jueves, 18 de abril de 2019

¿Qué fue del “Magic Bus”? / Guillermo Herrera *

Me enteré de la existencia del “Magic Bus” o Autobús Mágico en los años setenta, a través de la revista “Ajo Blanco”, que hacía la ruta por tierra a Katmandú desde Londres y Amsterdam, y estuve a punto de sacarme un pasaje por cien dólares. Desde entonces he soñado muchas veces con ese viaje terrestre, a pesar de que he viajado tres veces a India por avión.

El Autobús Mágico atravesaba países que eran muy interesantes: Turquía, Líbano, Irán, Irak, Afganistán, Pakistán y parte de la India. Otros viajaban en una furgoneta típica de la época, la “Volkswagen Kombi” de 1967, decorada al estilo hippy. El viaje duraba tres semanas y recorría un número infinito de kilómetros, y de pinchazos. Hoy en día hay muchos autobuses turísticos que tienen el nombre de “Magic Bus” pero no es lo mismo.

RUTA
Estambul era el centro de partida hacia Asia, y era el lugar de contacto entre jóvenes de diversos países. En Irán todas las chicas tenían que ponerse el velo ‘chador’ para no ofender a las costumbres islámicas del país. En Afganistán tenían la mejor marihuana del mundo y los jóvenes fumadores aprovechaban la oportunidad. A mi nunca me ha gustado fumar ni tabaco. Al entrar en la India, comían gratis en el Templo Dorado de Amritsar, que era la meca de los guerreros ‘Sijs’.

Katmandú, además de libertad, hachís y carretera, evoca montañas. Demasiadas cosas para Katmandú, sobre todo para una Katmandú que ya murió. Porque hoy en día el barrio ‘Thamel” es como una galería comercial para occidentales saturados de Asia, de ‘trekkings’ y de montañas, y en vez de a hachís huele a hamburguesas y patatas fritas.

Hoy en día la carretera hasta Katmandú está cortada en Afganistán, donde parece que se hayan concentrado todas las desgracias del planeta, por no hablar de Pakistán, Siria o Irak, y la capital nepalí es tan grande que hasta las montañas parecen muy lejanas. Ni se ven, ocultas entre colinas llenas de favelas, tráfico, humo y polvo en suspensión.

BUSCADORES
Según el famoso escritor carioca Paulo Coelho, los jóvenes viajeros olvidaban su vida durante un tiempo escuchando siempre lo mismo: “hijo mío, tienes que ir a la universidad, cortarte el pelo, no avergüences a tus padres porque los demás van a decir que te hemos dado una pésima educación, lo que tú escuchas no es música, ya es hora de que te busques un trabajo, o sigue el ejemplo de tu hermano (o hermana), que es más joven que tú, y ya tiene dinero suficiente para sus caprichos, y no necesita pedirnos nada a nosotros.”

Lejos de la eterna cantinela de la familia, eran personas libres, y Europa un lugar seguro; estaban contentos, porque de viaje se aprende todo lo necesario para el resto de la vida, siempre que no tengan que explicárselo a sus padres: “Papá, sé que quieres que tenga un título, pero es algo que puedo conseguir en cualquier momento de la vida, lo que necesito ahora es experiencia, es vivir.” 

No había padre que entendiese esa lógica, y no quedaba más remedio que juntar algún dinero, vender alguna cosa, y salir de casa cuando estuviesen durmiendo. Yo no me atreví a tanto.

EL SENDERO HIPPY
El Sendero Hippy (también conocido como “the overland”) es el nombre dado al viaje emprendido por los miembros de la subcultura hippy y otras entre la década de 1950 y la década de 1970 desde Europa, por tierra y hacia el sur de Asia, principalmente India y Nepal. El sendero hippy era una forma de turismo alternativo, y uno de los elementos clave era viajar lo más barato posible, sobre todo para extender la longitud de tiempo fuera de casa.

En cada parada importante del sendero hippy, había hoteles, restaurantes y cafés que atendían casi exclusivamente a los occidentales fumadores de marihuana, que hacían conexiones entre sí mientras viajaban al este y al oeste. Los hippies tendían a pasar más tiempo interactuando con la población local que los turistas tradicionales.

Los viajes típicamente comenzaban desde las ciudades de Europa occidental, a menudo Londres, Ámsterdam o Atenas. Muchos ciudadanos de los Estados Unidos viajaron en aviones de “Icelandic Airlines” a Luxemburgo. La mayoría de los viajes pasaban a través de Estambul, donde las rutas se dividieron.

La habitual ruta del norte pasaba a través de Teherán, Herat, Kandahar, Kabul, Peshawar y Lahore a India. Otra ruta alternativa era desde Turquía a través de Siria, Jordania e Irak a Irán y Pakistán. Todos los viajeros tenían que cruzar la frontera entre Pakistán e India en Ganda Singh Wala (o más tarde en Wagah). Delhi, Benarés, Goa, Katmandú, o Bangkok fueron los destinos habituales en el este.

Katmandú todavía tiene un camino, Jhochhen Tole, apodado “Freak Street”, en conmemoración de los muchos miles de hippies que pasaron por allí. A veces también se llevaba a cabo el recorrido adicional al sur de la India, la playa de Kovalam en Trivandrum (Kerala) y algunos hacia Sri Lanka (entonces Ceilán) y Australia.

