El baile de los debates televisivos y electorales ha concluido con la
decisión de Pedro Sánchez de rectificar su postura inicial y
aparentemente firme en la que anunció que sólo participaría en un debate
el martes 23 por la noche y en TVE. “Yo estaré allí para debatir con
quien quiera venir”, dijo Sánchez.
Pues no va a ser así, porque acaba de rectificar y rendir su posición
(y la de TVE) y al final habrá dos debates: el primero el lunes 22 por
la noche en TVE, y el segundo el martes 23 por la noche en A3 TV. Y en
ambos debates, que son consecutivos, con la presencia de Sánchez,
Casado, Iglesias y Rivera, y con la ausencia llamativa del líder de Vox,
Abascal.
El que no sabemos qué hará en las noches del lunes y martes para
intentar contrarrestar su exclusión, decretada por la JEC, de los dos
debates que se acaban de confirmar.
Sánchez rectifica porque sabe que su espantada de los debates podía
dañar su campaña electoral, ante el malestar creado y el riesgo de que
no pudiera celebrarse ningún debate. Además, había forzado a TVE a
cambiar su fecha inicial del día 22 al 23, lo que provocó la enérgica
protesta del Consejo de los Servicios Informativos de TVE.
Ahora bien, celebrar dos debates electorales consecutivos entre los
mismos candidatos no tiene sentido y todavía puede que asistamos a
alguna otra treta electoral. Y además ¿qué van a decir los candidatos el
martes después del debate inicial del lunes?
Estamos ante un despropósito de la clase política propiciado por
Sánchez que no quería debates y ahora tendrá dos. Lo que en teoría debe
favorecer a la oposición que va en las encuestas por detrás del PSOE. De
igual manera que la ausencia de Vox en la doble jornada de debates
televisado dañará las expectativas del partido de Abascal.
En teoría y al ser el primer debate la cita en TVE 1 tendrá ventaja y
puede que más espectadores que los debates de A 3 TV, porque puede que
la expectación creada en torno al debate haya quedado superada el lunes.
Aunque todo va a depender de como discurra el primer debate y si en él
se vivieron momentos de tensión o situaciones que quedaron sin
respuesta.
Hasta ahora la campaña electoral ha discurrido en base a monólogos y
con las solas novedades de las meteduras de pata del PP sobre el aborto,
las pensiones, el salario mínimo y el delito de violación.
Y luego están los que son grandes silencios de Sánchez sobre los
indultos, un nuevo estatuto vasco, la España ‘nación de naciones’ y el
derecho de autodeterminación. Y por supuesto en el debate saldrán los
pactos de investidura y de Gobierno y la posible presencia de Pablo
Iglesias en un nuevo gobierno del PSOE. Como estarán, frente a Casado,
los escándalos de corrupción y las ‘cloacas’ policiales en los pasados
gobiernos del PP.
En cuanto a Podemos su punto débil está en la crisis interna del
partido morado, en el chalé de Iglesias y en el por qué Iglesias no
presentó ante un juez en 2016 el ‘pendrive’ que le dio Antonio Asensio
en ese año y acabó en manos del comisario Villarejo tras ser fabricado
por las cloacas policiales del anterior gobierno del PP.
El flanco débil de Rivera es su negativa a pactar con el PSOE y
también su disposición a pactar con Vox y con el PP, como se vio en
Andalucía. Y la pregunta que le van a lanzar a Rivera sus contrincantes
es la de ¿para qué sirve votar a Cs si luego acaba a las órdenes del PP y
en compañía de Vox? A estas y otras cuestiones Rivera tendrá dos días
para responder.
A igual que Sánchez, Casado e Iglesias en esas dos intensas jornadas
de debates de los días 22 y 23 en las que todos esperan conquistar los
votos de los aún indecisos y animar a los abstencionistas a participar
en la cita del 28-A. Y si pereza puede dar dos debates electorales
seguidos pues igual va a pasar con las elecciones del 26 de mayo porque
los ciudadanos estarán hartos de tanto trajín electoral.
(*) Periodista
https://www.republica.com/el-manantial/2019/04/19/sanchez-se-rinde-dos-debates/
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