El
FROB siempre ha apostado por la salida a Bolsa como solución idónea
para sacar al Estado del accionariado de BMN, porque su venta
directa a otra entidad acabaría seguramente con el banco en manos
de algún inversor extranjero o propiciando una fusión con otro
pequeño del mapa español, lo que podría acarrear acusaciones de
favorecer a alguna entidad concreta o de no mirar por los
intereses nacionales.
La salida a Bolsa era la solución
“más neutral”, según fuentes cercanas al Ministerio de Economía, pero
si la operación se hace a un precio que no logre para el FROB una
cantidad cercana al total de las ayudas recibidas por el banco
también sería motivo de críticas. Esto está cantado en las
actuales circunstancias, ya que BMN tendría que salir al parqué a
un precio no inferior a los 1,57 euros por título para que el Estado
recuperara los 1.645 millones de euros que ha puesto en el
saneamiento directo de la entidad mediante la conversión de
preferentes y una ampliación de capital.
La cosa se
complica, además, porque en las primeras hipótesis serias de
salida a Bolsa se preveía una colocación en dos tramos, uno
mediante una Oferta Pública de Venta (OPV), cuyo importe iría a manos
del FROB, y otro a través de una Oferta Pública de Suscripción (OPS), en
la que el dinero obtenido iría a reforzar el capital de la
entidad. Esto, según las fuentes consultadas por
https://www.capitalmadrid.com,
elevaría el precio necesario para recuperar las ayudas a una
horquilla de entre 1,85 y 1,90 euros por título, dependiendo de
cuánto dinero quiera destinarse al fortalecimiento del capital,
que como mínimo sería de unos 300 millones de euros, con los que se
culminaría el proceso de “reestructuración, saneamiento y
recapitalización” del que habla insistentemente el
presidente de la entidad,
Carlos Egea.
Estos niveles de
precios de salida supondría estrenarse en Bolsa con una
cotización muy próxima a 0,9 veces su valor en libros (actualmente
tiene un patrimonio neto de 2.270 millones de euros), cifra que se
sitúa en la banda superior de las cotizaciones del sector y muy
lejos del único banco comparable cotizado,
Liberbank, que cotiza en
valores de entre 0,55 y 0,65 veces su valor en libros durante los
últimos meses. El retraso está más que cantado.
Con
estas cifras en la mano, la opción de la venta directa a otra
entidad cobra fuerza entre quienes deben tomar la decisión final (el
Ministerio de Economía y el Banco de España, a través del FROB). Una
operación pactada con otro banco tendría ventajas adicionales
para ambas partes y para el propio FROB, propietario ahora del 75,9%
de BMN. Por el lado contrario comprometería la independencia de
la entidad, que es la bandera que esgrime
Carlos Egea cuando
defiende la salida a Bolsa como solución.
Un proceso de
absorción o fusión por parte de otro banco facilitaría
enormemente el proceso de privatización, ya que el refuerzo de
capital ya no sería una necesidad individual de BMN, sino parte de
la estrategia de una entidad de mayor tamaño, que a su vez
contaría con ventajas financieras para llevarla a cabo. Una de
ellas es el denominado
bad will, que generaría un colchón para
fortalecer la estructura financiera del banco fusionado.
Para
que el FROB pudiera recuperar todo el dinero puesto en BMN, el
precio de venta debería ser de 2.165 millones de euros, cifra
inferior al valor en libros del banco (2.270 millones a 30 de junio y
que será algo mayor a 31 de diciembre cuando se sumen los
beneficios del año), que daría como consecuencia un bad
will de
entre 100 y 200 millones de euros en el momento de cerrar la
operación. Esta cantidad puede ser llevada a provisiones, lo que
fortalecería el balance de la entidad resultante.
El precio
obtenido con la venta directa seria, según las fuentes
consultadas, superior al que se obtendría en Bolsa, porque el
comprador podría valorar el negocio que adquiere. Además, en las
salidas a Bolsa, los inversores institucionales que aseguran la
operación aplican generalmente un descuento sobre las
expectativas de cotización para generar plusvalías latentes.
En
el caso concreto de BMN, la red comercial a 30 de junio estaba
formada por 74 oficinas, de las que el 70% están en Granada,
Murcia e
Islas Baleares, que es donde tenían sus focos de actividad
principal Caja Granada,
Caja Murcia y Sa Nostra, de cuya fusión nació
el banco. Para las grandes entidades financieras (Santander, BBVA,
CaixaBank o
Bankia) esta red no tiene un grado de utilidad suficiente
para rentabilizar una compra de BMN, pero para algún banco más
pequeño que quiera convertirse en mediano sí tiene interés.
De
entre todos ellos, la operación que más ventajas tendría sería la
fusión con
Liberbank (nacido de la unión de Cajastur, Caja Castilla-La
Mancha, Caja Cantabria y Caja Extremadura) cuya red (1.300 oficinas)
se concentra fundamentalmente en Asturias, Cantabria, Extremadura y
Castilla-La Mancha. La suma de las oficinas de BMN le daría un tamaño
ya más respetable y extendería su área geográfica de negocio de
manera notable. Además, BMN aporta un balance con un 10,6% de
capital de máxima solvencia.
Esta fusión, de la que han
surgido ya rumores en los últimos dos meses, daría lugar a un banco
con un volumen de activos cercano a os 90.000 millones de euros, lo
que le situaría en séptimo lugar en el ranking de la banca
española, justo por debajo del Popular y por encima de
Unicaja.
Además,
al ser
Liberbank un banco cotizado, la fusión con BMN sacaría a
Bolsa indirectamente a este último. La propia Comisión Europea, sin
dar nombres, se ha mostrado partidaria en alguna ocasión de una
operación de fusión controlada en lugar de una salida a Bolsa que
siempre comporta más riesgo en el precio y en la capacidad de
recuperación de las ayudas.
La fusión lograría otra
ventaja colateral consistente en dar liquidez a los inversores
institucionales que en su día compraron una emisión de bonos
convertibles de BMN y que en la actualidad controlan el 20% del
capital de la entidad. Muchos de ellos están a la espera de una
salida a Bolsa para poder hacer líquida su inversión y eso también
se lograría con la fusión con
Liberbank, porque sus acciones de BMN
serían canjeadas por otras del banco resultante.