Interesantísima entrevista al presidente Sánchez en eldiario.es.
En mitad de la batahola de improperios, insultos, barbaridades y puras
necedades de esta campaña, se agradece el tono sosegado, las
explicaciones y la amplia variedad de temas. Cierto que esto último es
más mérito del minucioso entrevistador, pero también se agradece. Lo más
cansino de los debates electorales es la reiteración y el argumento
monotemático: terrorismo, golpe de Estado, supremacismo, xenofobia,
Venezuela, Irán.
La
entrevista es muy completa y Sánchez responde ampliamente a todo lo que
se le pregunta. Hay materia para mucho análisis en la forma de explicar
la acción de gobierno, las políticas concretas, las relaciones con los
partidos de la oposición, con los de derechas y especial con Unidas
Podemos, las posibles alianzas.
Quizá haya faltado alguna pregunta sobre
cómo lleva su propio partido. Pero hay respuesta para las cuestiones
más delicadas, aparentes contradicciones en temas como pensiones,
concordato con la Santa Sede, el impuesto a la banca, las cloacas de
Interior, etc. Cada cual podrá apreciar en qué medida el presidente del
gobierno es claro en una gama amplia de asuntos de envergadura. En qué
medida es de fiar.
Digo
esto porque, sorprendentemente, los verbos "fiar" o "confiar" se han
convertido en el eje de la nueva versión de Sánchez sobre Catalunya.
Asunto de la máxima importancia; tanta que es el más extensamente
tratado, incluso por partida doble, porque el tema sale dos veces. Y no
es una obsesión, ¿eh?
La
argumentación de Sánchez es la habitual, tanto que ni se molesta en
explicarla: en Catalunya, dictamina, no hay un problema de independencia
sino de convivencia. Así, porque sí, y sin aportar prueba alguna de
algo tan falso. Carga entonces sin más miramientos contra los líderes
independentistas porque "no son de fiar". Y ¿por qué no?
Sencillamente,
porque no aceptan sus puntos de vista. ¿En qué han engañado su buena fe
hasta el punto de acusarlos a ellos de mala? En que nunca han aceptado
su versión a pesar de que esta ha cambiado varias veces y no acaba de
estar clara. No le han engañado nunca. ¿Por qué no son de fiar?
¡Ah!
Porque han engañado a los catalanes, haciéndoles ver que un imposible
como la independencia era posible. Desde luego, nada de fiar: ¡mira que
engañar a millones de catalanes que fueron a votar el 1-O en condiciones
que los Sánchez de entonces, los Rajoy, convirtieron en infernales! Les
está bien empleado por infelices. ¡Dejarse engañar por un puñado de
pillos nada de fiar! Sánchez sabe más que millones de ilusos. Qué
desprecio.
Y
¿por qué es imposible la independencia? No da una sola razón sino que
se limita a afirmar que está demostrado que es imposible. Pero prueba no
hay ninguna, salvo su voluntad de hacerla imposible. Eso es lo único
cierto y lo demás, los tribunales, la justicia, la diplomacia (¡sobre
todo, la diplomacia!), meros perifollos para ocultar una pura
persecución política.
Entre
la gente no de fiar que arriesga largas condenas de cárcel o años de
exilio por sus ideas políticas y la gente de fiar que niega la evidencia
y actúa contra la verdad por medio del poder, en favor de sus
intereses, no puede haber duda alguna. Los de no fiar son mucho más de
fiar que los de fiar, sobre todo si gobiernan.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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