Siempre me ha resultado muy descriptiva la metáfora del
dedo roto. Toca el hombro y siente dolor, toca la pierna e igual, cuanto
toca le duele porque es el dedo el origen. Gran parte de nuestras
incertidumbres proceden del dedo roto de la información que ha tronchado
a esa parte de la sociedad que suele dejarse llevar sin dar ni media
vuelta a lo que le insuflan.
En el mundo cambiante de hoy -vigilados, espiados, controlados casi imperceptiblemente- adquiere proporciones inquietantes. La buena noticia es que los dedos fracturados curan, la desinformación puede revertirse con información y la idiocia social, con compromiso por el bien común.
En el mundo cambiante de hoy -vigilados, espiados, controlados casi imperceptiblemente- adquiere proporciones inquietantes. La buena noticia es que los dedos fracturados curan, la desinformación puede revertirse con información y la idiocia social, con compromiso por el bien común.
Estos días están trazando el círculo rotundo que lo muestra. Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros cobraron durante 8 meses en sueldos
de miembros del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán, una
organización considerada terrorista por EEUU hasta que se produjo un
cierto cambio en las percepciones de la Casa Blanca, informa El País.
Vox se fundó en 2013 ya con un millón de euros del CNRI,
según la información que desde hace meses sigue este periódico. Le
fueron ingresados el 17 de diciembre de ese año, el día que se inscribió
en el registro de partidos políticos del Ministerio del Interior. Son
informaciones documentadas y contrastadas.
Y, sin embargo, los programas
río de la mañana, tan atentos a la última hora para comentarla,
centraban su interés en críticas al Gobierno, como Carlos Alsina (Onda
Cero) o a Torra, Carlos Herrera (COPE).
En papel, El Mundo seguía con su aquelarre contra Podemos y sus nunca
probadas –por la justicia, incluido el Tribunal Supremo- financiaciones
de Venezuela y Bolivia. Están en campaña, la que les funciona con una
audiencia acrítica hasta el atontamiento. Si germina el "todos lo
hacen", aunque sea falso, en las conciencias laxas ya les sirve.
Las tertulias espumaban hiel con Venezuela, otra vez Venezuela, per se
y obviando de nuevo la situación en Chile y el informe demoledor de la
Misión canadiense de los DDHH en Chile. Tras 100 días de conflicto, "Ninguna recomendación de la ONU ha sido cumplida".
Con un sobrecogedor balance de víctimas: 2.000 heridos de bala y 158
querellas por violencia sexual. De Arabia Saudí u otros países "amigos"
del poder ya ni hablamos. La UE no les sanciona y prohíbe la entrada ni
siquiera cuando descuartizan a periodistas críticos.
Pues
así es todo. Si son capaces de manipular temas tan evidentes y
significativos, que no harán, hacen, con los asuntos aparentemente
menores de cada día. Lo peor es que son los que terminan afectando a la
salud, la educación, la prosperidad, la vida de las personas.
Millones
de ciudadanos, a tenor de las audiencias de la radio y la televisión
sobre todo, se tragan la desinformación que les sirven. Sin hacerse una
mínima reflexión.
Si lo quieren creer ya nada más les importa. Cuando La
Razón de Francisco Marhuenda, el sempiterno tertuliano, abre portada
diciendo "La número dos de Maduro será la interlocutora de Iglesias en
la ONU" ¿no les resulta siquiera extraño que se encargue la Agenda 2030 a
dos políticos sean cuales sean?
La realidad es que la Agenda 2030 fue aprobada por todos los países, salvo el Vaticano, que forman parte de la ONU, por 193. Trabaja por 17 objetivos y 169 metas que se distribuyen entre todos los participantes.
La realidad es que la Agenda 2030 fue aprobada por todos los países, salvo el Vaticano, que forman parte de la ONU, por 193. Trabaja por 17 objetivos y 169 metas que se distribuyen entre todos los participantes.
Según el último barómetro del CIS casi la mitad de la población, el 44%, no tiene siquiera una cuenta en redes sociales.
Imaginen de dónde se informan, en el caso de hacerlo. Es de suponer que
por medios convencionales, partiendo de una curiosidad mínima o nula
por los avances de la tecnología de la comunicación.
Y
sin embargo hay quienes van por la vida sin herirse con el dedo roto de
la información. El 75 aniversario de la liberación de Auschwitz nos ha
vuelto a situar ante el espejo de hoy. El símbolo trágico de los campos
de concentración fue levantado por el nazismo, variante del fascismo, de
la ultraderecha extrema, que torturó y mató a millones de víctimas.
Ya
no se recuerda que lo liberó el ejército soviético, aliado entonces de
las potencias occidentales que luchaban contra el genocidio lanzado por
Hitler desde Alemania. La historia da todas las vueltas que se quiere,
pero es como es.
Y no debe olvidar quién inicia las guerras, la mundial y
la de España, puestos a mirar. Es realmente soez que se equipare a la
izquierda de hoy con la ultraderecha de hoy y de siempre. Más aún, que
la musa política de la lengua suelta, Isabel Díaz Ayuso, anuncie males
infinitos a través del gobierno progresista, cuando es presidenta de
Madrid gracias a Vox.
En la Italia que lanzó el
fascismo que pugna por volver a dirigir el país, ha habido una reacción
que abre la esperanza. La región de Emilia-Romaña ha parado los pies a
Matteo Salvini por 8 puntos.
Lo ha hecho la gestión eficaz del gobierno regional de izquierda y el movimiento de Las Sardinas, combatientes del fascismo que llenó las plazas cantando el Bella Ciao, tradicional canto de combate en Italia desde la Segunda Guerra mundial. No la canción de una serie estupenda como piensan los afectados por el dedo roto de la información.
Lo ha hecho la gestión eficaz del gobierno regional de izquierda y el movimiento de Las Sardinas, combatientes del fascismo que llenó las plazas cantando el Bella Ciao, tradicional canto de combate en Italia desde la Segunda Guerra mundial. No la canción de una serie estupenda como piensan los afectados por el dedo roto de la información.
Salvini apostó por ese triunfo para propulsarse al gobierno
de Roma. Fue de puerta en puerta pidiendo el voto, malmetiendo contra
los emigrantes y cuanto combate la extrema derecha. Pero tuvo más peso
la realidad y el antifascismo. Fue en Emila-Romaña donde nació
Mussolini, donde Bertolucci rodó la película Novecento, como cuenta Enric Juliana en esta excelente columna. Allí saben de qué les hablan y qué se juegan.
En
España también, tanto o más, porque a la guerra le siguieron cuarenta
años de dictadura con propina e impunidad. Es casi una proeza tener un
gobierno progresista que resiste a los feroces ataques de otra derecha
extrema apoyada por sucias estrategias mediáticas. Lo tenemos, una
mayoría suficiente lo apoyó. A veces parece que lo olvidamos.
Son
batallas ganadas, a mantener. Como en Italia, como en otros lugares, la
guerra se libra cada día. Cada persona decide cuando le duele un
hombro, una pierna, el contenido de un bulo que le encabrita, los
agravios que no analiza, y no repara en el dedo roto de la información
que los señala. A veces la solución es tan sencilla como evitar darse
golpes contra la desinformación.
(*) Periodista
(*) Periodista