica organización nos enseña.

No voy a ocultar mi sentimiento animalista, los que me conocen bien lo saben, pero voy a dejar de lado mi parte activista y vegana para ponerme el traje de veterinario y analizar de manera objetiva las repercusiones y comunicados que este vídeo ha generado. El motivo de publicar estas líneas no es contentar ni a unos ni a otros, sino intentar dar una versión basada en mi experiencia de lo que ahí, y en casos similares, sucede. No pretendo con esto tener la razón absoluta, nadie la tiene, pero he oído demasiadas barbaridades interesadas como para quedarme callado.

Vídeo de Igualdad Animal

Lo que se observa en este vídeo es a unos cerdos en muy mal estado. Muchos de ellos presentan patologías graves, abscesos, artritis y hernias, muchas de ellas incompatibles con la locomoción y, desde luego, con el bienestar animal que exige la legislación.

Se han dado varias versiones sobre cuál es el lugar donde se encuentran los animales, si es una nave de enfermería, lazareto, o como quiera denominarse, o si realmente corresponde a la totalidad de una explotación ganadera. Sinceramente no veo posible que una explotación ganadera tenga a todos sus animales así, no por pena ni por buena fe, sino porque es improductivo y una explotación ganadera está para ganar dinero. Sólo me cabe pensar que la ganadería en cuestión se dedique a recoger a todos los animales enfermos de la zona para estabularlos allí, cosa que tampoco sería legal ni por aspectos sanitarios ni porque estos animales legalmente puedan transportarse en esas condiciones.

De todas maneras, a ese cerdo que está tirado en el suelo con abscesos y hernias, que tiene que arrastrarse para alcanzar el bebedero y que probablemente tendrá unos dolores insoportables, poco le importa cómo se denomine el habitáculo donde, sin ninguna duda, está sufriendo.

Lo cierto es que no es legal tener a esos animales así, porque esos animales tienen unas patologías en un estado tan avanzado que son incurables. No tiene sentido realizar un tratamiento veterinario sobre ellos, y el único motivo por el que se los mantiene con vida y se los sigue alimentando, es por la posibilidad de enviarlos a un matadero con destino a consumo humano. Desconozco si la carne resultante será para ElPozo, para cualquier otra gran industria (porque realmente se han cargado las tintas sobre una pero, en cuanto a la forma de tratar a los animales, todas ellas se dan la mano), o si acabará en la carnicería del pueblo de al lado, pero lo que está claro es que el objetivo de tener a esos animales en ese estado es única y exclusivamente sacar un rendimiento económico por la carne procedente de ellos.

 


Comunicado de ElPozo
 
Inmediatamente, la empresa ElPozo ha emitido un comunicado para desmentir o justificar las imágenes aportadas por el programa, y lo hace en boca de su responsable veterinario. A este compañero de profesión le toca el marrón de su vida, porque ahora no se trata de administrar antibióticos o decidir con qué pienso engordarán más los cerdos, sino que se trata de contar una versión de la película que no se cree ni él, y creedme si digo que no pongo en duda sus conocimientos veterinarios, pero la tarea que le han encomendado no se aprende en la universidad, y sus jefes dirán que para eso le pagan. El comunicado dice:


“Los animales presentan malformaciones, lesiones o patologías de nacimiento”.

Algunos de los animales en cuestión deben tener alrededor de dos meses, tal vez algo más. Ya no digo un experto, sino alguien que tenga una mínima idea de cómo funciona la industria del cerdo, sabe que un animal con malformaciones o patologías al nacimiento es inmediatamente eliminado de la producción. Iba a decir sacrificado, pero sobre las formas habituales de matar a los animales en las granjas ya hablaremos otro día, porque da para otro post…

Es evidente que esos animales no han nacido con esos problemas, sino que han adquirido las patologías que presentan a lo largo del ciclo de producción.

“Se encuentran en este área para su rehabilitación y recuperación”.

¿Me pueden explicar, señores y señoras de ElPozo, qué quieren decir con rehabilitar y recuperar? Estos animales no pueden recuperarse de ninguna manera, presentan abscesos y artritis en estado muy avanzado, tienen hernias del tamaño de un balón de fútbol. ¿Cómo piensan que se van a recuperar de esas hernias? Tal vez piensen montar quirófanos veterinarios dentro de la explotación y operar uno por uno a todos los animales. Por favor, que no somos tontos. Por desgracia, estos animales ya no necesitan ninguna rehabilitación, lo que necesitan es dejar de sufrir. Por su culpa y por su mala praxis la única solución ética posible para estos animales es su eutanasia, pero claro, eso tiene un coste y ningún beneficio.

Verdaderamente, me indigna profundamente que se pretendan reír de nosotros, ¿se piensan que el resto de la gente es tonta e ignoramos absolutamente todo?

“Bajo ningún concepto esos animales son aptos para consumo humano y no entran a formar parte de la cadena alimentaria”

Lo primero es que se contradice: primero dice que los animales se rehabilitan y recuperan, y después que no entran a formar parte de la cadena alimentaria. Entonces, digo yo, ¿con qué fin pretenden recuperarlos?

