VALLADOLID.- En un año en el que por los aeropuertos de la red de Aena transitaron
casi 250 millones de pasajeros, el 8% más que en el ejercicio anterior y
el mejor resultado de su historia, las instalaciones de Castilla y León
todavía presentan registros de viajeros el 60% inferiores a los de
antes de la crisis, con casos como los de Salamanca y León, inferiores
en más del 70%, según revela El Norte de Castilla.
La marcha de la economía se ha recuperado, pero no así
las subvenciones con las que la Junta, los ayuntamientos y las
diputaciones agasajaban a las aerolíneas nacionales y extranjeras por
despegar y aterrizar en la comunidad autónoma. El resultado es una
actividad aérea bajo mínimos, imposibilidad de volar a lugares que no
sean un par de capitales españolas e ingentes pérdidas que se soslayan
gracias a la buena marcha de las cuentas globales de la empresa gestora
(propiedad del Estado en el 51%).
De toda la red que administra Aena, integrada por 46 aeropuertos y
dos helipuertos, 44 vieron incrementada la cifra de pasajeros en 2017,
algunos de ellos más del 100%, como es el caso de Vitoria, o del 50%,
como el de Badajoz. Los únicos cuatro que arrojaron balance negativo
fueron Salamanca (-3,2%), Valladolid (-2%) y Melilla (-1,7%), además de
la pista de Son Bonet, que acogió a poco más de mil personas, el 63%
menos.
El hecho de que tanto
Burgos como León tuviesen crecimientos de viajeros superiores al 20% (el
primero del 26,7% y el segundo, del 21,6%), solo sirve para disfrazar
realidades como la de Villafría, por donde el año pasado apenas viajaron
16 personas al día (5.933 en los doce meses).
O la de Virgen del
Camino, un aeropuerto por donde en 2017 se movieron 176 kilos de
mercancías y cuyos siete mostradores de facturación y tres puertas de
embarque estuvieron cerrados la tercera parte de los días. De los
161.000 pasajeros de 2007, el aeropuerto leonés ha caído a los poco más
de 44.000 actuales, mientras que las operaciones presentan una evolución
similar, de 7.333 a 2.236, mayoría de ellas relacionadas con el
movimiento de aviones militares, del Estado o de trabajos aéreos.
Valladolid, Salamanca y Melilla son los únicos aeródromos españoles que perdieron viajeros en 2017
Triste es también el caso
de Villanubla, desde donde los vallisoletanos, en los viejos tiempos
podían plantarse en Londres, Bruselas, París o Milán de forma regular.
Ahora apenas pueden volar a Barcelona (Ryanair con cinco conexiones
semanales y Vueling con tres) y, por el momento, a Sevilla (también con
la aerolínea irlandesa, que tiene dos frecuencias semanales los
miércoles y domingos).
Desde León solo se puede ir a la Ciudad Condal
algunos días de la semana, mientras que Burgos y Salamanca no cuentan
con ningún vuelo regular y su principal actividad tiene que ver con
escuelas de formación aérea y las operaciones de servicio público.
Ocasionales vuelos del Imserso y del Club de los 60, chárters y algunas
rutas puntuales a los archipiélagos en temporada estival completan las
operaciones de los aeródromos castellanos y leoneses.
Hace tres años, el
Tribunal de Cuentas de la Unión Europea puso a Burgos como ejemplo
continental de los problemas que se derivan de la construcción de un
aeropuerto pequeño en el ámbito regional. Receptor de fondos europeos,
con pérdidas multimillonarias acumuladas, un reducidísimo número de
pasajeros y varios aerodrómos a menos de dos horas de distancia por
carretera o tren.
Según el informe de la UE dedicado a analizar la sostenibilidad y
viabilidad de las infraestructuras aéreas, los aeropuertos que no
alcanzan la cifra de 100.000 viajeros al año sufren unas pérdidas medias
de 130 euros por pasajero y mantenerlos abiertos solo se justifica ante
alguna necesidad particular, relacionada por ejemplo con el aislamiento
o la insularidad.
De los 539 aeropuertos de
la Unión Europea con actividad comercial en 2015 recogidos por
Eurostat, el burgalés de Villafría ocupa el décimo séptimo puesto por la
cola en número de viajeros; con Salamanca en el 483, León en el 454 y
Valladolid en el 316. Desde 2014 Aena ya no publica las cuentas
financieras pormenorizadas por aeropuertos. El último año que difundió
los datos, el coste por cada viajero que utilizó las pistas de Castilla y
León fue de 84 euros. El de Villafría fue de 230 euros.
Por otro lado, el año
pasado solo vieron pasar mercancías por sus instalaciones los
aeropuertos de Valladolid y León. En el primero de ellos se movieron
25,5 toneladas de carga, lo que representa un descenso del 14,5% con
respecto a 2016, mientras que el aeródromo leonés gestionó 176 kilos de
mercancías, que puede parece poco pero es mucho si se compara con los
cero kilos del año anterior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario