La manifestación del pasado jueves en Bruselas ha tenido efectos
balsámicos para el independentismo que, en su conjunto, se ha sentido
por primera vez interpelado en las elecciones convocadas para el próximo
21 de diciembre. El tercer tracking elaborado por la empresa Feedback
para El Nacional y cuyo estudio quedó cerrado en la noche del
viernes supone la mejor marca del independentismo en mucho tiempo,
superior incluso a la lograda en las pasadas elecciones
catalanas, celebradas en septiembre de 2015.
De hecho, si estos fueran
los resultados, la suma de los porcentajes de Esquerra, Junts per
Catalunya y la CUP se elevaría hasta el 48,58%, con una participación
prevista del 81,96%, más de siete puntos que en 2015, que ya fue la
mayor asistencia a las urnas de unas elecciones catalanas. El
independentismo, pese a los malos augurios que se ciernen
permanentemente sobre él, sigue gozando de una mala salud de hierro.
Lo
importante cara al 21-D es que no solo sea capaz de reaccionar en la
calle cuando se siente atacado, sino cuando tiene delante una urna en
unos comicios en que el catalanismo se juega la hegemonía y un
determinado modelo de país.
El independentismo recibe esta magnífica noticia cuando se ha
cubierto un tercio de la campaña más anómala de cualquier contienda
electoral celebrada nunca en España. El hecho de que el president y
candidato esté en el exilio y el vicepresident Oriol Junqueras,
candidato de Esquerra, en prisión, no rebaja la marea de votantes
independentistas.
Según el tercer tracking de Feedback, la
distancia entre los dos bloques es superior en cinco puntos al del
unionismo. Es una cifra más que respetable y, al cumplirse el primer
tercio de la campaña, parece ponerse de manifiesto que C's, PSC y PP
pierden en su conjunto fuerza y que podría darse el caso de que, a
diferencia de otras elecciones, en las del próximo 21 de diciembre el
voto más movilizado en las semanas previas a la campaña fuera el suyo y
no el independentista.
En cualquier caso, la amplia bolsa de indecisos que el estudio cifra
en casi 1,5 millones de votantes —unos cien mil menos que el tracking
anterior— y que suponen el 26,4% de electores, deja abiertas muchas
opciones cuando aún faltan once días para los comicios. El
independentismo tiene a su alcance una victoria histórica que deberá
concretarse en próximas muestras y, sobre todo, en las urnas.
Pero la
mejor noticia es que el pasotismo y el enfado que arrastraba después de
la no consolidación de la República aprobada por el Parlament está
dejando paso a una militancia activa a favor de ir a votar para
recuperar las instituciones que han secuestrado los que aprobaron la
aplicación del 155 de la Constitución.
(*) Periodista y ex director de La Vanguardia
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