MADRID.- La Región de Murcia presentó en 2017
la degunda tasa estandarizada de mortalidad por enfermedad
cardiovascular más alta por comunidades, la tercera por autonomías, con 273,1 fallecimientos por cada 100.000 habitantes, solo inferior a las de Ceuta (342,4) y Andalucía (309,9), superior a la media nacional (238,6).
A
nivel nacional, los fallecimientos por insuficiencia cardíaca
aumentaron en 2017 y no consigue reducir su mortalidad, según ha
indicado la Sociedad Española de Cardiología (SEC) con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En
concreto, en 2017 se registraron 19.165 fallecimientos por
insuficiencia cardiaca, un incremento respecto al 2016, cuando se
produjeron 17.931 defunciones. Además, la cifra de 2017 fue la más alta
desde el año 2008, cuando se produjeron 20.241 muertes por esta causa.
Hay
«varios factores por los que no se consigue una reducción en la tasa de
mortalidad por insuficiencia cardiaca, mientras que, en los últimos
años, sí se ha conseguido disminuir el número de fallecimientos por
enfermedades cerebrovasculares o infarto agudo de miocardio», explicó el
presidente de la SEC, el doctor Manuel Anguita.
El experto
destacó la existencia de comorbilidades asociadas, entre las que
destacan la edad, la insuficiencia renal y las enfermedades pulmonares.
«Influyen mucho en el aumento de la mortalidad por insuficiencia
cardíaca», indicó el doctor Anguita.
Además, también influye la
falta de tratamientos que mejoren el pronóstico de la insuficiencia
cardíaca con fracción de eyección conservada. Existen dos tipos de
insuficiencia cardiaca: con fracción de eyección deprimida y con
fracción de eyección conservada.
«Si bien existen opciones
terapéuticas que mejoran el pronóstico de los pacientes con
insuficiencia cardiaca con fracción de eyección deprimida; no ocurre lo
mismo en el caso de la insuficiencia cardiaca con fracción de eyección
conservada», puntualizó el doctor Anguita.
«Para ésta no existe un
tratamiento adecuado que mejore el pronóstico y consiga reducir la
mortalidad».
A esto hay que unir que precisamente es este tipo de
insuficiencia cardiaca la que cada vez representa una mayor proporción
de casos«, agregó el experto.
Por otra parte, también están
relacionados diversos factores organizativos del sistema sanitario,
según la SEC. Aunque existen cada vez más unidades de insuficiencia
cardíaca bien estructuradas, la enfermedad es cada vez más prevalente.
Afecta
al 2,7 por ciento de la población española mayor de 45 años, al 8,8 por
ciento de los mayores de 74 años y es la primera causa de
hospitalización por encima de los 65 años.
«Por eso, hay que mejorar la
organización de la asistencia a la insuficiencia cardiaca centrada en
modelos de unidades multidisciplinares con participación de atención
primaria», indicó Anguita.
Un
total de 122.466 personas murieron en España en 2017 debido a
enfermedades del sistema circulatorio, según los últimos datos del INE
sobre las causas de defunción en España.
Esto supone un incremento
del 2,2 por ciento respecto al número de muertes absolutas de 2016, año
en el que fallecieron por esta causa un total de 119.778 españoles.
Aun
así, el porcentaje de fallecimientos por enfermedades cardiovasculares
sigue la senda descendente de los últimos años, y suponen el 28,8 por
ciento del total de muertes, aunque se sitúa de nuevo como la primera
causa de muerte en España por delante del cáncer, que tiene un
porcentaje del 26,7, y de las enfermedades del sistema respiratorio, que
comportan el 10,3 por ciento de los fallecimientos.
La
tasa estandarizada de mortalidad por enfermedades cardiovasculares en
España se sitúo en 2017 en 238,6 muertes por cada 100.000 habitantes.
Ceuta
presenta la tasa estandarizada de mortalidad por enfermedad
cardiovascular más alta, con 342,4 fallecimientos, seguida de Andalucía,
309,9, Murcia, 273,1, y la Comunidad Valenciana, 266,6.
En el
lado contrario, Madrid, con 177,6, Navarra, 205,1, y País Vasco, con
205,5, presentan las tasas estandarizadas de mortalidad cardiovascular
más bajas de España.
Las
mujeres mueren casi el doble que los hombres por insuficiencia
cardíaca, según el INE, ya que en 2017 murieron 12.201 mujeres frente a
6.964 hombres.
La brecha en el caso de la insuficiencia cardíaca también
se manifiesta en la mortalidad cardiovascular total.
Así, en 2017
fallecieron 10.000 mujeres más que hombres por enfermedades
cardiovasculares. Se registraron 66.286 defunciones en las mujeres y
56.180 en el caso de los hombres, una diferencia de 10.106.
El
presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), el doctor Carlos
Macaya, recordó la importancia de controlar los factores de riesgo
cardiovascular, como la diabetes, la hipertensión, el sedentarismo, el
tabaquismo, el sobrepeso, la obesidad y el consumo de alcohol.
«Tenemos
mucho que mejorar en la prevención de las enfermedades
cardiovasculares. En este sentido hay que incidir en la importancia de
seguir una dieta variada y equilibrada, teniendo en cuenta que la dieta
mediterránea es la que ha demostrado más beneficios para la salud
cardiovascular, y en la práctica de ejercicio físico de intensidad
moderada de forma regular», concluyó Macaya.
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