miércoles, 11 de septiembre de 2019

Las agendas de Eduardo Zaplana que algunos 'temen'

VALENCIA.- Tras la explosión de la primera y segunda parte del caso Erial -donde la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil coloca a Eduado Zaplana como director de una trama de blanqueo y cobro de sobornos a cambio de adjudicaciones públicas para beneficiar a la familia Cotino-, todavía hay una parte del sumario que permanece secreta e inquieta a los políticos que en algún momento formaron parte del universo del ex ministro de Aznar, recoge El Mundo. 

Entre la documentación que se examina hay un contenido que destaca sobre el resto: las agendas personales del ex presidente de la Generalitat Valenciana, unas libretas en la que desde el año 1995 apuntaba con todo detalle encuentros, reuniones y decisiones. Por intrascendentes que fueran.
Zaplana, caracterizado por ser un hombre metódico, hace gala de ello en las páginas de los dossiers que están analizando los investigadores.
Las agendas, según ha podido saber este periódico, son muy extensas e incluyen nombres de muchos políticos o ex políticos que en algún momento tuvieron peso tanto a nivel estatal como autonómico. Que en ellas se reflejen encuentros oficiales derivados de su categoría como político o no todavía se desconoce.
Los investigadores ultiman el rastreo de estos datos para confeccionar el correspondiente informe y ponerlo sobre la mesa de la magistrada que investiga el asunto.
No obstante, el hecho de que haya plasmados nombres y distintas reuniones no implica que esas personas estén relacionadas con los negocios turbios que se le atribuyen a Zaplana en el marco de las diligencias que se investigan en el Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia aunque quizá puedan ser fuentes de información para otros asuntos.
Lo que sí se desprende de las anotaciones que todavía permanecen bajo secreto de sumario es la intensa red de relaciones que tejió desde que accedió a la presidencia de la Generalitat Valenciana y el detalle con el que las recoge.
También evidencia su capacidad para relacionarse con personas de distintos ámbitos, en principio, antagónicos entre sí. El levantamiento del secreto de esta pieza mantiene en cierto nivel de alerta a quienes contactaron con él en algún momento porque Zaplana lo apuntaba todo con una precisión absoluta. De hecho, son varias las agendas que los agentes de la Uco están analizando, dado lo abultado del contenido.
Una vez que la juez Isabel Rodríguez haga pública esta parte, la última que queda bajo secreto, todo el sumario del caso Erial será público si bien es cierto que las pesquisas más comprometidas para el ex ministro de Aznar trascendieron hace meses.
Las conclusiones de la Uco son devastadoras. Los agentes sostienen que recibió 10,5 millones en sobornos de la familia Cotino a cambio de darle 85 millones en adjudicaciones; que viajó a Uruguay para constituir dos empresas opacas para guardar el dinero; que ya había empezado a repatriar la suma que presuntamente le inyectaron los Cotino, que logró lavar 2,9 millones y que estaba íntimamente relacionado con el testaferro del ex presidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González.
Además, es clave en este proceso la declaración de quien es considerado su testaferro: el abogado uruguayo Fernando Belhot. Es el principal testimonio de cargo contra él.
Ante la magistrada y el fiscal Anticorrupción Pablo Ponce, confesó que le habría ayudado a evadir dinero a cuentas en el extranjero. Belhot -el hombre que gestionaba en el extranjero los sobornos que, según la Guardia Civil, Zaplana obtuvo de los Cotino- decidió hablar a cambio de inmnidad tras cerrar un pacto con Anticorrupción. Cuando decidió colaborar, estaba totalmente sitiado por la operación Erial.
Los meses anteriores a su acuerdo con el fiscal Pablo Ponce -que se desplazó hasta Uruguay para entrevistarse con él- habían sido muy intensos judicialmente hablando. Con Zaplana en prisión, Belhot figuraba como imputado y eran constantes los requerimientos para que se presentara a prestar declaración. 
Incluso se cursó una orden de detención internacional.
Finalmente, Belhot decidió dejar caer al ex ministro y cerrar un acuerdo. Automáticamente pasó de ser imputado a ser testigo. Su testimonio dejó al ex presidente de la Generalitat en una situación muy comprometida en la causa que se sigue en su contra. Belhot admitió en su declaración por videoconferencia que Zaplana era el verdadero titular de las sociedades en las que «escondían» los fondos opacos. Belhot dio incluso una cifra del dinero que gestionó: 7,9 millones de euros.
Según dijo al fiscal, el 90% del dinero que le envió el ex ministro lo recibió en Madrid su secretaria, que también está investigada en la causa, a quien se lo entregaba «algún contacto con el exterior, o incluso algún amigo o chófer». 
En siete años de «colaboración», Belhot calculó que le hizo llegar 2,3 millones de euros, principalmente entre 2016 y 2017. Una llamada de Zaplana, remató, le aclaró que «todo había sido conforme».

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