"Dios creó el desierto para que el hombre pudiera sonreír al ver las palmeras". Como refleja Paulo Coelho, Bankia empieza ya a ver el oasis en el horizonte después de una travesía que se le ha hecho más larga de lo previsto.
esta frase de
La entidad nacionalizada usó por primera vez esta metáfora hace dos años. Su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, auguró dos años de travesía por el desierto para todo el sector. Pasados estos dos ejercicios, el panorama es mejor, aunque no para tirar cohetes.
Bankia está en un momento clave en el que el bajo nivel del euribor
está desertificando las cuentas de la banca española. Sobre todo las
suyas, muy dependientes de las hipotecas 'regaladas' en los años del
boom inmobiliario y los bonos con los que Sareb le pagó por sus activos
tóxicos, que han llegado ya al 0%.
La esperanza, o el
oasis, está en que empieza a haber un cierto consenso de que el euribor
ha tocado suelo y debería comenzar a repuntar a partir de los próximos
meses. En Bankia incluso esperan que esta tasa pueda dejar el terreno
negativo a finales de año.
Nuevo plan
En este entorno, Bankia se
enfrenta a tres grandes retos en 2017: anunciar su nuevo plan
estratégico, del que ayer lunes dio alguna pista; continuar con su
privatización, tras la venta del 7% en diciembre; e integrar BMN con agilidad y acuerdo con los sindicatos, algo de lo que está lejos a día de hoy.
El
nuevo plan se conocerá a finales de febrero. Lo presentará
Goirigolzarri, que por primera vez no estuvo ayer en la presentación
anual de resultados. El banco explicó que es para repartir roles. En
cualquier caso al presidente le vendrá bien comparecer ante los medios
cuando ha pasado algo más de tiempo de la declaración de Rodrigo Rato en el Congreso.
El número dos de Bankia, José Sevilla,
explicó cuáles serán los pilares del banco en los próximos tres años:
dividendo, lograr una rentabilidad del 10% en 2020 y ser privada.
Esto
último no depende del banco sino del Gobierno. Aunque hay consenso de
que hay que vender paquetes más grandes de aquí en adelante, del 10-20%,
y aprovechar las ventanas de oportunidad que surjan. El desierto va
quedando poco a poco atrás.
(*) Periodista financiero
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