La Guardia Civil no se caracteriza por su sentido del humor. Los jueces tampoco mucho y, al parecer, menos El País.
A ninguno se le ha ocurrido que ese informe del benemérito cuerpo, de
probable deliciosa lectura, cuando menos podía haber inventado o
documentado una cantidad distinta de actos violentos menos chistosa. Porque ese 404 es el símbolo www para lo no encontrado, lo inexistente.
Tan inexistente como la violencia que tratan todas las instancias de encasquetarle al procés con
ánimo de extirparlo a sangre y fuego. Todas son las fuerzas de
seguridad, el gobierno, los tribunales, los partidos políticos
españoles, los medios. A veces se les dispara la escopeta, como cuando
tratan de colgar terrorismo a actos de desobediencia civil pacífica. De
momento reculan, pero acabarán haciéndolo porque no tienen otra salida.
El peso de este informe de la Guardia Civil obviamente,
será el que cada cual quiera darle y él mismo pruebe. Va por delante
que, con declaraciones como las del jefe político del cuerpo, Zoido,
según las cuales el 1 O la violencia fue obra de los votantes y no de
los que los aporreaban, el informe será inenarrable. Y, al tiempo,
inútil en la era del vídeo universal. En uno de esos 404 episodios de
violencia, según la Guardia Civil, un señor mayor tropezó y cayó al
suelo. Según un par de vídeos desde ángulos distintos, el señor mayor,
un alcalde, cae porque es golpeado por el escudo de un agente.
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Necesitan
que haya violencia para aplicar la plantilla represiva del País Vasco
porque no se les ocurre nada más. La manifestación del domingo es la
prueba de que el encarcelamiento, el exilio, el embargo de los
dirigentes independentistas mantiene movilizada a una sociedad hace
meses en una actitud masiva, democrática, pacífica, que se ha desplegado
a los ojos de todos el mundo. Intentar "batasunizar" el independentismo
catalán es algo tan repugnante como estúpido.
Porque
todo el mundo ve que no hay más violencia que la que aplica el Estado
en sus innumerables variantes: aporreamiento con uniforme o sin
uniforme, medidas arbitrarias, procesamientos, encarcelamientos,
intervención económica, prohibiciones caprichosas, restricciones de todo
tipo. El movimiento es unitario y pacífico y, por mucho que fabulen los
medios unionistas, seguirá siéndolo.
No
hay rebelión, no hay sedición, no hay terrorismo. No hay causa
judicial. Falta y faltará la violencia que los medios no podrán
inventarse ni los jueces fabular.
Los
CDR no son violentos. Son una respuesta de la autoorganización popular
al incremento de la represión del Estado. Se orientan hacia la
desobediencia civil pacífica. Sin duda toda desobediencia civil implica
incumplimiento de alguna ley y llevará el correspondiente castigo.
El
desobediente civil no lo rehúye porque su acción tiene un valor
ejemplificador, para conseguir un cambio del legislador. Se desobedece
la ley por razones de conciencia como se ha hecho tantas veces antes,
cuando los insumisos en el ejército español o la oposición a la guerra
del Vietnam en los EEUU.
Llamar terrorismo a eso es lo verdaderamente terrorista.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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