MÉTODOS DE VIAJE
Con el fin de mantener los costos bajos, los viajes se realizaban mediante autostop, o autobuses baratos y privados que viajaron por la ruta. También hubo trenes que viajaban una parte del camino, sobre todo en Europa del Este a través de Turquía (con una conexión de ferry a través del lago Van) y hacia Teherán o al este a Mashhad, Irán. A partir de estas ciudades, el transporte público o privado, se podría obtener para el resto del viaje.

La mayor parte de los viajeros eran europeos occidentales, norteamericanos, australianos y japoneses. Ideas y experiencias fueron intercambiadas en albergues conocidos, hoteles y otros puntos de encuentro en el camino, como el “Pudding Shop” en Estambul, ‘Sigi's’ en la calle ‘Chicken’ en Kabul, o el “Amir Kabir” de Teherán. Muchas personas utilizaron mochilas y, si bien la mayoría de viajeros eran jóvenes, personas mayores y familias de vez en cuando viajaron por la ruta. Unos cuantos condujeron toda la distancia en su propio vehículo.

DECADENCIA
El sendero hippy llegó a su fin a finales de la década de 1970, con los cambios políticos en países anteriormente hospitalarios. Irán votó en referéndum nacional para convertirse en una República Islámica el 1 de abril de 1979, y para aprobar una nueva constitución teocrática-republicana, y la invasión soviética de Afganistán cerró la ruta por tierra a viajeros occidentales. Líbano ya había caído en la guerra civil, y Chitral y Cachemira se hicieron menos atractivos debido a las tensiones en la zona.

Los organizadores de viajes ‘Sundowners’ y ‘Topdeck’ fueron pioneros en una ruta a través de Baluchistán. ‘Topdeck’ continuó sus viajes a lo largo de la guerra entre Irán e Irak, y los conflictos posteriores, pero hizo su último viaje en 1998.

Los viajes en avión se estaban volviendo más asequibles, y Goa se convirtió en el principal centro de la escena hippy, en torno a la aldea de Anjuna, donde los hippies habían estado alquilando casas durante muchos años, antes de construir hoteles para dar cabida a la afluencia masiva de turistas en la década de 1980.

VERSIONES MODERNAS
En septiembre de 2007, Ozbus se embarcó en un servicio de corta duración entre Londres y Sídney en la ruta del sendero hippie. En 2008, la “Oddisey Overland Company” comenzó una serie de expediciones entre Europa y Asia, incluyendo la antigua Ruta de la Seda al norte de Irán, a través del Tíbet a Katmandú. Con una relajación de la inmigración en Irán, la ruta se ha convertido de nuevo en algo factible, aunque el actual conflicto en Irak, Afganistán y partes de Pakistán hacen difícil la ruta.

En la década del 2000, debido al aumento de aerolíneas de bajo costo y vuelos de bajo costo desde Europa, nuevos caminos se han formado y han acompañado el camino hippy inicial. Los ejemplos incluyen senderos hacia el norte de África y otros destinos accesibles por aerolíneas de bajo costo. Además, existe la famosa Banana Pancake Trail” al sureste de Asia.

BANANA PANCAKE TRAIL”
La Banana Pancake Trail” o Ruta de la Tortita o Panqueque de Banana es el nombre que se le da a las rutas más turísticas por el Sureste Asiático, en especial a las habitualmente utilizadas por mochileros o viajeros de bajo presupuesto. Si bien no tiene un estricto recorrido geográficamente establecido, se utiliza como una metáfora del conjunto de los sitios más populares visitados por los turistas occidentales en el Sureste asiático.

La “Banana Pancake Trail” puede definirse como el circuito que vincula los enclaves urbanos para mochileros, los centros turísticos costeros y continentales, y las principales atracciones dentro del Sureste Asiático.

Las rutas de turismo mochilero por el Sureste Asiático suelen asociarse a Tony Wheeler, quien escribió “Southeast Asia on a Shoestring” (Sureste de Asia con muy poco dinero) en 1977 para luego comenzar a publicar las famosas guías de viaje “Lonely Planet”, que se volverían muy populares. Muchos viajeros suelen denominar a esa publicación en particular como “la biblia de los mochileros”. Con la creciente popularidad de “Lonely Planet”, los mochileros comenzaron a trazar rutas similares basadas en las recomendaciones de las guías de viajes.

Así se creó informalmente en la zona la llamada “Ruta del Panqueque de Banana”, en torno a los vendedores que ofrecían este alimento, que no es habitual en la cocina regional, sino que empezó a venderse para satisfacer la demanda de los turistas occidentales. En muchos albergues de mochileros de la región suelen servirse tortitas o panqueques de banana para el desayuno. El propio Wheeler admitió que no hay duda de que las guías “Lonely Planet” fueron responsables de la creación de la “Banana Pancake Trail”.


(*) Periodista


1 comentario:

Felix dijo...

Estaba leyendo sobre este tema, previamente a leer el libro de Coelho, y me ha resultado muy interesante.
Enhorabuena por el artículo.