MADRID.- Mariano Rajoy y Pedro Sánchez apuestan por que el PP y el PSOE
negocien dos grandes pactos de Estado: financiación autonómica y
política del agua. Ambos asuntos separan a las dos formaciones y también
provocan división interna en cada una de ellas, según los intereses
territoriales de sus representantes. Pero estos fueron los temas que
trataron los dos líderes la semana pasada, según confirman a El País fuentes de
ambas partes, que reconocen el mutuo interés en avanzar en pactos
imprescindibles para millones de ciudadanos. No hay posibilidad de
acercamiento en los Presupuestos y están muy lejos acuerdos en educación
y pensiones.
Casi 15 meses después de empezar la legislatura, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, considera que continuar con la parálisis política supone un suicidio para su partido.
Las restricciones en la acción legislativa fueron así desde el comienzo
de su nuevo mandato, habida cuenta de que con 137 diputados como único
apoyo seguro es imposible sacar adelante cualquier iniciativa. Cada paso
tiene que ser asistido por Ciudadanos y por otros partidos si se trata
de leyes orgánicas que requieren mayoría reforzada.
El fracaso del PP en
las elecciones de Cataluña del 21 de diciembre ha sido un aldabonazo en
el partido, que mira a Rajoy para que, desde el Gobierno, recupere
terreno. Por tanto, el presidente se va a volcar en tratar de persuadir a
distintos grupos para llegar a acuerdos. Y el PSOE fue y es el objetivo
más deseado.
La crisis por el secesionismo en Cataluña ha forjado una nueva relación entre Rajoy y Sánchez.
Las conversaciones entre ellos son muy frecuentes e incluso también las
reuniones en La Moncloa. La pasada semana mantuvieron una reunión que,
según fuentes oficiosas, se produjo en la presidencia del Gobierno.
Otras fuentes oficiales se quedan en que “conversaron” para eludir la
confirmación de la reunión que hubo cara a cara.
El alcance de lo tratado es relevante ya que ambos políticos mostraron
su disposición a trabajar muy en serio para alcanzar un acuerdo en
financiación autonómica y en política del agua.
Estos dos grandes temas fueron señalados por Sánchez después de que
el jefe del Gobierno le pidiera que manifestara con claridad sobre qué
asuntos creía posible alcanzar acuerdos, según corroboran ambas partes.
Los dos principales partidos de España tienen en estos momentos
intereses compartidos. Con sus expectativas electorales erosionadas por
la competencia de Ciudadanos y de Podemos, tanto Rajoy como Sánchez
quieren demostrar su capacidad para tomar decisiones que afecten a la
vida de los españoles.
Y con unas elecciones municipales y autonómicas
el próximo año, tanto la financiación autonómica
como el pacto del agua son asuntos de la máxima importancia para las
dos formaciones, máxime cuando los líderes territoriales del PSOE y del
PP empiezan a esgrimir que, además de Cataluña, existen otras
comunidades autónomas cuyos problemas se deben afrontar.
A modo de
reproche se escuchan voces críticas con el exceso de atención a
Cataluña. De hecho, el pacto para la financiación autonómica es exigido
desde hace meses por el PSOE, los presidentes socialistas y algunos de
los más relevantes gobernantes territoriales del PP.
“Yo ahora quiero pactar con el PSOE, porque lo dice el sentido
común”, explicó el presidente del Gobierno durante el mitin que
protagonizó el sábado en Sevilla. “Primero, porque es bueno para España,
segundo, porque con 137 diputados no podemos sacar adelante el modelo, y
tercero, porque el PSOE gobierna en muchas comunidades autónomas y no
se puede aprobar un modelo contra muchos Gobiernos autonómicos”, añadió.
Y subrayó: “Estoy dispuesto a sentarme con el PSOE, pero no con una
parte, yo tengo que pactar con todo el PSOE porque es mi obligación
(...) Si quieren modelo de financiación, aquí estoy, pero necesito sus
votos”.
“Cuando Ximo Puig [presidente socialista de la Comunidad Valenciana]
defiende la financiación autonómica tiene todo el apoyo de la Ejecutiva
federal”, respondió ayer Pedro Sánchez en un mitin en Valencia. “Nosotros volvemos a tender la mano”, continuó el líder de los socialistas en referencia a Rajoy.
Oposición útil
El PSOE está dispuesto a llegar a acuerdos con el Gobierno sobre los
elementos estructurales de país con el fin de llevar a cabo una
oposición útil y de Estado.
“Ante esta parálisis, nosotros estamos para echar una mano”, subrayan fuentes cercanas al secretario general.
El líder del PSOE presentó hace días el documento Diez acuerdos de
país —sobre pensiones, educación, industria, agua, ingreso mínimo vital,
empleo, igualdad de género, financiación autonómica local y nuevo pacto
constitucional— cuyo contenido quiere perfilar en este primer semestre
del año en diálogo con los colectivos sociales y sindicatos y con
numerosos actos públicos con los militantes. Sus propuestas las
convertirá en iniciativas parlamentarias abiertas al consenso con el
resto de grupos políticos del Congreso y el propio Gobierno.
Sobre la base de estas diez prioridades, la dirección de Sánchez ve
viable un acuerdo de Estado con el Ejecutivo en materia de financiación
autonómica y local y en política de agua, como le indicó la semana
pasada a Rajoy.
Ahora es el presidente del Gobierno quien tiene que
concretar su oferta de financiación para las comunidades autónomas, que
esperan desde 2014 a que se actualice el modelo. No va a ser fácil,
porque los intereses a aunar son múltiples y exigen el concurso de los presidentes autonómicos.
La propuesta del PSOE en materia de financiación autonómica pasa por
garantizar la autosuficiencia económica de las comunidades para blindar
el Estado del Bienestar, y porque el modelo incorpore nuevos indicadores
como la tasa de paro además de la dispersión, el envejecimiento de la
población y la despoblación de los territorios.
Estos principios generales los conoce el Gobierno, que también tiene
la información de las demandas de los presidentes autonómicos, que, a su
vez, están organizándose entre ellos.
También están claras las discrepancias en materia de agua.
De nuevo
hay principios generales asumidos por los socialistas por las graves
dificultades que sufren la España interior y el medio rural, como
priorizar la gestión unitaria e integral del ciclo hidrológico. Pero la
manera de llevarla a cabo marca la diferencia entre territorios y no
tanto entre partidos.
Además, la dirección de Sánchez está abierta además a consensuar un pacto educativo
con el Gobierno, que ahora se discute en una comisión parlamentaria. Al
final, la decisión será política, una vez que el PSOE calibre si hay
bases suficientes para explicar a sus potenciales electores que el pacto
merecería la pena.
La última vez que se intentó un gran acuerdo en la
materia gobernaba el PSOE. Se avanzó mucho pero, al final, el jefe de la
oposición, Mariano Rajoy, decidió romper las conversaciones que dirigía
el ministro de Educación socialista, Ángel Gabilondo. Actualmente, en
el PSOE reina el escepticismo en las posibilidades del acuerdo, por
mucho que el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, se resista a
tirar la toalla.
En la cúpula socialista también descartan un acuerdo con el PP sobre
las pensiones. Primero, porque el diálogo del Ejecutivo con los agentes
sociales está “en punto muerto”, pero además porque su propósito es
derogar la reforma de 2013 y que los bancos paguen parte del déficit de
la Seguridad Social a través de un recargo del Impuesto de Sociedades de
ocho puntos porcentuales. El Gobierno rechaza esa fórmula y la ministra
de Empleo, Fátima Báñez, ha empezado a esbozar su propio proyecto para la reforma del sistema.
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