martes, 12 de junio de 2018

El Gobierno de Sánchez eliminará el impuesto al sol

MADRID.- La carta de presentación del Gobierno de Pedro Sánchez en Europa no dejó lugar a las dudas en lo que se refiere a la política energética. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se presentó este lunes en su primer Consejo con un enfoque muy distinto al que España había defendido en los últimos años, representada por el que fuera ministro de Energía Álvaro Nadal. De la prudencia con el avance de las renovables a situarse en el pelotón de los destacados. De posicionarse junto al Consejo y en contra del Parlamento en relación con el impuesto al sol a la postura totalmente opuesta, según refleja hoy https://www.vozpopuli.com.

Fue una de las ideas que Ribera dejó más claras al resto de colegas europeos: el nuevo  Gobierno español está por la labor de acabar con el denominado impuesto al sol, la carga impositiva al autoconsumo de energía fotovoltaica para instalaciones con una potencia superior a los 10 kilowatios. Un radical cambio de postura, toda vez que España era, hasta ahora, un puntal europeo en la defensa de gravar el autoconsumo a través de esta tecnología, en línea con la opinión de Alemania.
A Ribera no le intimida el hecho de que su postura no coincida con la mayoritaria en el Consejo europeo, favorable a un impuesto al autoconsumo. Es más, se da por hecho que la derogación del denominado impuesto al sol vigente en España será una de las primeras medidas que adopte.
No obstante, no ha sido el único cambio que la representación española ha llevado hasta el Consejo europeo. Con el nuevo Ejecutivo, España pasará directamente a engrosar el grupo de países que defiende un mayor avance de la implantación de las energías renovables en el sistema como único camino para hacer posible el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París y alcanzar la total descarbonización de la economía en 2050.
De esta forma, Ribera ha defendido el objetivo de elevar el peso de las renovables hasta un mínimo del 34% para 2030 (frente al 27% que se acordó en principio). Una postura que contrasta de forma radical con la que había exhibido hasta ahora el Ejecutivo español, más partidario de mantener la cifra que se había consensuado en un principio.
Es más, desde el departamento que dirigía Álvaro Nadal se sostenía que la meta de alcanzar un 35% de potencia instalada con energías renovables en 2030 era poco creíble. Daniel Navia, número dos de Nadal en el antiguo Ministerio de Energía, aseguró que esta cota era "totalmente inviable".
Pero Ribera no sólo mantiene la posición contraria sino que, incluso, es aún más ambiciosa, ya que también apuesta por un objetivo de eficiencia del 33%, el más elevado que se propone (tres punto porcentuales por encima del fijado inicialmente). Y, además, la ministra aboga por la introducción de una cláusula de revisión en el paquete de energía que impida que los objetivos de renovables y eficiencias puedan ser renovados a la baja.
Ribera cuenta con el tiempo como uno los hándicaps más importantes, toda vez que las negociaciones para la confección de una hoja de ruta europea para la transición energética están notablemente avanzadas.
"España ha venido a mostrar que ha dejado de arrastrar los pies en esta materia", apuntó la ministra, de acuerdo con un comunicado distribuido por el Ministerio para la Transición Ecológica. En cualquier caso, lo que no ha hecho es pasar desapercibida.

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