viernes, 8 de diciembre de 2017

Bruselas tuvo un color especial / Márius Carol *

Bruselas no tiene un color especial, como mucho posee el tono plomizo de sus cielos. Sin embargo, ayer se vistió de amarillo, que es la gama elegida por la ANC y Òmnium para visualizar la presencia catalana en la capital de Europa. Se trata del color de los lazos en solidaridad con quienes permanecen presos por el acelerón final del proceso (Junqueras, Forn, Sànchez y Cuixart). 

La movilización resultó espectacular: una de las características del mundo independentista es su capacidad de acudir adonde se le diga, con una disciplina casi militar. Así que allí estaban más de 40.000 personas llegadas por tierra, mar y aire. Muchas en autocar, tras 20 horas de carretera.

La voluntad política del independentismo fue instalar el proceso en Bruselas. En la sede de una UE que no ha querido saber nada –o bien poco– de sus aspiraciones. En estos cinco años, que se iniciaron con el portazo de Artur Mas a Mariano Rajoy, después de que pidiera el pacto fiscal cuando España estaba a las puertas de ser rescatada, ningún presidente de la Generalitat ha sido recibido por el presidente de la Comisión. 

Ahora la ANC y Òmnium han pedido una reunión con Jean-Claude Juncker para solicitar la implicación de la UE en el contencioso catalán si las fuerzas secesionistas obtienen la mayoría el 21-D, aunque no parece que el luxemburgués tenga interés en hacer un hueco en su agenda.

En cualquier caso, la manifestación frente a las instituciones europeas (pasaron frente al edificio de la Comisión y del Consejo Europeo) fue una acción de fuerza independentista y, sobre todo, el gran acto de campaña de Junts per Catalu­nya

En estas elecciones, no sólo está en juego si son los soberanistas o los constitucionalistas quienes tienen una mayoría en el Parlament, sino qué fuerza liderará el mundo independentista, unido en los discursos, pero con serias discrepancias tanto en lo personal como en lo estratégico. Aunque se diga con la boca pequeña.


(*) Periodista y director de La Vanguardia


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