Cuesta encontrar palabras que sean publicables para explicar la
enorme vergüenza que supone para un Estado de la Unión Europea imágenes
como las de Jordi Sànchez, obligado a ofrecer la rueda de prensa, que le autorizó la Junta Electoral Central desde la prisión de Soto del Real, con una inmensa bandera española y el retrato de Felipe VI.
Detrás de una minúscula mesa, en la que a duras penas cabían
sus piernas y los cuatro papeles que llevaba escritos, la bandera y la
foto no eran casuales y buscaban la humillación de quien está
injustamente privado de libertad desde hace ya 550 días y no reconoce
como propias ni la bandera ni al jefe del Estado. Algo, por otra parte,
muy fácil de entender aunque muchos se resistan a aceptar.
Hemos visto y padecido imágenes no muy diferentes a estas cuando se
han producido hechos excepcionales con rehenes y secuestradores por en
medio. Todos tenemos una que, por una u otra razón, forma parte de la
parte más oscura y dolorosa de nuestros recuerdos.
Ver así a Jordi
Sànchez ―como, seguramente, pasará nuevamente este viernes con la
conferencia de prensa de Oriol Junqueras― produce arcadas y es
absolutamente escandaloso. Pero también denunciable, ya que solo el
silencio hace más daño que la actitud de un estado que ha hecho de la
represión al independentismo una conducta permanente.
El estado español, consciente o no, ha preparado una escenografía de preso político,
aunque se resiste a darle esta condición a Jordi Sànchez igual que al
resto de independentistas injustamente encarcelados en Soto del Real y
Alcalá Meco. El intento de humillación del vencido detrás de un pupitre
es todo un bumerán para quien no entiende ni quiere entender que
Catalunya ya no se va a poder gestionar como se ha hecho en las últimas
décadas.
Costará que varios millones de catalanes olviden así como así
esta imagen y que muchos no nos sintamos enormemente cercanos a los que
hacen de su prisión un pequeño refugio de sus ansias de libertad.
(*) Periodista y ex director de La Vanguardia
No hay comentarios:
Publicar un comentario