MADRID.- El Consejo General de Economistas (CGE) ha instado este
lunes a reducir los pagos fraccionados del impuesto de sociedades, ya
que las empresas adelantan cada año unos 2.000 millones de euros más de
lo que finalmente tienen que pagar a Hacienda.
En un
encuentro con medios para presentar el estudio "Declaración de
sociedades 2018", el secretario técnico del Registro de Economistas
Asesores Fiscales del CGE, Luis del Amo, ha apuntado que "habría que
corregir" esta situación, que se traduce en campañas deficitarias del
impuesto de sociedades.
En 2016 se modificó la normativa del impuesto de
sociedades para obligar a las grandes empresas a adelantar parte de su
cuota a lo largo del año, en tres pagos fraccionados en abril, octubre y
diciembre, que después se liquida una vez que presentan la declaración
anual del impuesto.
El Consejo General de Economistas
argumenta que la liquidación se traduce en la devolución a las empresas
de unos 2.000 millones que han adelantado de más, pero que como la
situación se repite cada año y tienen que volver a adelantarlo al final
para las compañías el impuesto "no es la cuota líquida sino lo que pagan
vía pagos fraccionados".
Buena parte de las empresas
españolas -aquellas cuyo ejercicio fiscal coincide con el año natural-
afrontan desde hoy y hasta el 25 de julio la liquidación del impuesto de
sociedades de 2018, un año en el que la Agencia Tributaria recaudó
24.838 millones de euros por este concepto.
Esta
cifra está lejos de los 44.823 millones que se ingresaron en 2007, un
récord que los economistas creen que no se volverá a alcanzar porque no
constituye una "referencia", sino una anomalía que se aparta de la
horquilla "normal" de entre 20.000 y 25.000 millones.
Del Amo admite que la recaudación del impuesto de sociedades con
respecto al PIB (2,25 %) está por debajo de la media de la OCDE (2,87
%), aunque destaca que supera la ratio de Alemania (1,96 %) o Francia
(2,04 %).
En ese sentido, el presidente del CGE,
Valentín Pich, insta a "desmitificar las leyendas urbanas que hay sobre
este impuesto", como el hecho de que "tributan poco", es decir, que su
tipo efectivo está muy por debajo del nominal, que es del 25 % para
todas las empresas salvo para banca y petroleras, que es del 30 %.
Del Amo considera que el tipo efectivo sobre el beneficio (5,99 % en
2016 para los grupos consolidados) es tan bajo por la forma en que se
cuantifica.
Así, si en lugar de tomarse el resultado
contable positivo -que solo tiene en cuenta las empresas del grupo con
beneficio- se adoptara el resultado contable -es decir, que se
compensaran las ganancias y pérdidas de las diferentes sociedades del
grupo- el tipo efectivo sería del 11,06 %, según sus cálculos.
A esto añade el impacto de las exenciones por doble imposición -cuando
una empresa ha pagado impuesto de sociedades en otro país no tiene que
volver a pagar en España por ese mismo concepto-, que suponen una merma
de recaudación de 17.141 millones pero que "tiene que ser así".
Otro elemento que, a su juicio, desvirtúa la relación entre la
tributación y los ingresos es la compensación por bases imponibles
negativas, por las que las empresas pueden enjugar las pérdidas de años
anteriores y que restan 4.272 millones de recaudación.
La campaña del impuesto de sociedades de este año tiene pocas
novedades, entre las que figuran la posibilidad de destinar el 0,7 % de
la cuota íntegra a fines sociales o que ya no pueda deducirse el
impuesto de actos jurídicos documentados.
El Consejo
ha elaborado una guía de recomendaciones para la elaboración de la
declaración, que incluye la necesidad de presentar la liquidación para
empresas inactivas que aún no se hayan dado de baja o las parcialmente
exentas, como colegios profesionales o asociaciones de vecinos.
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