VALENCIA.- El expresidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, logró la libertad
tras ocho meses y medio en prisión porque el Juzgado de Instrucción 8
logró inmovilizar 6,7 millones de euros en dos cuentas en Suiza, según
reflejaba el auto de la magistrada Isabel Rodríguez Guerola del pasado 7
de febrero. Un detalle que no aparece en la parte del sumario del caso Erial
que se hizo pública la semana pasada. Cómo llegó esta elevada cantidad
de dinero a Suiza y por qué los investigadores lo vinculan a Zaplana y
sus testaferros, sigue siendo una incógnita, según publica hoy el diario Levante.
Parte de la respuesta a este rompecabezas se encuentra en las calles
Juncal y Río Branco de Montevideo, la capital de Uruguay donde aparecen
inscritas Disfey SA y Misnely SA. Estas dos mercantiles son las
«destinatarias de los fondos existentes en Imison International», la
empresa luxemburguesa gestionada por la sobrina del espía Francisco
Paesa y donde las empresas de la familia Cotino ingresaron 6,4 millones
de euros entre 2005 y 2006, en supuesto pago por la adjudicación de las
concesiones de las ITV y el Plan eólico, como ha contado Levante-EMV durante los últimos días.
Disfey
SA y Misnely SA se crearon el mismo día, el 9 de abril de 2010, 2010
bajo la tutela de Francisco Mutio Cerdeiras y Daniel Gonzalo García
Belhot. Éste último es sobrino de Washington Fernando Belhot Fierro, el
testaferro uruguayo de Zaplana, con quien llega reunirse en cuatro
ocasiones durante una visita de tres días a España.
Las empresas
uruguayas arrancaron con un capital de 40.000 euros (Misnely SA) y
85.000 (Disfey SA), según las investigaciones realizadas por los agentes
de la unidad de delitos contra la administración de la Unidad central
operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Como si hubieran
conseguido materializar el milagro de los panes y los peces, ambas
mercantiles habían multiplicado su capital a los 3 millones de euros
cada una en septiembre y junio de 2016.
Disfey y Mismely son «sociedades anónimas emisoras de acciones al
portador» que, según los investigadores, son «muy habituales en empresas
offshore» (inscritas en paraísos fiscales) ya que «no figuran a ningún
nombre, sino que se reconoce como propietaria a cualquier persona que
tenga las acciones en su poder».
La entrega o transferencia de acciones
no queda reflejada en los registros de la empresa. El refugio perfecto
para el dinero opaco.
Aunque ambas mercantiles uruguayas sí dejaron
rastro en España. Disfey y Misnely pasaron en 2014 a sustituir a Imison
International (la empresa de los Cotino) como accionistas de Medlevante
SL, la empresa pantalla sin trabajadores, beneficios ni actividad creada
en 2005 por Joaquín Barceló, uno de los presuntos testaferros de
Zaplana.
Barceló, curiosamente, es el representante ante la Agencia
Tributaria, desde junio de 2015, de Francisco Mutio Cerdeiras y Daniel
Gonzalo García Belhot, los presidentes de Disfey y Misnely.
Ambas
mercantiles montevideanas tienen domicilio en España, a efectos de
notificaciones, en una vivienda propiedad de la mujer de Joaquín Barceló
en Benidorm que, en realidad es un vivero de empresas porque también
acoge a otras dos mercantiles implicadas en esta presunta trama de
blanqueo.
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