Ayer salía el atildado y manicurado
petimetre que ejerce de portavoz de la banda de mangantes a soltar las
habituales mentiras tras el consejo de ministros presidido por
Emepuntorajoy (a) Sobresueldos. Entre las trolas y necedades de
rigor, habló del gran respeto del gobierno por nuestros mayores y
jubilados, cosa que demuestra robándoles hasta los gayumbos.
Y no
solamente robándoles, sino despreciándolos, como se demostró cuando,
preguntado por cómo pensaba el gobierno cumplir concretamente su promesa
de alzar las pensiones más bajas demostró no tener ni idea porque no sabe siquiera qué cálculo va a hacerse -si va a hacerse alguno- con el IPC. Es
un desprecio porque el cursi regordete y sus compinches no tienen la
menor voluntad de cumplir la promesa. Los pensionistas les dan igual
igual e incluso menos que igual. Lo único que quieren son sus votos y,
de no ser por estos, cuanto antes se mueran, mejor.
Tienen
por los jubilados el mismo respeto que por los jóvenes, los parados,
los dependientes, las mujeres, los inmigrantes, los pobres, los
trabajadores. Ninguno. Para ellos solo son seres humanos ellos mismos y
sus amigos. Los demás, materia explotable y despreciable y, por
supuesto, apaleable. Precisamente por eso acaban se subir el sueldo a
los policías y guardias civiles que lanzan contra la población pacífica
como matarifes. Para usarlos como arietes en protección de un hatajo de
sinvergüenzas y corruptos. Y los matarifes se emplean a fondo en defensa
de sus pagas
Hasta alguien con tan obvias carencias psíquicas, intelectuales y de educación como el Sobresueldos se
cree listo y por encima de la media del país. Del resto de la cuadrilla
del gobierno y el partido mejor es no hablar. Casos como Fátima Báñez,
Rafael Catalá o María Dolores Cospedal desafían todo intento de
comprensión en las escalas morales e intelectivas básicas.
Esta
banda de presuntos malhechores (dicen los jueces) ha entendido que su
función al llegar al poder es vaciar el erario metiéndose el dinero de
todos en los bolsillos o los de sus amigos. Lo llaman "privatización".
Sus ideólogos, unos descerebrados neoliberales, sostienen que es mejor
para el progreso general que los sectores públicos del Estado del
bienestar. Sus televisiones, sus periódicos, sus profesores a sueldo,
sus periodistas, sus curas, sus charlatanes y predicadores explican que
la gente es tanto más rica cuanto más se la explota, según ellos
entienden a Adam Smith.
Se trata de poner el dinero en manos de un
cogollo de parásitos que viven de los trabajadores en activo robándoles
la plusvalía del momento y de los trabajdores en pasivo robándoles sus
pensiones. Para nada. Para emplearlo en francachelas o esconderlo en las
islas Caimán.
Porque el mismo sinvergüenza que en 2012 afirmaba que no tocaría las pensiones no
solamente las ha reducido de hecho y de derecho, sino que ha esquilmado
el fondo de reserva para rescatar a los bancos que, por supuesto, no
devuelven ni un céntimo, ha destrozado el sistema de aportaciones y ha
tenido el morro de avisar a los actuales trabajadores de que hagan
planes privados de pensiones.
Él piensa seguir destrozando el sistema
público hasta que no le quede un solo jubilado y estén todos al albur de
las cuentas de resultados de los fondos buitres. La distinción entre
"fondos buitres" (condenables) y "bancos" (no condenables) es una mera
hoja de parra: no hay un solo banco en el mundo que no sea un "fondo
buitre".
Esta
manga de ladrones franquistas es tan estúpida que, por su codicia
desenfrenada, está destruyendo el sistema del que se aprovecha. Como
todos los parásitos. Han robado y siguen robando a los pensionistas
afirmando que no hay dinero para las jubilaciones. Al tiempo,
incrementan el paro, bajan la base de cotizaciones, suprimen impuestos y
garantizan la ruina del sistema de pensiones.
No es que no haya dinero.
Es que lo han robado y siguen robándolo. Pero, justamente, ese dinero
de las clases pasivas ayudaba a mantener a flote a las familias en paro,
así como su capacidad adquisitiva. Al descender o desaparecer esta, se
reduce y aniquila la demanda agregada y la producción sigue cayendo,
profundizando la crisis. Hace falta ser muy idiota y muy mala persona
para negarlo.
Han
tenido que salir los propios pensionistas a defender sus derechos para
que los delincuentes peperos empiecen a ponerse nerviosos y con ellos
sus cómplices del PSOE y Podemos, habiendo hecho suyo ambos el discurso
típicamente hipócrita y falso de que este saqueo no es una cuestión
política sino técnica.
Se trata simplemente de eliminar las barreras a
la inmigración, lo cual es una decisión típicamente política. Es verdad
que, en teoría no se puede hacer tal cosa cuando se tiene tan alta tasa
de paro interna. Pero es que también la tasa elevada de paro es una
cuestión política, una deliberada decisión política antiobrera y no una
cuestión técnica.
Si
el movimiento de los panteras grises que hoy sale a la calle en más de
100 convocatorias coge buen ritmo sería estupendo que arramblaran con
todos los peperos que llevan meses, años, decenios, robando y que no
hacen otra cosa que robar. Y no solo a los pensionistas. A todo el
mundo.
De
hecho, tienen el país en pie de guerra: además de los pensionistas se
movilizan las mujeres, los murcianos y los del Lavapiés y, además,
Catalunya se va. Los políticos franquistas solo saben robar y para todo
lo demás son auténticos zotes.
Pero,
no tengan cuidado; no les pasará nada porque los "izquierdistas"
españoles que, con los indepes catalanes, son mayoría parlamentaria y
podrían echar a los franquistas, no lo hacen. Prueba evidente de que aun
son más zotes que estos.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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