Y lo segundo y más importante, si aseguran que no van a ser vendidos para consumo, no entiendo por qué los siguen manteniendo. Es su obligación ética y legal evitar que sigan sufriendo. 



Comunicado del Gobierno de la Región de Murcia

Raudo y veloz ha sido el Gobierno murciano para sacar un comunicado que defendiera a sus empresas y al sector porcino. Podía haberse dado prisa en saber la situación real de sus granjas, a ver si de casualidad algo de lo que dice el programa es verdad, pero no, mejor defender al sector. Al fin y al cabo la pasta es la pasta. Dicen: 

“El sector ganadero de la región y, en especial, el porcino, cumplen escrupulosamente con la legislación europea en materia de sanidad y bienestar animal, y de seguridad alimentaria“ 


Entonces, ¿la granja visitada no era de Murcia? Y esa incumplía, ¿no? Y como esa, en mayor o menor medida, hay otras granjas que incumplen la normativa. Por ejemplo, en Murcia hay cerdos ibéricos que se castran, y eso está prohibido. También hay animales que se transportan cojos o con heridas, y eso también está prohibido. Y en Murcia, como en cualquier otro lugar de España, hay explotaciones que mantienen a los animales en malas condiciones, y eso también está prohibido. Por lo tanto, no entiendo cómo puede alguien atreverse a decir que cumplen escrupulosamente la ley.

“Es también preciso recordar que estos animales están numerados uno a uno, para su continuo seguimiento…” 

Disculpen ustedes, pero la identificación en porcino, al contrario que en vacuno, es colectiva, no individual. Esto quiere decir que todos los animales de la misma explotación tienen el mismo número de crotal, por lo que no pueden saber qué ha pasado o dónde ha ido exactamente un animal. En el mejor de lo casos, se identifica por lotes pertenecientes a una misma explotación.

Es sólo un detalle, pero queda tan mal esa ignorancia. 

Podría extenderme más en criticar este comunicado, pero creo que el representante del Gobierno que salió en el programa hace que cualquier crítica sea innecesaria.



Comentarios en redes y medios

Desde luego que es lo que más ha abundado. Algunos formados, otros desinformados, y muchos interesados. No deja de sorprender que algunos medios que acusan a Évole de sensacionalista titulen de una manera igualmente sensacionalista, como “Una veterinaria destroza a Jordi Évole tras su programa sobre las granjas”. Según parece no es veterinaria, sino farmacéutica. Pero bueno, un fallo lo tiene cualquiera. Lo que está claro es que en este país, al fin y al cabo, todos tenemos derecho a opinar.

Se ha hablado sobre el uso de antibióticos en animales, que realmente lo hay, y mucho. De hecho, según la Agencia Europea del Medicamento, España es el país de la UE donde más antibióticos veterinarios se venden con 418 mg por kilo de carne. Esto no quiere decir que estén ahí, sino que son los que se han utilizado para su producción, con las consecuencias que ello conlleva. ¿Hay controles para asegurar que no lleguen al consumidor? Evidentemente sí, aleatorios. Y eso que dice el mismo artículo “A nuestro plato nos llega con, como mucho, residuos de los mismos”. Puede que esto no preocupe a la mayoría de la gente, pero si preguntamos a algún alérgico… tal vez la respuesta sea diferente.

Pero sin ninguna duda, la mayor revolución se ha montado con la idea de que si existe la posibilidad de que animales con abscesos, hernias, artritis y demás puedan entrar en un matadero con destino para consumo humano. La respuesta es clara, transparente, contundente y sincera: sí, por supuesto que sí. Y no sólo es que puedan entrar, sino que entran. Esos animales son las denominados en el argot ganadero como ‘colas de cebadero’. Son los animales que presentan lesiones incurables, incompatibles con el ritmo productivo, y que al no poder alcanzar el peso de sus hermanos se agrupan entre ellos como hemos visto en diferentes vídeos. 

Esto no es ningún secreto, y lo sabe cualquiera que tenga una mínima idea de cómo funciona el sector porcino y los mataderos. De la misma manera que tampoco es un secreto que, según la normativa europea de transporte de animales, ese tipo de animales no son aptos para el transporte, por lo que no deberían moverse de la explotación, sino que se deberían sacrificar de manera adecuada allí. Después, en función de diferentes factores, se decide qué animales o qué partes de esos animales tienen como destino el consumo humano.

Qué empresas hacen esto y cuáles no, quién cumple la legalidad estrictamente y quién no, son preguntas que sólo los propietarios, responsables sanitarios y quien lo haya visto de primera mano puede responder.

Por mi parte, acabo diciendo que si yo fuera parte del sector porcino, en vez de preocuparme tanto por defender lo indefendible y por justificar lo injustificable, me preocuparía de tener a los animales en buenas condiciones, para que cuando Évole vuelva a hacer un programa sobre granjas dentro de algunos años, no se encuentre las barbaridades que ha visto ahora. Y ya que estamos adelantándonos en el tiempo, ojalá ese reportaje se titule “Explotaciones ganaderas, un negocio en vías de extinción”.


(*) Veterinario e inspector de Sanidad


https://blog.pacma.es/2018/a-proposito-de-salvados/

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