El bloqueo de las negociaciones en la UE es similar al de España pero
allí Pedro Sánchez pretende una política de pactos que no acepta en
España.
En Bruselas, donde Sánchez ahora reside, son los Conservadores,
Liberales y Socialistas los que están llamados a un pacto tripartito
para el reparto de las instituciones europeas empezando por el Gobierno,
es decir la Comisión.
En España el tripartito lo integrarían los socialistas (PSOE), los
liberales (Cs) y los Conservadores (PP). Tanto allí como aquí las tres
fuerzas mayoritarias pretenden excluir a los populismos de extrema
derecha e izquierda. Y en Europa, Sánchez pretende incluso que los
Conservadores, que ganaron las elecciones, dejen gobernar a los
Socialistas de Timmermans con apoyo de los liberales de Macron.
En Bruselas se corre el riesgo de que si no se logra un pacto
tripartito entre los primeros gobernantes del Consejo Europeo, que
representan a las tres primeras fuerzas políticas, entonces las
decisiones tendrán que tomarlas en el Parlamento los eurodiputados en
votaciones a ‘cara de perro’ en las que los partidos populistas de
izquierda y derecha serán decisivos.
En el caso español existen más motivos para un pacto a tres porque
está en juego la crisis catalana y la unidad del país y porque PP, PSOE y
Cs son las tres fuerzas constitucionales fuera de toda duda. Aunque en
últimos meses sombras de sospecha sobrevolaron a Sánchez por la moción
de censura y sus concesiones al soberanismo catalán y vasco, motivos por
los que PP y Cs no quieren pactar con él.
Y por supuesto Sánchez nunca ofrecería la Presidencia del Gobierno al
PP de Casado si lo apoya Rivera, como él quiere que ocurra con
Timmermans en Bruselas que representa a los socialdemócratas europeos,
el segundo partido en los comicios del Parlamento de la UE, el primero
fue el PPE.
La enseñanza que Sánchez podría sacar de Bruselas es la de convocar
en Madrid una reunión a tres en la Moncloa de los líderes de PSOE, PP y
Cs, para ver cómo se puede solventar el bloqueo español. Pero eso
debería de ir precedido de un Gobierno de Navarra Suma en la Comunidad
foral navarra, y de un firme compromiso constitucional contra el
soberanismo catalán.
Pero eso no es fácil que lo haga Sánchez porque insiste en jugar con
las dos barajas dejando abierta la puerta de Podemos. Además en España
tenemos que añadir cuestiones políticas de animadversión personal,
porque el PP no puede olvidar la moción de censura de Sánchez contra
Rajoy, y Rivera sabe que la reciente crisis de Cs ha sido orquestada
desde La Moncloa.
(*) Periodista
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