miércoles, 7 de febrero de 2018

No hay vuelos sin subvenciones

VALLADOLID.- En un año en el que por los aeropuertos de la red de Aena transitaron casi 250 millones de pasajeros, el 8% más que en el ejercicio anterior y el mejor resultado de su historia, las instalaciones de Castilla y León todavía presentan registros de viajeros el 60% inferiores a los de antes de la crisis, con casos como los de Salamanca y León, inferiores en más del 70%, según revela El Norte de Castilla

La marcha de la economía se ha recuperado, pero no así las subvenciones con las que la Junta, los ayuntamientos y las diputaciones agasajaban a las aerolíneas nacionales y extranjeras por despegar y aterrizar en la comunidad autónoma. El resultado es una actividad aérea bajo mínimos, imposibilidad de volar a lugares que no sean un par de capitales españolas e ingentes pérdidas que se soslayan gracias a la buena marcha de las cuentas globales de la empresa gestora (propiedad del Estado en el 51%).
De toda la red que administra Aena, integrada por 46 aeropuertos y dos helipuertos, 44 vieron incrementada la cifra de pasajeros en 2017, algunos de ellos más del 100%, como es el caso de Vitoria, o del 50%, como el de Badajoz. Los únicos cuatro que arrojaron balance negativo fueron Salamanca (-3,2%), Valladolid (-2%) y Melilla (-1,7%), además de la pista de Son Bonet, que acogió a poco más de mil personas, el 63% menos.
El hecho de que tanto Burgos como León tuviesen crecimientos de viajeros superiores al 20% (el primero del 26,7% y el segundo, del 21,6%), solo sirve para disfrazar realidades como la de Villafría, por donde el año pasado apenas viajaron 16 personas al día (5.933 en los doce meses).
 O la de Virgen del Camino, un aeropuerto por donde en 2017 se movieron 176 kilos de mercancías y cuyos siete mostradores de facturación y tres puertas de embarque estuvieron cerrados la tercera parte de los días. De los 161.000 pasajeros de 2007, el aeropuerto leonés ha caído a los poco más de 44.000 actuales, mientras que las operaciones presentan una evolución similar, de 7.333 a 2.236, mayoría de ellas relacionadas con el movimiento de aviones militares, del Estado o de trabajos aéreos. 
Valladolid, Salamanca y Melilla son los únicos aeródromos españoles que perdieron viajeros en 2017
Triste es también el caso de Villanubla, desde donde los vallisoletanos, en los viejos tiempos podían plantarse en Londres, Bruselas, París o Milán de forma regular. Ahora apenas pueden volar a Barcelona (Ryanair con cinco conexiones semanales y Vueling con tres) y, por el momento, a Sevilla (también con la aerolínea irlandesa, que tiene dos frecuencias semanales los miércoles y domingos). 
Desde León solo se puede ir a la Ciudad Condal algunos días de la semana, mientras que Burgos y Salamanca no cuentan con ningún vuelo regular y su principal actividad tiene que ver con escuelas de formación aérea y las operaciones de servicio público. Ocasionales vuelos del Imserso y del Club de los 60, chárters y algunas rutas puntuales a los archipiélagos en temporada estival completan las operaciones de los aeródromos castellanos y leoneses.
Hace tres años, el Tribunal de Cuentas de la Unión Europea puso a Burgos como ejemplo continental de los problemas que se derivan de la construcción de un aeropuerto pequeño en el ámbito regional. Receptor de fondos europeos, con pérdidas multimillonarias acumuladas, un reducidísimo número de pasajeros y varios aerodrómos a menos de dos horas de distancia por carretera o tren. 
Según el informe de la UE dedicado a analizar la sostenibilidad y viabilidad de las infraestructuras aéreas, los aeropuertos que no alcanzan la cifra de 100.000 viajeros al año sufren unas pérdidas medias de 130 euros por pasajero y mantenerlos abiertos solo se justifica ante alguna necesidad particular, relacionada por ejemplo con el aislamiento o la insularidad.
De los 539 aeropuertos de la Unión Europea con actividad comercial en 2015 recogidos por Eurostat, el burgalés de Villafría ocupa el décimo séptimo puesto por la cola en número de viajeros; con Salamanca en el 483, León en el 454 y Valladolid en el 316. Desde 2014 Aena ya no publica las cuentas financieras pormenorizadas por aeropuertos. El último año que difundió los datos, el coste por cada viajero que utilizó las pistas de Castilla y León fue de 84 euros. El de Villafría fue de 230 euros.
Por otro lado, el año pasado solo vieron pasar mercancías por sus instalaciones los aeropuertos de Valladolid y León. En el primero de ellos se movieron 25,5 toneladas de carga, lo que representa un descenso del 14,5% con respecto a 2016, mientras que el aeródromo leonés gestionó 176 kilos de mercancías, que puede parece poco pero es mucho si se compara con los cero kilos del año anterior.

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